Las cosas, o se celebran a lo grande o no se celebran. Algo así han debido pensar los responsables de San Miguel Music Explorer y Espectáculos Mundo para montar una fiesta de esta envergadura. El motivo, "50 años siendo boquerones", un lema que ha usado San Miguel para celebrar el tiempo que lleva establecido en la ciudad.

El cartel, de lujo, encabezado por Izal y Sidonie y con la participación de dos grupos salidos de un concurso cuyo objetivo ha sido premiar y visibilizar grupos emergentes, ellos eran Jarrillo de Lata y Culitos Chicos, dos bandas que han llegado a la final y se disputaban el primer puesto en esa intervención en la que se encargaban de abrir la noche ante unas cuatro mil personas. Lo cual, ya de por sí, es todo un premio.


Tras ellos, Sidonie se empeñaban en demostrar, una vez más, la delgada línea que separa ser "El peor grupo del mundo" con el estrellato del que disfruta esta banda tan adecuada para realzar el ambien te festivo que debía vivirse en esta celebración.

Ellos son divertidos, descarados, desenfadados y sobre todo, músicos con capacidad para hacer temas tan pegadizos que, desde el primero ("Os queremos") al último ("Estáis aquí") no hubo uno sólo que no fuese coreado por un entregadísimo público. No faltaron, por supuesto, "Sierra y Canadá" de su anterior álbum, "EPGDM", "Carreteras Infinitas", "Un día de mierda" o "Cumpleaños Feliz", porque además, la fiesta se extendía a la celebración del cumpleaños de Jes Senra y la banda no desaprovechó la oportunidad de cantarle y compartir ese momento con los numerosos fans que abarrotaron el recinto.


Espectaculares, como siempre, haciendo de cada concierto un show en el que divertir y divertirse, su tiempo sobre el escenario, que terminaba con la ya habitual lluvia de confetti que ponía fin a los bises y que tuvo la capacidad de ir de más a mucho más, porque con ellos, la fiesta, no decae nunca.


Para cerrar la noche, unos esperadísimos Izal que empiezan a cerrar su etapa con "Copacabana" y que ya han informado que en la mayor parte del próximo año no estarán sobre los escenarios (una vez concluyan su gira despedida) sino trabajando en su siguiente álbum. Abrían, como era de esperar, con Copacabana y con un Mikel rebosante de simpatía, espontáneo y con capacidad para llegar de verdad al público, seguían con los temas de su último LP, aunque intercalados con tantos y tantos temas que ya se han hecho imprescindibles en sus conciertos.

Entre ellos "La mujer de verde", "Qué bien", "Prueba y error", "Magia y efectos especiales" y tantas otras, entre todos sus trabajos, que el público se sabe tan bien como ellos, a juzgar por las muchas voces que se alzaban desde el comienzo para cantar con ellos cada una de sus canciones hasta llegar al turno de bises y concluir, también con una lluvia de colorido confetti, que adorna el final de "El baile".

 Entre medias, las divertidas anécdotas de Mikel, que preguntó si entre el público estaban las ocho personas que fueron a verles hace seis años a La Botica y comprobó como cientos de manos se levantaban afirmando ser una de esas ocho personas que ya apostaron desde el principio por ellos, o sus disculpas al "chico con sombrero" al que había "insultado cariñosamente" en su entrada a camerinos antes de los bises confundiéndole con Jes Senra y que le hizo estar todo el tema pensando en que al menos le debía una disculpa.

Porque, esa capacidad de romper el silencio con estilo es una de las cosas que hacen de Mikel Izal uno de los cantantes más queridos de los grupos que actualmente pueblan los escenarios y festivales españoles. Ahora, mientras Sidonie sigue girando con "EPGDM", ellos se retirarán hasta grabar su próximo disco y mientras tanto una se pregunta 'cariñosamente' ¿cómo será un festival sin Izal? Yo, al menos, les voy a echar de menos.

Crónica: María Villa
Fotos: María Villa / Víctor Alonso