Ukelele Zombies + Les Ton Ton Macoutes – Loco Club. Valencia 05-09-14

Vuelta a la rutina a base de garage y rock

Que el Loco Club de Valencia comience esta nueva temporada apostando por el garage y por nombres locales es sin duda marca de la casa, y volver a ella tras el verano (no nos olvidemos, aún todavía en época veraniega) sienta siempre bien. Sin embargo, no esperemos tranquilidad post-vacacional y propuestas a cámara lenta. Todo lo contrario. Día de reencuentros y de tralla sin contemplaciones en la primera cita sonora de septiembre: Ukelele Zombies con la munición sobrecargada y Les Ton Ton Macoutes congregando parte de la escena garage de Valencia Ville. Era hora de afilar las suelas y de suplir el sudor música: comenzaba la batalla.

Cerca de la medianoche (los horarios mediterráneos: sin respetar) Les Ton Ton Macoutes comenzaban su show. Son ese edredón cosido a base de los pedazos de bandas como Los Perros, Antiguo Régimen, Los Espantos o Wau y Los Arrrghs! (con más de un "Wau" en la sala) con puntadas grandes y sin exquisiteces. No las necesitan, ¿para qué? Leandro (voz), Gustavo (guitarra), Julián (bajo) y Belinda (batería) se acercaron a la frontera del rock, armónica en mano, con dejes de clasicismo en sus cuerdas. Los límites rotos de la voz de Leandro para un seltlist acelerado y enérgico que no terminaba de cuajar entre el escaso público asistente (la “cruz” del telonero). “Oh, señor”, “Dinero”, “Gris” o “La máquina” o “Under time” sonaban con la complicidad del respetable allí presente. A medida que fueron avanzando en su repertorio, los presentes iban perdiendo esa vergüenza que impone la banda que abre la noche, pero sin llegar a esos momentos de catarsis máxima que también hemos vivido con la banda en otros conciertos.

Desde la caverna mediterránea del garage-rock-surf de Valencia, y presentando en esta nueva temporada su recién editado EP “Guou Lleah”, Ukelele Zombies se plantaron sobre el escenario del Loco Club con las ganas subiditas de jaleo. Con la actitud activada en modo destroyer y las púas incendiadas, no quedaba duda de que iba a tratase de un ejercicio de piromanía primitivo para una tribu, la que se congregó en sus dominios sonoros, salvaje y sedienta de música. El ritual de canibalismo rock iba a comenzar y pocos saldrían vivos de la liturgia. Incluso el micro de Palmero, batería y voz, parecía descolgarse de su pie al comenzar.

Disparos certeros en cada tema y la combustión espontánea en “Babe come with me”, “El feo” o “Muerto y alegre” (una de nuestras favoritas), temas que no solo se convertían en los protagonistas de la noche, sino que además han acompañado a la banda prácticamente desde el inicio. Mucho más directos y con las tablas que da pegarse codazos en salas pequeñas, Ukelele Zombies dejaban que la noche fuera modelándose para acabar perdiendo la compostura y las buenas maneras. Era lo que tocaba, pero la "acción" se hacía esperar.

“La pescadilla”, “¿Dónde se fue?”, “Tengo serpientes”, “Veneno vudú”, “Quiero a mi chica”, o “Troglodita” iban desencadenándose y atrapando al público (más escaso que el anterior, en desaparición “nicotinera” hasta ese final en el que Leandro, el “macoute” compartía orgía sonora con los Ukelele Zombies. Así sonaba ese “Bull skull”, compartido a medias, con armónica y con un Palmero, tom en mano, que decidió bajarse del escenario y tirarse al suelo para compartir una especie de experiencia 3D con los asistentes. Divertidos, acelerados y con una guitarra que no puede pasar desapercibida, la de Luis Armand, uno de los guitarras de la escena a destacar del amasijo de bandas garage de la ciudad.

La banda de Armand (guitarra), Daniel Peinado (bajo) y Andrés Palmero (voz, batería) han dejado de ser la eterna “promesa del garage local” para conseguir con este “Guou Lleah” hacerse hueco a baquetazos en la misma. Ya no son los herederos de nadie, sino que se han bebido esa herencia para poder lanzar después mejores alaridos. Sin miramientos ni complacencias: Ukelele Zombies conocen de sobra el terreno que dinamitan dejando detrás de cada tema una humareda de pegajosa visceralidad.

Noche de gamberrismo premeditado y de desacato sonoro para una fiesta en la que todos los presentes se dejaron llevar por esos bajos instintos que tanto Ukelele Zombies como Les Ton Ton Macoutes agitan desde el escenario. Y acabar en el suelo, vibrando, pocas veces se consigue. “Tengo serpientes” es uno de los temas que Ukelele Zombies nos dejaban antes de convertirse en los reyes del lugar.