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lunes, octubre 27, 2014

Deleste Festival (Sábado) - La Rambleta . Valencia, 25-10-2014

Segunda jornada del Deleste Festival, con las esperadas actuaciones de Madee y Grupo de Expertos Solynieve más el familiar Deleste Kids de la mañana.

Sábado por la mañana, temprano. Demasiado temprano, sobre todo si el día anterior has participado en una maratón de ocho horas de conciertos. Puede que llegue un momento en el que las piernas no dan para más, pero la posibilidad de disfrutar del programa de este año del Deleste Kids hace moverse a cualquiera. 

Aunque los conciertos matinales están en principio orientados a un público infantil y familiar, suelen resultar lo suficientemente interesantes para atraer a un respetable variopinto. Como ocurrió el año pasado con Tachenko, muchos no nos quisimos perder la oportunidad de escuchar a bandas que habríamos preferido en horario de tarde. 

Para comenzar, qué mejor que una inyección de energía y pop vitalista de la mano de Me and the Bees. Los barceloneses tienen reciente la edición de su segundo largo, “Mundo Fatal”, en el que siguen la línea recorrida en el delicioso “Fuerza Bien”, aunque con un sonido más cristalino y trabajado. Pero las constantes siguen ahí: melodías que cumplen con exactitud los cánones del pop, cortas y directas, llenas de luz y experiencias vitales. Coros frescos y pegadizos y la peculiar voz de Esther conduciendo este vehículo de buenrollismo extremo. 

Me and the Bees transmiten siempre una luminosidad arrolladora sobre el escenario, que deja con un poso de optimismo extremo y la sensación de estar viendo tocar a tus amigos de toda la vida. Quizá ligeramente nerviosos al principio, no tardaron en sobrepasar este momento para ofrecer un concierto que hizo las delicias de los niños presentes. Y de los adultos, todo hay que decirlo. 

Red Buffalo, presentes en el cartel como ganadores del concurso Vinilo Valencia, dieron un directo contundente, compacto y de calidad. A pesar de que su sonido y estética pueden no ser lo más indicado a priori para atraer al público infantil, sí consiguieron monopolizar las miradas de los presentes en la sala. Tono Simone (guitarra y voz), Pedro Sala (bajo), Mike Fernández y Manolete Blanco (guitarras), e Imanol (batería) y su rock ’n’ roll de raíz americana, nos dejaron con un directo de técnica impecable, con un bajo que marcaba los ritmos de forma brillante y una fuerte e interesante puesta en escena que alcanzó puntos álgidos en temas como “Sunset” donde Tono aporrea el tambor. 

El valenciano residente en Barcelona Alberto Montero fue el encargado de abrir la jornada de tarde en el auditorio. El grueso de su actuación se centró en su último trabajo "Puerto Príncipe" (Bcore, 13), que recoge doce cortes que continúan la línea tomada en su antecesor "Claroscuro", dejando de lado el inglés para narrar sus historias en castellano. Acompañado del guitarrista Román Gil, parte fundamental en los sonidos y arreglos de este trabajo, nos introdujo en sus melodías oníricas, elegantes y delicadas. Partiendo del folk sus piezas recogen influencias como el jazz, la psicodelia o los ritmos latinos, todo ello impregnado del aire mediterráneo que le caracteriza. 

Su grandilocuencia se escondió bajo un halo de sencillez. Muchos genios suelen brillar de esta forma, y no es para menos el caso de Alberto que con su honestidad, constancia y compromiso con su trabajo, consiguió dejar una de las actuaciones más gratificantes del festival. A destacar la versión de “Caramelo de limón” de las Vainica Doble, la brillante “En la ciudad de la luz” (Claroscuro, 2011) y su cierre de lujo con “El juego del olvido”

Tras la calma de Alberto Montero llegó el turno de una de las sorpresas del festival. Un gran rótulo luminoso que dominaba la parte izquierda del escenario del auditorio anunciaba minutos antes la actuación de Holzwarth, proyecto personal del valenciano Enrique Holzwarth, acompañado para la ocasión de Iván X a la guitarra y Sammy Outsemade con los sintetizadores. Holzwarth aprovechó la ocasión para presentar “Father Theories” (dedicado a la memoria de su padre, con temas como “Electron Clouds” o “Crystal Bones”) y ofrecer en primicia “Circles”, compuesto especialmente para el festival. 

Con una propuesta que va entre la electrónica y el synth-pop, el trío ofreció un sonido limpio y lleno de groove que oscilaba entre lo bailable y lo agradablemente íntimo y cercano, siempre con la excelente guitarra de Iván X dando el punto electrizante a un conjunto muy atractivo. 

Los catalanes Madee anunciaban hace unos meses una pequeña gira de reunión con motivo del décimo aniversario de su tercer trabajo, “Orion´s Belt”. Que la cita en Valencia se reservara para el Deleste Festival fue una de las mejores cosas que le ha podido pasar al público seguidor de la banda, ya que, disfrutar de su directo en un auditorio como el de La Rambleta, se presentaba como una oportunidad única. Ramón Rodríguez (voz y guitarra), Lluís Cots (batería), Pep Masiques (bajo), Capi y Adam Vives (guitarras) y Marc Prats (teclados), nos dejaron un directo intenso y memorable. Las canciones hablaban por si mismas, así que resultó totalmente innecesario decir nada entre canción y canción, tomando el sentido grandioso del sonido que confiere Madee a unas melodías con claras influencias de bandas como Sunny Day Real State y que transcurren entre su dulce melancolía y la pulsión rítmica cargada de intensidad a través de sus pasajes instrumentales. 

