Seguimos adelante con los fastos para celebrar que Polaroid Club lleva cuatro años abriendo sus puertas para todo tipo de gustos y públicos en Granada. En esta sala, durante este tiempo, hemos podido escuchar desde el hardcore a música disco, pasando por pop, country, rock y todo el indie patrio y foráneo.

La sala, se ha ido convirtiendo así, en una de las imprescindibles en las noches granadinas, teniendo además, el buen gusto, de coordinarse en cuanto a horarios con otras salas para posibilitar el disfrute de varios eventos en una misma noche a todos los que somos unos adictos a y buen directo.


Este fin de semana, tras el inicio de la celebración el jueves con tres grupos locales, los encargados de dar caña el viernes fueron Los Jaguares de la Bahía, una curiosa formación llegada desde El Puerto de Santa María, capitaneada nada menos que por Paco Loco y con una escudería de Fender Jaguar pilotadas por él mismo y Pablo Errea (Australian Blonde), Esteban Perles, (Lêda Tres y Bigott) y Chuchi Cabral (G.A.S. Drummers). No son, sin embargo, las guitarras, las que dan nombre al grupo, que es un nuevo “divertimento” de Paco, sino la Bahía de Cádiz, desde donde nos llega esta superbanda sin complejos de ningún tipo.

A base de buenos riff guitarreros y mucha caña pero sobre todo con un exquisito sentido del humor, el del propio Paco Loco, que desde poner de manifiesto que el concierto era “muy íntimo” (sí, no hubo público a pesar de que la banda merecía un lleno absoluto) y pedir que se cerraran las puertas para seguir con esa intimidad inicial a pedir que no se hablara de ellos en las redes sociales porque “hemos tocado en el Monkey Week y nadie ha hablado de ello”.

Cosas del mainstream, supongo, porque si a lo divertido de los temas, e incluso los títulos, le unimos que se traba de un grupo de músicos consolidados con un proyecto que se sale de lo habitual, el resultado debería haber sido muy distinto al que pudimos ver el pasado viernes en Polaroid Club. Me salto, a pesar de todo, la recomendación de Paco Loco de no hablar de ellos porque estos Jaguares (que llevan el mismo nombre que un equipo de baloncesto de Nayarit-México, según leo en una estupenda previa del siempre docto Enrique Novi) son de los que literalmente rrrrrugen en escena.


El sábado seguíamos de fiesta, con Siesta!, un dúo valenciano que tienen una arriesgada propuesta de corte inclasificable y resultados memorables. A base de guitarras, percusiones que se alternan entre ambos componentes y teclados ellos definen su música como “punk troglotrónico” que, llevado a la práctica explota al máximo las posibilidades de los sintes y las percusiones de cadencia hipnótica sobre las que los loops inacabables.

Sonidos atmosféricos que se apoyan en un juego de luces infotografiable pero que visualmente sí aporta mucho a la escena, voces con reberb infinitos, distorsiones llevadas a lo superlativo y aderezado por esos ritmos tribales que te hacen sumergirte, directamente, en la atmósfera agitada y poderosa que consiguen crear en la oscuridad de la sala.

Potentes y con mucha proyección, saliéndose también de una escena saturada de sonidos demasiado similares entre los grupos que salen a la palestra, tratando de aportar algo nuevo a la música, esta vez desde el lado de la electrónica más salvaje y la actitud más desenfadada, estos chicos llegaron desde Valencia para despertarnos, precisamente, de cualquier siesta.

Crónica: María Villa
Fotos: PerseFone y María Villa