Como suele decirse en muchas ocasiones, frase ideal para los que destacan por su tesón, a la tercera va la vencida. Y así fue el viernes en Granada, tras dos aplazamientos en la fecha (no imputables a la Sala Prince ni al grupo) los fans de L.A. por fin pudieron reunirse con ellos en una noche realmente memorable.

La apertura, a cargo de los granadinos S.U.E. (noche de grupos con siglas) ya dejaba ver que el concierto iba a centrarse en sonidos poco convencionales, porque si de algo pueden presumir también estos artistas locales, es de su búsqueda de otras posibilidades sonoras en las que este grupo, cuando actúa al completo, se ha especializado y que el viernes, en acústico, demostraban que también pueden lucirse en un formato más intimista.


Los mallorquines, con Luís Alberto Segura a la cabeza, llegaban con ganas de compensar con creces a quienes habían tenido la paciencia de esperar su paso por Granada y así, con una sala prácticamente llena, L.A. llegaron al escenario en pleno Ocean Tour. Una gira que les está dando muchas satisfacciones y muy buenas críticas.

Si en un momento determinado, el grupo se metió de lleno en aguas turbulentas en la búsqueda de una personalidad propia, para lo cual el carismático Luís Alberto Segura no tiene más que dejarse llevar y dar de sí todo lo que su capacidad vocal y personal le permiten, llegados a este punto de su carrera musical podemos afirmar que L.A. no se parecen a ninguna otra banda de las que se mueven por el panorama nacional.


Quizás sea eso, y la claridad con la que se han trazado una línea que siguen con tesón, lo que les está llevando a ser uno de los grupos con más proyección internacional, como hemos constatado al conocer que banda irlandesa Kodaline les ha elegido para acompañarles en su gira europea que recorrerá Francia, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania, Polonia, República Checa, Austria e Italia.

En Granada salieron con fuerza, entre una espesa niebla que empieza a ser sello de los grupos más consolidados, y una luces oscuras que silueteaban a los componentes, dejándonos solamente entrever a los músicos y centrando, sólo en ocasiones y muy indirectamente, algún foco en su líder, arrancando con “Oh, Why” de un ‘Dualize’ que supuso un punto de inflexión para la banda y aún sigue plenamente vigente.


En esta gira, junto a los temas de su nuevo disco “From the City to the Ocean Side” (Sony Music, 2015), se están escuchando las canciones más representativas de sus anteriores trabajos: Dualize, Hevenly Hell y SLNT FLM. Se presenta en formato trío, aunque en Sala Prince junto a Luís Alberto pudimos escuchar a Pep Mulet (guitarra, sintetizadores y coros),  Ángel Cubero (bajo) y Dimas Frías (batería y percusiones).

En esa línea, no hubo que esperar mucho para escuchar un “Dualize” que sonó en quinto lugar de un set list en el que el recorrido de la banda fue ideal para que sus fans no se quedaran con ganas de ninguno de sus temas más emblemáticos. De ese trabajo sonaba también “Outsider”, “In the Meadow” y “Rebel”, que fue la elegida para cerrar el concierto que, por supuesto, contó con su generosa ronda de bises.


Antes de eso, momento intimista de Luís Alberto Segura con la acústica, tres temas en ese formato que se podían haber disfrutado mucho más, si el murmullo de la gente no se hubiera elevado, hasta el punto de que el propio cantante tuvo que llamar la atención a quienes no dejaban escuchar música a los que habían ido hasta allí precisamente para disfrutarla. Concluido ese momento de intimidad con el artista, nueva sorpresa al verle ponerse a la batería y demostrar que darle con ganas a las baquetas y cantar es posible cuando se tiene la seguridad y las cualidades vocales de este artista que, sin dudas, está en un gran momento personal y musical.

Terminaban así, porque todo tiene que terminar en algún momento, con ese “Rebel” que anunciaba la despedida, un concierto con un sonido impecable y una puesta en escena muy acorde a la línea de la banda, un concierto de esos que pone los pelos de punta. Está claro que la espera, una vez más, había merecido la pena.

Crónica: María Villa
Fotos: PerseFone

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