El repertorio se centró en sus dos últimas referencias (“Orion´s Belt” y “´L'Antarctica”). Con un sonido impecable, salvando en tiempo record los pequeños problemas de sonido que hubieron al inicio, el desarrollo del concierto fue sobresaliente, alcanzando momento álgidos con cortes como “Mintaka”, “Betlegeuse”, “Age Of Ruin” (que da título a su último single) y “Orion´s Belt”, que puso el cierre a un sueño hecho realidad para muchos de los allí presentes. 

Tras la catarsis de Madee, llegó el turno de Joe La Reina, presentando su primer larga duración "Bailamos por miedo" (Subterfuge, 2014) en la última actuación que nos dejaría el Deleste en el auditorio.Las miras estaban puestas a que fuera uno de los momentos más emotivos del festival, al igual que ocurrió con McEnroe en la primera edición y con Julio de la Rosa en la segunda, y aunque no alcanzaran el "Cum laude" esperado, el directo de los vascos sí que llegó a adentrarnos en la profundidad de sus composiciones, ahondando en nuestros interiores con sonoridades en clave de folk y ese aire de western que destellan algunos de sus cortes.

"Evitamos las preguntas y empezamos a bailar", invitación servida por la voz peculiar de Lucas, nos introdujo en su universo sonoro. "Somos otros", "Tiemblan", "Oh, la mía pena", "Tempestad" o "Rusia" fueron algunos de los cortes que brillaron sobre el escenario, interpretados y ejecutados de forma correcta y compacta en una despedida perfecta del paraíso sonoro de nuestra ciudad para descender (de nuevo) al escenario Jagërmeister. 

Descenso, sí, pero esta vez no solo por la escalera que lleva a la segunda parte de la noche, sino también por los ritmos “garageros” que trajeron los barceloneses Fuckin´Bollocks, con el compacto “Internacional Bikini Allstars” bajo el brazo. Sonidos de claras influencias norteamericanas, que trasladan con toda la intención a un garito perdido en la salida de una autopista cualquiera y un concierto correcto en el que el blues y el rock se unieron de manera solvente. 

Con el escenario Jagërmeister de nuevo a pleno rendimiento, llegó el turno de los valencianos Polock. Tras un debut sorprendente dentro del panorama nacional, el pegadizo y bailable “Getting Down From the Trees”, el grupo liderado por Papu Sebastián no ha logrado superar el listón tan temido del segundo disco. El camino iniciado, acertado dentro de una fórmula ya conocida de bandas de pop electrónico bailable, entra dentro de una cierta monotonía en la que hace falta innovación. 

Los valencianos suenan bien, sí, pero al escucharlos no se puede evitar pensar en otras formaciones con más tablas y recursos. Un directo comedido, en el que no llegaron a soltarse del todo sobre el escenario, y que convenció a los fans de la banda (que los hay, y muchos, en esta ciudad), pero que no pudo más que dejar algo fríos al resto de los asistentes. 

El proyecto paralelo de J (Los Planetas) y de Manu Ferrón (compositor de letras de canciones de Los Planetas como “La playa” o “Corrientes circulares en el tiempo”), Grupo de Expertos Solynieve, era uno de los platos fuertes del festival. Víctor Lapido (ex 091 y actualmente en Lagartija Nick), el batería Antonio Lomas y el bajista Miguel López (Lori Meyers), cierran la formación. 

Cinco músicos de altura que pasean con elegancia canciones que ya han conseguido instalarse en la memoria musical de sus seguidores. Su sonido folk, country y rock con acento sureño desprendió un soplo de aire fresco que nos dejó uno de los momentos más placenteros del festival. La lírica de sus canciones transcurre en retazos de cotidianidad, paisajes costumbristas, comentarios jocosos y alegatos políticos expresados con la sabiduría de dos letristas de la talla de J y Manu

No podemos dejar de destacar uno de los momentos más mágicos del directo, la colaboración de Micalet Landete (Senior) junto a Manu en las voces, para interpretar uno de sus grandes hits, “La reina de Inglaterra”

La actuación de los Nueva Vulcano programada para el cierre del festival vino a desencadenar la locura, el caos, la desinhibición y la máxima entrega del público. La masa humana bañada en sudor, pisotones y golpetazos, unida en un baile melódico y seducida en un estallido de felicidad. Las revoluciones se dispararon, sin casi concesiones, fueron directos al grano, y supieron darnos de lleno. Veloces, audaces, viscerales e intensos dieron una lección de clase y actitud que nos dejó momentos gloriosos con cortes como “Dulce y ácida”, “Níquel, canela”, “Amor moderno” o “Te debo un baile”

El broche de oro, terminar con “El día de mañana” para reafirmar que son imprescindibles. En estos momentos ya están metidos de lleno en la grabación de su cuarto trabajo en los estudios Cal Pau Recordings con Santi García. Por nuestra parte, nos quedamos esperando a que visiten de nuevo la ciudad para presentar uno de los discos más esperados del momento. 

Tras la exhibición de músculo de los Nueva Vulcano llegó el cierre de la noche con Los Átomos Djs, marca de la casa como viene siendo habitual. Sin palabras, sin energías para más después del derroche físico y emocional de dos jornadas casi redondas, el público desfilaba hacia un merecido descanso, necesario para recopilar con calma los momentos vividos. Seguro que están de acuerdo con nosotras: el Deleste Festival es necesario para esta ciudad, y no puede más que crecer a partir de una tercera edición que le consolida como cita imprescindible en el calendario. Nos vemos en el Deleste 2015.

Texto: Susana Godoy y María Carbonell

Fotografía: Susana Godoy 

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