Parece que a los Black Keys, o más concretamente a su batería, el peculiar Patrick Carney, no les gusta nada eso de que podamos escuchar su música "for free" e intercambiar archivos con nuestros amigos, cuyo objetivo no sería otro que el de propagar las bondades de su música, que las tiene y muchas, por cierto. Aunque él se empeñe en insultar a diestro y siniestro a los que compartan sus canciones en la red y señala al fundador de Napster y actual miembro de la cúpula de Spotify, Sean Parker, llamándole directamente "gilipollas" y acusándole de que "ganó dos billones de dólares cuando descubrió cómo robar los derechos de autor a los artistas", a los que su banda nos parece una de las últimas sensaciones del blues-rock del nuevo milenio y pensamos que 'El camino' (buscadlo en la bolita verde, que sí está) es uno de los mejores álbumes editados en lo que va de año seguiremos confiando en él y en la otra mitad del dúo, el inquieto Dan Auerbach, de quien por cierto os recomiendo su disco en solitario de 2009, 'Keep it hid'.

El hipotético duelo Carney vs. Parker comenzó cuando el segundo hizo unas declaraciones la semana pasada en las que afirmaba que los ingresos generados por Spotify superarán a los de iTunes, cosa que parece que sentó fatal al músico norteamericano. "Si fuera justo para los artistas, nuestra música estaría en Spotify" fueron las palabras del músico que recogió la emisora estadounidense WGRD 97.9. "Si Spotify se convirtiera en algo por lo que la gente está dispuesta a pagar, iTunes también crearía su propia plataforma de música en streaming. Además, pienso que en iTunes sí son justos con los artistas". Después de escucharlas, la balanza de la diosa lucía en sus bandejas el icono de la famosa plataforma musical.


Me encanta que a estas alturas se siga discutiendo la legitimidad de un invento tan útil y necesario para los que acostumbramos a incluir ingentes dosis de música en nuestra dieta diaria, pero me temo que los creadores (a fin de cuentas, sin ellos no existiría nada de esto) están en su perfecto derecho cuando opinan sobre estas cosas. Incluso cuando nadie les da vela en algunos entierros. Por mí, mientras pueda llevarme a la boca conciertos como los que acostumbran a dar, que sigan abriendo la suya tantas veces como quieran. Si veis el vídeo entendereis mis razones.