Con todo el LOVE
del mundo. LOVE & FUNK
realmente, en un escenario de Industrial
Copera presidido por ese AMOR en
mayúsculas que vino a repartir Maceo
Parker Kingston, (Carolina del Norte, 14-febrero-1943) a Granada, nos
dejamos llevar y llenar de calor con el 98% funk 2% jazz con el que el propio
saxofonista define su música.
Toda su historia previa (saxofonista de James Brown con sólo
21 años, así como con Bootsy Collins y George Clinton, prolífico músico, que participó en el grupo
Parliament-Funkadelic en los setenta y de forma habitual con Prince,
colaborador de Ray Charles, Ani Difranco, James Taylor, De La Soul, Dave
Matthews Band, Red Hot Chilli Peppers, Brian Ferry, Dee-Lite, Keith Richards,
Candy Dulfer, 10.000 Maniacs, Temptations, publicó ‘Funkoverload’ (1998), un auténtico
ejercicio de renovación del funk con acercamiento a los nuevos ritmos
callejeros como el Hip-Hop, etc.) nos la
han ido contando los distintos medios para ir poniéndonos en situación sobre lo
que nos esperaba a los afortunados que hemos podido asistir a cualquiera de los
cuatro conciertos (muy multitudinarios) que ha dado en España así que una vez
en la sala sólo quedaba disfrutar de la fiesta musical que nos regalaron Maceo Parker y su banda.
Antes de que los músicos salieran a escena, unos minutos
pasadas las diez de la noche, lo hacía Natasha Madisson, su mánager, encargada
de presentar por su nombre a cada uno de los músicos de la banda, que iban
ocupando su lugar como si de un club de jazz americano se tratase, hasta llegar
al gran Maceo Parker, que posaba
mientras recibía los cálidos aplausos de un público que llenó Industrial Copera (anoche hubo sold out) hasta los topes.
Una vez en el escenario, la banda arrancó con la fuerza que
puede poner un grupo así a su actuación, incendiando el ambiente y haciendo que
el público se moviera a pesar de que disfrutaban de poco espacio para el baile.
Una banda formada por grandes músicos, enormes, sorprendentes cada uno de ellos,
como la impresionante Nikki Glaspie
(batería), que ha acompañado al músico en su gira española y que tuvo su
momento de gloria en un par de solos con los que arrancó los más enfervorecidos
aplausos del público.
Sin dejar atrás a Rodney
“Skeet” Curtis, uno de los bajistas con más goove que he escuchado nunca
que también tuvo sus momentos de gloria con algunos solos de los de quedarte
pegado al suelo con los oídos bien abiertos o el trombonista Greg Boyer, imprescindible para
redondear el sonido de unos vientos en los que si bien el protagonista era el saxofón
(y en algunos momentos la flauta) de Maceo Parker, Boyer cargaba con el peso de
muchas de las composiciones con arreglos y florituras varias en las que tanto Bruno Speight (guitarra) como Will Boulware (teclista) mostraron
interpretaciones igualmente grandiosas.
Junto a ellos, Darline
Parker, que se lució especialmente con “Stand by me”, en coros y cuerpo de baile
ponía la nota de glamour a un espectáculo diseñado para el disfrute durante dos
horas (exactas) de concierto en el que los guiños (como el momento gafas
oscuras muy Ray Charles) y la complicidad entre los músicos se hacía patente en
cada movimiento del propio Maceo Parker,
que ejercía como maestro de una ceremonia del funk que hizo arder Granada en
una noche helada en la que el calor de la música llenó, literalmente, Industrial Copera.
Crónica y fotos: María Villa
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