El encargado de abrir la velada fue Juan Blas con su proyecto The Big Bench que actuó solo sobre el escenario con su guitarra acústica. El músico nos obsequió con una serie de temas de corte emocional con tintes oscuros que le hizo ganarse al público desde la primera nota. Cabe destacar el buen partido que supo sacarle a su guitarra y su buena capacidad vocal tal y como se puede esperar de alguien que lleva más de 15 años en la música al frente de Nothink. Los 40 minutos que duró el concierto acústico pudieron hacerse largos para quien no conociese los temas. Sin embargo, nos mostró claramente el gran potencial del sonido de The Big Bench con la banda al completo.
Tras el telonero, enseguida tuvimos sobre el escenario a Iseo con su guitarra eléctrica acompañada por Antonio Calvo al bajo, Charlie Moreno a los teclados y Josu Erviti a la percusión. Una formación muy bien equilibrada cuya protagonista indiscutible fue la voz de Leire. En el concierto, que casi llegó a la hora y media de duración, pudimos escuchar todos los temas de Last Night junto con otros de Red Gardens (el anterior trabajo de Iseo) además de alguna sorpresa en forma de versión. Ya desde la primera canción, The Wolf, se hizo el silencio entre el público que escuchaba embelesado la voz de la cantante para estallar en aplausos al final de cada tema. La música de Iseo destila buenas vibraciones y los músicos supieron potenciar esto para el directo. No sabemos si serían las variadas influencias que apreciamos en las canciones (RnB, pop, bossa nova, reggae…), pero lo cierto es que no se nos quitó la sonrisa de la cara en todo el concierto. El buen rollo que reinaba sobre el escenario se contagió en seguida a los asistentes que arrancaron a bailar en varios momentos del concierto. Esto es de esperar cuando entre tu repertorio se pueden encontrar temas tan vibrantes como Stop The World, Deep Voice o una estupenda versión de The Way You Make Me Feel de Michael Jackson. Gran contribución a nuestras ganas de bailar fueron los ritmos sandungueros que Josu supo mezclar a la perfección con otros más convencionales. Pero sin duda, lo más destacable del concierto fue el manejo de la voz de Leire.
A lo largo del concierto pudimos comprobar cómo la cantante es capaz de llenar sus canciones de variadas texturas y
giros vocales sin fallar una nota y con una facilidad de la que solo pueden
presumir aquellos con un talento innato. Ella misma fue la responsable durante
el concierto de crear la base melódica y rítmica de algunas de sus canciones haciendo un uso magistral de
su pedal looper. Con él iba añadiendo líneas vocales y percusión hasta que la base estaba completa y comenzaba la canción propiamente dicha. El público, entusiasmado con el espectáculo tuvo que contenerse en más de una ocasión de aplaudir o vitorear para que no se “colasen” los vítores en la propia base, algo que Leire les instó a hacer con gran simpatía. Y es que la cantante estaba muy feliz de sentirse tan arropada por el público y así lo transmitió.
El final del concierto llegaría con el esperado Last Night, tema que da nombre al disco y con el que los músicos
pusieron un broche de oro a un concierto
muy elegante con una propuesta innovadora y de gran calidad. Sin duda, estamos ante un proyecto con mucho futuro al que merece la pena seguir la pista.
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