Maldita Ke$ha, con lo bien que me caía antes (antes de conocerla, digo) y ahora es que ya no la soporto a la tía malota. Claro, como va de guay ahí haciéndose la interesante con sus extravagancias y sus cosas raras... (en serio, parad un momento y pinchad en el enlace con su nombre, no os váis a arrepentir. O sí).

Será por la dura competencia, será por buscar cualquier tipo de publicidad gratuíta o será simplemente porque en el casting que hacen, rezará algo similar a esto: "Se busca chica menor de 30 años, joven y dinámica, para grabar álbum de estilo pop y lanzar su carrera como futuro juguete roto de la industria. Requisito imprescindible que le patine la fresa". El de Justin Bieber no puedo transcribirlo porque hay menores delante, disculpadme.

El caso es que, por el motivo que sea, en ocasiones los cantantes dicen y/o hacen burradas a cada cual más excéntrica (los cantantes y Toní Cantó, que también es para echarle de comer a parte).

Volvemos a hablar de Ke$ha porque, con motivo de un reciente documental que grabó durante casi dos años, nos enteramos de que la chica decidió beberse su propio pis como si de un copazo de sábado noche se tratara. "He oído que es bueno para el organismo. No soy de esa clase de personas que se avergüenza por hacer algo y que dice no a intentarlo. Así que lo hice, pero no lo recomendaría. Fue algo asqueroso".

Tal y como ella misma cuenta, en el documental la veremos enrollándose con tíos, saltando de un edificio, desde aviones, nadando con tiburones... y, eso, "bebiéndome mi propio pis".

Si es que esta chica se lleva cada cosa a la boquita...