Vita Insomne, son jóvenes, se nota en el ímpetu y las ganas con las que se subieron al escenario de La Sala (Granada) en la tarde de ayer domingo. Unas tardes dedicadas a público más juvenil que son posibles gracias al apoyo de esta sala a las nuevas generaciones musicales.

Llegaron con un puñado de canciones propias y apenas un par de versiones a las que le dan un toque personal y una vuelta de tuerca para llevarse a su terreno, “Qué electricidad” de Carlos Sadness y “Qué bien” de Izal pero, entre medias, canciones compuestas íntegramente por el grupo llenas de letras basadas en sus propias experiencias vitales, sus anhelos y sus fantasías.


En la red ya adelantaron algunas grabaciones que si bien son aún caseras, cumplen con creces su función de dar a conocer su estilo y su forma de hacer música, entre ellas “Otra despedida” y “La canción más moñas jamás escrita en la historia del universo” que luego, en directo, resulta ser mucho menos “moñas” de lo que anuncia su título.

Al escenario salieron cargados de energía, no en vano son chavales jóvenes pero con formación musical todos ellos, las nuevas generaciones salen ahora de las escuelas de música y tienen claro lo que quieren hacer. Vita Insomne se formó hace apenas unos meses entre un grupo de amigos con aficiones comunes y en tan poco tiempo han sido capaces de componer un buen puñado de temas para defender en directo aunque, como ellos mismos dicen, aún les queda mucho rodaje para plantearse grabar algo.


En el grupo escuchamos a Fernando Cuesta (voz, guitarra acústica y ukelele), Víctor Alonso (guitarra eléctrica, acústica y coros), Darío R. Muñoz (batería) y Alberto Vega (bajo) y en La Sala sorprendieron muy gratamente por el desparpajo con el que se ganaron al abundante público (vendieron todo el aforo del local) y la conexión que establecieron rápidamente con sus seguidores.

Una buena interpretación por parte de todos sus componentes, con sitio para los solos de cada uno de ellos por separado a modo de presentación musical de los mismos y una alegría y vitalidad que esperamos mantengan en las actuaciones que aún tienen por delante. Está claro que si alguien agradeció su actitud fue un público entregadísimo que ya se sabían y coreaban las canciones y que les han seguido en los pocos acústicos que han ofrecido en la ciudad antes de estrenarse en eléctrico con toda la banda en el Centro de Interpretación de la Vega en Vegas del Genil hace unas semanas en un concierto que sirvió a la banda para probarse en directo.


Con gente así, que revitaliza una escena musical cargada de buenas propuestas en una ciudad en la que la música, en todos sus estilos, tiene una gran acogida entre el público siempre con ganas de asistir a conciertos en directos aunque estos se celebren un domingo por la tarde (ya hemos visto ejemplos similares con otros grupos que han elegido el mismo día y horario de actuación), es un placer pasar una tarde musical de domingo. Mucha mierda chavales, ahora es cuando empieza lo bueno.

Crónica: María Villa
Fotos: FOL Contreras