Jairo Zavala es
un “Pasajero” que ha visto mucho
mundo. De ahí, de ese recorrido vital que le ha llevado a contagiarse con la
alegría y los sonidos de otras partes del mundo, viene esa mescolanza sonora con
la que ha ido sazonando los temas de los cuatro discos que conforman esa
biografía musical (“Depedro” “Nubes de Papel” “La Increíble Historia de un
Hombre Bueno” y “El Pasajero”) y los ep’s publicados, tan intensa como es la de Depedro. Su cariño a México, demostrado
en su forma de interpretar los sonidos veracruzanos, las versiones en las que
pone el toque nostálgico, como “Llorona” o los temas que ha dedicado a diversas
ciudades de este país que siempre deja huella en el alma, como “DF”.
No acaba ahí su viaje transfronterizo, un recorrido por la “Panamericana”
y sus propias vivencias al viajar por todo el mundo, especialmente su paso por
Senegal, han dejado trazos y huellas indelebles en letras y música de este músico
tan internacional y con tanta
personalidad.
Anoche, con un lleno considerable en Escenario Aliatar, Depedro volvió a demostrar por qué es uno de los
músicos españoles más reputados. Con energías renovadas para volver a Granada
con ese “Pasajero” que anoche interpretó mejor que nunca, Jairo salió al
escenario bien arropado por la magnífica banda que le acompaña (le favorece
especialmente la incorporación del nuevo guitarra, virtuoso que supo sacar todo
el jugo a cada tema), base fundamental en la que apoya un espectáculo en el que
no falta ni la participación de su road manager al violín.
Jairo Zavala es
también un “Pasajero” con muchas
tablas y muchas historias a cuestas, un artista con capacidad para conquistar
al público desde el primer tema, hacerlo participar, bajarse a tocar entre los
asistentes y contagiar de la alegría que exhibía ayer en su actuación a todo el
que se acercó a cantar a voz en grito junto a la banda. Ahí se vio, cómo la
gente, cuando conecta con un grupo lo da todo desde abajo, saltando y coreando
(aunque no llevasen muy bien aprendidas las letras) e integrándose en el
espectáculo que Jairo quiso hacer un poco de todos instando al público a
participar del show en diversos momentos.
No faltaron, por supuesto, las canciones que todo el mundo
esperaba escuchar. En eso, los grandes artistas saben siempre regalar el oído a
sus fans y saben que no pueden dejar fuera de su repertorio determinadas
canciones. En el caso de Depedro, era incuestionable que debían sonar “Como el
viento”, “Déjalo ir”, “Diciembre”, “Ser valiente”, “Te sigo soñando”, “Nubes de
papel”, las mencionadas “DF” y “Panamericana” o, por supuesto, su “Llorona” a
la que puso un especial sentimiento al cantarla.
Aunque claro, a estas alturas ¿alguna canción de Depedro no es imprescindible ya? Por desgracia,
la hora y veinte que duró el concierto no daba para cantarlas todas y alguna se
nos quedó en el pensamiento, razón suficiente para volver a acompañarle si
vuelve pronto por Granada. No estaría de más que en alguno de los muchos
festivales que tienen lugar en esta ciudad, así, también, podrían verle los
menores que, a estas alturas, siguen sin poder entrar en las salas andaluzas.
Crónica y fotos:
María Villa
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