La propuesta efervescente que se esconde en “Perpetual Motion People” llegará a La Rambleta el 3 de noviembre. 

El adalid de la utopía musical está de gira y pasará por varias ciudades españolas a partir del 31 de octubre. De Madrid (2 noviembre, sala Sol) a Barcelona (4 noviembre, Sidecar) pasando por Zarautz (31 octubre sala Gaztemaniak) o Zaragoza (1 noviembre, Las Armas). Una de esas citas que, si han pasado desapercibidas, hay que subrayarlas y tenerlas presentes. No es la primera vez que Ezra Furman pisa nuestras tierras, pero estará de estreno con “Perpetual Motion People”, que llegará a La Rambleta de Valencia el próximo martes 3 de noviembre. Uno de los nombres de la temporada que llega con las buenas críticas, tanto de su tercer trabajo como de la vitalidad que contagia en sus conciertos. Luego no nos lamentemos de la escasa presencia de nombres internacionales a este lado del Turia; oportunidad de acercarse a una de las propuestas más frescas e interesantes del actual panorama musical. Las puertas del recinto se abrirán a las 21h y el concierto comenzará una hora más tarde. Las entradas pueden adquirirse todavía de forma anticipada a través de Onetwotix y Ticketea a partir de 15 €. 

Desde luego que Ezra Furman no es un desconocido. No lo es porque en su currículum no solo constan sus 3 trabajos editados en solitario, sino otros 3 más en compañía de The Harpoons. El de Chicago parece que siempre ha sabido por dónde dirigir sus pasos, teniendo claras sus influencias pero sin depender de ellas a la hora de componer cortes como “Tip of a Match” o “Pot Holes”. Y es que este tercer trabajo que presentará en Valencia, “Perpetual Motion People”, no es más que la consolidación de “Day of the dog” y “The year of no returning” y el estallido final con el que termina de salir del casarón. 

Excesivo en ocasiones (esos ademanes en "Wobbly") y al margen de las etiquetas estilísticas que se podrían esperar de un cantautor que recurre al skiffle, al punk edulcorado, al rock y a la tradición americana más clásica. Ese riff inicial de “Body was made”, saxo incluido a lo Clarence Clemons con ecos de rock clásico, nos devuelve las imágenes conocidas de temas que en alguna medida nos han marcado años atrás. Pero sin atiborrarse de nostalgia, sin querer ser más que esos clásicos. Ezra Furman posee la instancia necesaria para convertirse en sí mismo en un estilo. Es por eso por lo que retrocede con “Lousy Connection” al doo woop que podríamos encontrar en los Coasters para acabar lindando con ese rock arropado de soul con el que acaba macerando el tema. 

Pero más allá de esas referencias que plagan “Perpetual Motion People”, la grandeza de Ezra Furman es la de militar en el bando que le da la gana sin tener que asumir ningún tipo de rol o pose. De ahí la vitalidad, la frescura de sus directos, vista-o-no-vestido-y-tacones, mezcle o no el judaísmo con el ritmo de Berry. “… I was sick of this ordinary life… you’ve gotta keep it new to keep it true…” canta en “Ordinary Life”. Que en sus letras hay huellas de sus propias experiencias es evidente, pero que consiga construir un universo nada condescendiente gana puntos en nuestra escala. Melodías que guardan ese punto de emoción como en “Haunted Head”. 

Nos quedamos de momento con el baile de “Restless year”, el corte que abre el último trabajo de Ezra Furman y que dirige el camino de esos 13 cortes de energía descarada que se gasta el de Chicago. Espontáneo, divertido y, sobre todo, un showman sobre el escenario que sabe cómo conquistar a los devotos y a los “neofurmanianos”.

   

Ezra Furman: “Restless year” (Dir. Joseph Brett, 2015)