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martes, agosto 09, 2016

Low 2016: una montaña rusa musical.

En esta burbuja de festivales de verano donde la comunidad valenciana se lleva una buena porción, pilla muchos y variados aunque este lo ha habido amenazas de cancelación de su vecino Arenal Sound donde además tienen siempre mala suerte con la climatología. Pero el Low no, el Low tiene un pacto de buen tiempo y de festival rodado, de aprender de los errores de cada edición para perfilar en esta novena edición un festival índice que torna en electrónico cuando dan las doce campanadas y agrada a todos. Un festival que está donde debe y cuando debe. En pleno verano, en la costa, en Benidorm, en lugar vacacional que hace que vecinos, turistas y extranjeros se pasen por el estadio Guillermo Campoamor a buscar un poco de música de la buena. Y desde hace unos años familias, niños pequeños, corretean felices por el recinto mientras los padres disfrutan de un concierto. Porque los indies ya han crecido y se han multiplicado.

Este año fueron tres intensos días con cuatro escenarios. En el grande, el Budweiser, se disfrutaron los denominados "cabeza de cartel", un espacio amplio, con un sonido potente y las gradas que permiten disfrutar a cada uno a su ritmo de conciertazos como el de Love of Lesbian, un show ortodoxo y resultan para los festivales que se atreve a recuperar canciones inusuales y algunos temas de su poeta Haley. O Belle And Sebastián con un pop alegre y resultan que acabó siendo una fiesta sobre el escenario con medio auditorio coreando y bailando los temas de los escoceses como si no hubiera un mañana. Y después la fiesta podía continuar hasta la hora que quieras con el giro electrónico de Hot Chip y Monarchy. Como decimos, el Low nocturno es casi tan interesante como el de tarde noche para aquellos que no tengan que madrugar.

Si este menú de viernes no te agradaba te podíamos recomendar el siempre simpaticón Ángel Stanich que tuvo el dudoso privilegio de abrir el escenario Matusalem a la hora de los motivados. Pero en este mismo escenario desfilaron los discos y los grupos más motivados de la jornada. L.A.M.O.D.A. que son tantos en el escenario que a este paso van a necesitar un anexo. León Benabente y Belako cosecharon las mejores críticas del día presentando sus segundos trabajos con energía y vitalidad. Con directos inmejorables y arrolladores, una experiencia que gracias a la política de no solapa miento del Low pudimos disfrutar sin renunciar a nada. Y para poner la guinda WAS (ex We Are Standar) y los divertidisimos ElyElla Djs. 

Los Nastys fueron los que ganaron al público en la jornada del viernes en el escenario Wiko que nos dejó descubrir grupos más modestos y la fiesta continuaba con los Djs del escenario JägerMusic donde por extraño que parezca siempre había un nutrido grupo de gente disfrutando del ambiente festivo.

Los viernes suele. Ser días tranquilos y relajados porque los festivales tienen ese punto de carrera de fondo que te obliga a hacer un esfuerzo sobre humano para llegar al final. Pero el sábado suele ponerte las cosas complicadas. La artillería pesada llegó a Benidorm en forma de grupazos nacionales e internacionales. Parece que los pobres Second siempre abren la jornada en el Low solo que en esta ocasión saltaron a la plaza principal con su directo competente y asquerosamente afinado. Black Lios disfrutaron de una hora algo más decente pero la mayor confluencia de público se dió con el esperadisimo único concierto de Los Planetas que tiran de recursos en un recital que nos dejó sorprendentemente fríos. Suede fue lo mejor del día, y si me e puras del festival, porque la fuerza de Brett Anderson enfrentándose a un público que claramente no era el suyo a costa de sudor y repertorio con porrazo incluido y desvanecimiento que dió un buen susto pero que nos recuerda que las grandes estrellas tienen ese algo especial que hace que pase el tiempo que pase sigan ahí. 

La jornada la cerró Peaches, aunque pasó factura el agotamiento y la huida después de Suede fue tirando a masiva.
Alternativa,ente en el escenario Matusalem Sr. Chinarro inauguró el día que empezó muy caluroso. Novedades Carminha prepararon el terreno para los platos fuertes: Niños Mutantes y La habitación roja que se limitaron a hacer lo que mejor saben, tirando de repertorio festivalero con un set list ligéramente resultón con sus aclamados anteriores trabajos "fue eléctrico" y "la moneda en el aire"  que complace al 80% del público que se quedó a disfrutar con ellos. Ya a horas intempestivas Yall y Buffetlibre cerraron la noche reuniendo a miles de lowers dispuesto a quemar suelas.

Y así llegamos al domingo que se declaró el día más familiar de todos y por la noche el más festivo. Prepare la gracia del Low también son los contrastes. Mucha familia con entrada de día y chavales que se acercaron a curiosear, mucho indie atraído por la promesa de Vetusta Morla y algún autóctono empeñado en gastar todos los tokens aunque le fuera la vida en ello hicieron que la jornada fuera muy divertida y dinámica. 

Nos gustaría empezar el repaso con la maniobra de resurrección del grupo granadino 091 que a pesar de estar entre los Cabezas de cartel disfrutaron de un set list asquerosamente limitado. Entre el público mucho andaluz aprovechando para recordar sus tiempos mozos y curiosos que no conocían el estilo ni la dinámica rock del conjunto. No en vano ser "teloneros" de Vetusta Morla no es lo más justo para una banda de semejante repercusión y trayectoria. Imagínense actualmente a héroes del silencio en esa situación. Reconozco que el hecho de disfrutar de una comida sin colas solo es posible gracias a Vetusta, el recinto en pleno se desplazó al escenario principal para ver el concierto dejando cierta libertad de movimiento a aquellos osados que no se dejaron seducir por los madrileños. Su repertorio no tuvo sorpresas. The Kooks y Miami Horror cerraron el escenario Budweiser pero si alguno quería pasar un rato divertido tenía más opciones.

Para mí posiblemente fuera el día más interesante del escenario Matusalem, y es que Mucho es siempre una fiesta surrealista. Carlos Sadness nunca decepciona. No podemos decir todos los días que hemos visto a Marky Ramone. El nuevo disco de Miss Cafeína suena brutal. Javiera Mena no dió un concierto, lo suyo fue una fiesta... En fin, un no parar de música que llegó hasta el amanecer.

Del casi olvidado Wiko nos quedamos con Las Ruinas, El Último Vecino y Trajano! Los tres merecen pasar el año que viene al escenario mediano solo por el espectáculo que regalaron. 

Es feo y complicado hacer balance de un festival, es complicado porque por fortuna a los festivales son para vivirlos en propias carnes, disfrutar de los momentos, compartir cervezas, descansar, decidir dónde comer, salir a despejarse, entrar a las primeras filas o dejarse caer por las gradas. Nuestro consejo es que lo viváis. El Low está para disfrutarlo y es de esos festivales que dejan buen sabor de boca, que te entretienen y te divierten, que está bien organizado, que no te desespera, que te anima a volver... ¿Os vemos allí el año que viene?


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