Son casi las 12 de la noche y Jere y su equipo entran en el pub. Ahora veo una sala muy diferente a la que me había encontrado unas horas antes, en la entrevista. Apenas se puede entrar, intento abrirme paso detrás de ellos.

Sin entretenerse mucho más empieza el concierto. En el escenario sólo están Jere y su guitarra y, sentado junto a él, Fran, el guitarrista que le acompaña esta noche. La encargada de abrir es Una sonrisa, seguida de Colgado por mi reloj.

Hasta entonces no me había dado cuenta de que el bar está tan lleno que la gente está sentada incluso por el suelo, estamos como en casa y eso es buena señal.
Jere explica que el siguiente tema, para la época que corre, viene bastante bien. Así que, entre todos, “vamos a pintar los días grises”. Esta es una de las canciones más positivas del cantante, sin duda. La cuarta en sonar es Me despierto, para seguir con la que fue el single de su segundo disco, Nassaukade, Dame el aire.

Aprovecha para recordar que hace siete años tocó en Sabadell, cuando todo estaba empezando y que cada vez que vuelve aquí es especial. Pero esta noche hay otro motivo más. Este acústico es el pistoletazo de salida de la presentación del EP, Mientras llega la luz. Y, suena, por primera vez, Cabeza errante, una de las cinco canciones que componen este último trabajo del catalán.

Empiezan los acordes de la siguiente canción, desde el principio sé cual es. El tema con el que Jere se dio a conocer, el single de su primer disco, Improperios. El resto del pub también reconoce Te mentiría. En un momento instrumental de la canción Jere se pega al micrófono y dice “para Alquimia”. Seguimos con los temas del EP, esta vez con Todas las mañanas. Y, siguiendo en la línea de las presentaciones, tocan Entérate.
Jere confiesa que está constipado y que no sabía si iba a poder dar este concierto. Pero se dirige al público y les dice “sacáis todo lo que tengo dentro de mi para poder afinar” Y, después, con el siguiente tema, “nos perdemos”.

Una nueva dedicatoria, esta vez la suerte le sonríe a un malagueño que cumple años. Jere le canta el cumpleaños feliz, apoyado por el resto de los asistentes y le dedica el próximo tema.
El EP vuelve a ser protagonista. “Esta es la última”, dice Jere. El público se queja y el cantante les tranquiliza diciendo que no, que lo que él quería decir es que es La última cena
Y, a continuación, suena uno de los mejores temas de este chico, Horizontes, del disco Nassaukade.

El concierto se está acabando, o, al menos, eso anuncia Jere. Ahora suena Mis mareos y el cantante pide “palmitas” que acompañen a su guitarra y a la de Fran.
Es el momento de dar las gracias. En primer lugar, pide un aplauso para la gente del bar y les agradece el que se arriesguen, desde hace años, a traer a gente a tocar. Y, ya aprovecha también para dar las gracias a su equipo y a toda la gente que ha ido hasta el Pub Griffin a verle.

Último tema, avisa Jere. La elegida es Mi oscuridad. “Gracias peña”, dice antes de terminar y se ponen de pie para saludar al público. La gente pide otra y Jere dice “venga sí, si yo no sé disimular...” y vuelven a sentarse.

Continúa con otro de los temas del primer disco, Me escapo. De esta canción hay una segunda versión que está grabada con Dani, el cantante de Despistaos. Personalmente a mi me gustó bastante la idea Jere-Dani y creo que han conseguido empastar ambos estilo muy bien en este tema.

Ahora sí, “vámonos Sabadell” Para terminar Jere dice “voy a hacer una cosa que no sé si me va a salir” Fran deja su guitarra y ahora es el cantante el encargado de enfrentarse al tema en soledad. Jere empieza a cantar, acompañado por las palmas acompasadas de Fran, un tema inédito, del que no sabemos aún el título. Cuando termina la canción dice “para el tercer disco, para cuando me dejen...” Y, ahí queda la cosa. Ahora sí, los dos de pie se despiden del público, “bona nit Sabadell”

Creo que cada vez me gustan más los conciertos en salas pequeñas, como ha sido el caso de este acústico. Sí, no hay que menospreciar los conciertos en espacios inmensos ni los macrofestivales, que también tienen su aquel. Pero los sitios reducidos ofrecen posibilidades únicas, como el poder ver un poco más cómo es la persona que se esconde detrás del micrófono, o el detalle de que, cuando acaba el concierto el artista se queda a charlar con el público, algo que, sigo opinando, no cuesta nada y siempre se agradece. Pero muy pocos son los que lo hacen.

Las características de la tonalidad de la voz de Jere se han trasladado a todo el ambiente del concierto. Ha sido un acústico desgarrador, pero con un puntito de calidez y dulzura. El cantante ha estado cercano, divertido y cómplice durante la hora y media que ha durado el concierto.

Ya hay alguna fecha más confirmada de su gira. Así que podéis consultarlas en su web.

Jere, con “j”, ha sido un gustazo volver a escucharte en directo.



Este es el tema que Jere le ha dedicado a Alquimia Sonora, Te mentiría.