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martes, noviembre 20, 2012

Gilbertástico llena la Sala Russafa en la presentación de Heil Gilber!

Gilbertástico-Sala Russafa-Viernes 16 de Noviembre

El nuevo trabajo de Gilbertástico se llama Heil Gilber, cuenta que el título se debe al saludo que le dirigía uno de los clientes del bar heavy donde trabajaba, siempre pensó que debía hacer algo con él, lo que no sé si algún día imagino es que convertiría esta idea en algo muy grande. Un disco del que ya os hablamos hace unas semanas en Alquimia Sonora y del cual salimos muy satisfechos de sus primeras escuchas, pueden revisar su reseña pinchando aquí, la salida oficial tuvo la presentación que se merecía el pasado sábado en la Sala Russafa, la que esperamos que se convierta en nuestra segunda casa esta temporada. Los directos en este espacio se convierten en audiciones sonoras sobresalientes, del eco de sus paredes rezuma esa calidad acústica de la que todos hablan, y su estética se podría calificar de una sencillez que roza la sobriedad, una inteligente falta de florituras para mostrar lo que se esconde dentro de ella, una de las salas más bellas de nuestra ciudad. 

Llegamos a la Sala y que nos encontramos, por fin, una increíble respuesta para un artista valenciano, un respuesta que estaba vestida en gran parte de amigos y compañeros musicales, no se quisieron perder esta noche músicos como Iñigo de Spheniscidae, Néstor Mir, Manolo Tarancón, Rick Treffers o Miguel Sancho de Tórtel, este último no se quedo en simple espectador, más adelante os desvelaremos esa pequeña y divertida sorpresa que nos tenía preparada Gilberto



Un comienzo tardío en el que cuando ya llevábamos unas cuantas canciones se nos anunciaba por parte de Gilberto que iba a tener su correspondiente pausa, personalmente pienso que hiciera seguir el bolo de una única tacada fue un gran acierto, desde un primer momento tenía a la sala ganada pero bueno esto no es una revelación, sabíamos que era algo que iba a pasar, por lo que continuar y seguir con ese increíble comienzo que tuvo gracias a Amor Tírria hizo encarrilar una de las noches más mágicas de la temporada. Tema que abre el disco y en el que hizo sonar con su teclado esa melodía inicial, primera canción donde el amor empieza a asomar su cara, la primera línea melódica rompe con un ritmo festivo acompañado con pequeñas coreografías, una ensayada puesta en escena que nos regalo momentos muy divertidos y con que el público no pudo dejar de reír. La interpretación del batería y el bajo fue brillante durante toda la noche, y es que Antonio José Iglesias (batería) y Jorge Lorán (bajo) que cuando se juntan se convierten en Dwomo, nos hicieron pasar ratos muy agradable, una estética visual que dotó a la presentación de cierta teatralidad, otra de las manifestaciones artísticas que practica Gilberto.




Siguió con Vida y mar en la que Fernando Bonet (Midnight Shots) hizo sonar el Saxo, no sería el único tema en el que disfrutaríamos de este instrumento, en Mi corazón y yo este puso una nota jazzística, una de las piezas más animadas de la noche donde los instrumentos encontraron una compenetración perfecta. 

Sal sol y Huesos sonrientes fueron los guiños a su antecesor Versalles, el cual reseñamos hace un año, pueden revisar pinchando aquíMáquinas de fichar alejándose de la temática del amor sonó grandiosa, las letras de Gilbertástico también contienen denuncia o alusiones claras de lo que Gilberto quiere estar bien lejos, lejos de trabajos alienantes que nos someten al paso de las agujas del reloj, que nos impide realizar nuestros sueños, y es que como bien dijo en el documental de “Reflexiones” (Cápsulas Musicales), hacer otra cosa sería una locura, y es que lo tiene claro y su teclado con esa pegatina de Yo amo mi trabajo lo constata.


Seguimos hablando de trabajo, nos presentó No sirve el arte con una reflexión muy bonita, nos contaba que los artistas siempre están pensando en lo que hacen y creen que siempre nos debe interesar y que las personas que están cerca de ellas les hacen descubrir la otra cara de la moneda, en esta historia el artista no sabe bien parado y Gilberto nos canta: Os quise ayudar en vuestra vida normal. 

Locos en la isla fue uno de esos temas que resonaron en la sala con una dimensión épica y donde Exequiel González cambio su chelo por la melódica, no fue el único tema donde le vimos introducirse en ese mundo de los teclados también se estreno con el casiotone en algunos temas, una bella melodía con aire mediterráneo y soplos de aire fresco traídos por brisas marinas con olor a salitre. Hubo momento para todo y también para la versión de La Sacre Sinfonie del tempo de Franco Battiato, momento en que Gilberto puso una de las notas más emotivas de la noche, una deliciosa interpretación que nos dejo maravillados. De ese momento de calma saltamos a Barchin el hoyo donde la intensidad cobro forma de bosque animado, para mí el momento más mágico. 

Siguieron Un nombre vasco con ese aire a lo Kusturica, Arduo es el camino con sonidos electrónicos cercanos a los ochenta, con melodía acompañada de silbidos, y El hechizo laboral de San Vicente, donde los sonidos de órganos y sintetizadores dibujaron una línea de coros celestiales que para esta ocasión fue interpretada por un coro de monjes, uno de los cortes más divertidos, en el que pudimos ver que los amigos de Gilberto están dispuestos a todo para hacerle feliz. 



Todo gigante y blanco fue acelerando el ritmo del piano en una primera parte y en una segunda introdujo el himno de valencia con una letra bizarra y quizás claramente alusiva, véase como una estrofa como esta puede esconder toda la mierda valenciana “Los gusanos tienen fiesta comen larvas suyas fritas, un banquete bueno de alegría, una fiesta en cada sitio cada día. Flipan los forasteros, la doble fila no es posible, mira empuja este, sacas el tuyo, no pasa nada, no pasa nada. No hay espacio para los hombres, chupar ciudadanos la teta de todos, tienen algunos, pezones morados. Beban la leche que aún no se ha ordeñado”, con temas como este nos rendimos a Gilberto

Tierra de hombres puso el cierre a una noche llena de emociones, diversión, complicidad y mucho amor, ese que desprende su personalidad, el brillo de sus ojos y sus expresiones faciales, personalmente una de las piezas claves de este último disco, Gilberto sabe soltar verdades, una mirada profunda mirada hacia la humanidad. Alquimia Sonora os recomienda que la próxima oportunidad que tengáis de ver a Gilbertástico, se acerquen y comprueban con vuestros sentidos lo que os hemos contado en estas líneas.

Más Info:

Gilbertástico

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