Ayer comenzaba la gira
española de Radio Days en el valenciano El Loco Club,
y el rumor (que no pude comprobar... ni siquiera lo intenté: mi
curiosidad periodística, a veces, está bajo mínimos) era que había
empezado con mal pie, con un retraso en el concierto de casi hora y
media debido, supuestamente, a problemas con el transporte en el que
venía la banda italiana. La verdad es que fue una espera extenuante,
que hizo mella en parte de los asistentes, que esperaron, impotentes,
divisando la larguísima y ensordecedora (por la potencia de volumen
que dejaban salir los altavoces del local: parecían estar incluso
más altos que durante el propio concierto) sesión de vídeos
musicales vía youtube que eran proyectados en el escenario,
intentando amenizar la espera, conscientes de que al día siguiente
muchos tenían que madrugar para ir a trabajar.
En cuanto los Radio Days subieron al lugar al que pertenecían (por cierto, después
de que el propio cantante les metiera prisa, que el resto de la banda
ya se habían quedado apalancados en la mesa del merchandising), la
impresión es que no mucho había variado respecto a los vídeos
musicales, tanto para bien como, quizás, para menos bien (de todas
formas, nada que no arreglen unas dosis de buen humor, y Radio Days, con sus chascarrillos milaneses, tenían de eso a rabiar):
tanto unos como otros eran el abecedario del power pop, una colección
de potentes y sencillas canciones de dos minutos, de ritmo
vertiginoso y vitalidad contagiosa.
La novedad, por tanto,
estaba ausente de ese vocabulario musical, así como la capacidad de
sorpresa, poesía, emoción o trascendencia: todo pasaba por la
diversión, el buen rollo, la siempre agradecida satisfacción
inmediata y el disfrute supino. Una compañera de Alquimia me dijo al
acabar que sonaban muy bien, pero que eran un poco más de lo mismo.
Exactamente eso: no había ninguna canción realmente peligrosa (como
calificó el batería a una de ellas, Don't Break My Heart) en
el repertorio de Radio Days, o simplemente tenemos distintos baremos de peligrosidad, pero sí una apuesta por el
espíritu más lúdico posible, entregado por unos músicos que, como
tantos otros, tienen a The Beatles en el pedestal como el mejor grupo del
mundo, homenajeándolo, en verdad, hasta en el propio vestuario de su
cantante, esa chaqueta de botones. El concierto, dividido, en teoría,
en tres partes, indistinguibles entre si salvo por la pequeña parada
entre ellas, duró algo más de una hora que pasó como un auténtico
suspiro. Sé que se suele decir mucho, pero, de verdad, no me podía
creer que cuando Radio Days se despidieron, lo hicieran en
serio y no volvieran a salir: tuve que comprobar el reloj para
confirmar que no, no habían transcurrido únicamente veinte minutos
desde su inicio y no habían recortado brutalmente el show tras el
inicial retraso.
En definitiva, con Radio Days, por si hacía falta todavía confirmarlo, te lo pasas en
grande. Y a otra cosa, que hay un montón que hacer hasta que vuelvan
estos italianos por la ciudad. Pero cuando lo hagan, no faltaremos a
la cita.
Más info:
http://www.lococlub.org/
Radio Days - "Sleep It Off" + "Chains"
Radio Days - "Don't Break My Heart"
Radio Days - "You Can't Do That" (The Beatles Cover)
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