Se cierra un ciclo -esperemos que se abra otro- que ha permitido compartir, en diversos escenarios de Granada, aunque centrados principalmente en el Teatro CajaGranada, grupos consagrados con grupos emergentes granadinos. Una iniciativa que permite a estos últimos darse a conocer entre el público local.



En esta ocasión fueron los granadinos Airissial, presentes en muchos de los eventos que se están celebrando en estos meses en la ciudad. Con un rock alternativo que se inserta en sonidos oscuros y guitarras dinámicas, el grupo, que acaba de presentar su EP “Run”, un año después de que debutasen con su trabajo homónimo, se encargaron de poner  el lado más rockero a este concierto que cerraba el ciclo “Emergen&cias”.

En el grupo escuchamos a Tim Sachse (batería/percusión), Fernando Zurita (guitarra/voz), Manu Callejón (bajo) y Alberto Sval (voz, guitarra, percusión) con un repertorio que se mueve en un amplio registro con oscilaciones hacia el post-rock y el stoner y una buena puesta en escena.


El ‘plato fuerte’ de la noche, un grupo que ya se ha convertido en sinónimo de festival, de música directa como derechazo a la mandíbula y del que hace mucho tiempo no se duda ya de su capacidad para llevar al éxito todo lo que hacen. León Benavente, la super super banda que convierte en hit todo lo que toca, llegaron a Granada para llenar nuevamente un recinto (cada vez mayor) a pesar de que habían tocado hace relativamente poco en la ciudad.

Por supuesto que el repertorio era previsible, casi de obligado cumplimiento abrir con “Tipo D” y cerrar con “Ser brigada” y tener variaciones mínimas, como el “Se mueve” y "Maestros antiguos" incluidos en su último trabajo, presentado recientemente. Entre medias, todo el listado de temazos que la gente se sabe y corea a voz en grito porque, si algo distingue al grupo, es su interacción constante con el siempre entregadísimo público al que, no sólo no reprimen en sus ganas de gritar, sino que incluso les incitan y jalean para hacerlo.

No se concibe ya un concierto del grupo sin escuchar, casi por encima de las voces de la misma banda, la de los cientos, a veces miles de seguidores que se saben todas y cada una de las letras de absolutamente todos los trabajos publicados por ellos. Y en esa línea, de compartir concierto con el público que se implica y participa, el del viernes en el Teatro CajaGranada volvió a ser ese ‘karaoke’ en el que las letras están tan interiorizadas que fluyen y envuelven el ambiente alegre, festivo y cañero en el que el público se integra y lo disfruta como una verdadera fiesta permanente.


Fiesta que no sólo propicia un frontman de la talla de Abraham Boba, que sale al escenario como si fuese realmente inagotable, sino que ofrecieron el espectáculo de ver a Eduardo Baos comiéndose literalmente el bajo, apoyando su enorme destreza con el instrumento en una puesta en escena impactante mientras que su impecable línea de bajo estaba en conversación constante con la batería de César Verdú, un espectáculo a las baquetas.

Si a esto le unimos la afilada guitarra de Luis Rodríguez y los momentos en el que el teclado de Abraham Boba, que no dudó en bajarse del escenario y mezclarse con el público en los bises, se adueña de las melodías y se combinan para llevar cada tema a lo sublime, tenemos algo que sólo se puede definir de una forma, cada concierto de León Benavente “es un hit”.

Crónica: María Villa
Fotos: J.M. Grimaldi