Zahara – Loco Club. Valencia 28-04-13

Zahara – Loco Club. Valencia 28-04-13

Domingo de borrascas meteorológicas y de anticiclones sonoros en los Conciertos Acústicos del Loco Club. Así es como podríamos resumir una tarde-noche orquestada por La Viejita Música y Let's Go Promociones en la que Zahara elevó al superlativo de la emoción un show directo a las grietas emocionales de cada uno de los asistentes. Con la caída del cartel de David Lozano (frontman de Supermosca) por motivos ajenos a la banda, la tarde-noche se atrincheró, silla y mantita imaginaria, sobre el escenario del Loco Club de Valencia. Sentimientos abrigados bajo la dicotomía entre lo épico de algunos temas del setlist y la desnudez de la protagonista de la noche.

Reinventando un repertorio marcado por su último trabajo editado, “La Pareja Tóxica”, y macerado por el (aparente) optimismo de “La fabulosa historia...”, Zahara le ha dado la vuelta a cualquier “norma” que quedara asentada en todos sus conciertos. Formato festival, formato banda, formato trío, formato dúo... y ahora enfrentándose, de cara a guitarra, ante la supremacía de un acústico excelso y a cámara lenta en el que el lirismo de versos escritos con tinta de lágimas seguía sombreado la (pequeña) figura de Z.

No vamos a entrar en eso que nos gusta remarcar cada vez que compartimos la experiencia de asistir a un concierto de la jienense: que si indie, que si cantautora, que si sís o que si nos varios que se convierten en cuestiones superficiales dejando de lado el poder detonante de su música y su música que denota emoción. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina, la música o la emoción? Si las más de las veces nos olvidamos de este pequeño detalle y nos quedamos con el virtuosismo, la composición, la técnica,... esta tarde-noche volvimos a la esencia de la desnudez escénica para desaprender lo aprendido o para aprender a desaprendernos. Zahara se desaprendió a sí misma y se rió de sus propias canciones, de esas dolorosas, de las “bonitas”, y apostó por su alter ego más punk (ese que siempre hemos sabido que estaba ahí)...

Zahara ha reinterpretado los temas de “La Pareja Tóxica” y “La Fabulosa Historia...” y los ha desprovisto de cualquier condimento. Así, en crudo y con un micro al que dirigirse entre tema y tema, esta frontwoman (que casi cambia ese “front” por “show”) de capítulos personales ha ido perdiendo el pudor que siempre circunda el abrirse en canal a base de canciones. Si hace unos meses se montaba un trío junto a Sergio Sastre (Miss Caffeina) y Miquel Sospedra a La3 de Valencia, en esta ocasión se decanta por el onanismo a mano alzada de sus historias y su guitarra. Historias y ocurrencias que desmitificaban lo que de antemano podríamos pensar que nos depararía en su show.

Un setlist en el que solo quedaban instaladas su guitarra, su voz y los mínimos pero certeros efectos de audio: loops y reverbs que potenciaban en algunos casos la esencia de esos temas pasados por el filtro de la sencillez. Temas que no podía dejar atrás, más clásicos, como “Photofinish”, el doblete de “En la habitación” y el cover de “Lucha de Gigantes” -sin Santi Balmes-, “Olor a mandarinas” (con la que definitivamente Zahara sale del armario de los cítricos y confiesa ser una mandarina), ese medio mashup entre el “Cuéntame” de Fórmula V y el “Funeral” o el tema que todos esperan desde que aparece la jienense sobre el escenario, un “Con las ganas” de amarguras que siempre deja para el final y con el que asegura un punto y final álgido y desgarrado.

Pero el punto a destacar en Zahara, y que ha ido desarrollando a lo largo de sus conciertos, es ese punto oscuro que ya se instala en “La Pareja Tóxica”. Menos colores, menos miradas amables, menos complacer... y más mala leche, más puentes abigarrados y más incisiones en las heridas... La Zahara oscura es la que siempre hemos defendido desde estas líneas y la que sorprende en temas como “Camino L.A” con ese akelarre de loops y desenfreno catárquico. Pero también en esa versión del “You're the one that I want” que, desde la primera vez que la vimos en escena hace un año, ha evolucionado y cobrado una corporeidad intensa y mucho más densa en expresividad.

Conseguir silenciar a una sala llena durante su setlist, mantenerlos así sin pedirlo y hacerse con el público sin mendigar atención es algo que pocas veces se da. Bien es cierto que esa línea infranqueable de la primera fila (esa que pudo haber recibido un “regalito” desde el escenario como muestra del costipado de la propia cantante) custodiaba el fortín y contagiaba al resto de respeto. La devoción o el fanatismo no asegura este respeto en ningún concierto... Z. consigue movilizar al público cual flautista de Hamelin y hacer que la emprendan con un estribillo solo con un gesto de cabeza. Y eso no es nada fácil... ¿Que luego la intro de “Pregúntale al polvo” se le atraganta? ¡Qué más da cuando tiene a su ejército “zaharista” entregado en semitrance emocional!

Zahara deja la puerta abierta del Loco Club al siguiente Domingo Acústico que será la semana siguiente (5 de mayo) con Marwan. Pero antes de que llegue el próximo domingo, todavía tenemos por delante una semana para dejarnos llevar por la atmósfera creada a base de recortables de colores por Zahara. … Porque cuando un concierto no puede explicarse es cuando se instala desde el primer acorde en ese purgatorio de ayeres dolorosos y promesas desconchadas en el que reside el universo de la jienense.