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miércoles, marzo 07, 2018

Nunatak presenta "El tiempo de los valientes"



Nunatak y el Tiempo de los Valientes

Su último disco es una invitación a la valentía desde la energía de su huella sonora propia. Málaga y Granada los recibe en formato showcase acústico el 16 y 17 de marzo.

VIERNES 16 MARZO – MÁLAGA – FNAC MÁLAGA PLAZA - 19 h.
SÁBADO 17 MARZO - GRANADA - DISCOS BORA BORA - 13 h.


Despiertas de tu sueño porque sientes el eco de un rugido. Porque resuenan versos que han escrito otros, pero hablan de ti. Escuchas una música muy diferente a la habitual y al mismo tiempo llena de sonidos que van contigo. Cuando te preguntas qué sucede es tarde, estás dentro de la tercera entrega de Nunatak: Nunatak y el Tiempo de los Valientes (Dro, Warner).
Un disco sobre pequeñas grandes historias de valentía, con un equilibro perfecto entre lo acústico, la vanguardia y décadas musicales distintas. Se derriban muros, se cierra el círculo de una banda imposible de etiquetar: única, expansiva, enérgica, directa, coral. Aquí un retrato de su nuevo álbum producido por Raúl de Lara, más una explicación de las razones que acreditan este tiempo de valientes.

Los murcianos introducen un concepto claro, la valentía de los héroes anónimos frente al miedo, los gestos cotidianos cambian el suceder de las cosas. Gritan estas ideas en Bestias Sedientas, una invitación a levantarse del sofá desde la rabia musical. O en la pegadiza, versátil, Romper el cielo, la rueda de acordes crece hasta dejar asomar las estrellas, la luz en las tinieblas.

La valentía es tomar partido. Nunatak lo hace desde varias perspectivas. Cantan a favor de la libertad sexual en Disonancia perfecta, un precioso ruido con dos géneros, escritos y cantados, contra las dictaduras estéticas: las notas de un acorde prohibido se dejan llevar en un baile espacial de electrónica e hipnóticas percusiones. O del medio ambiente en Susurro en el Viento, una conversación con la madre naturaleza llena de naturalidad, una llamada a respetarla entre capas de arreglos de cuerda que brotan desde la raíz. Después de ver llorar al invierno, responde a la llamada del bosque.

Sus héroes no están solos, aparecen rodeados de instrumentos y aparatos al servicio del mensaje, demostración de lo mucho que cuida la banda la parte sonora. Los Nunatak más orgánicos, folk, luminosos de sus orígenes, juegan con los más pop, rock o progresivos, se divierten entre electrónica, sintes y atmósferas más oscuras. O mezclan todo a la vez como en Aún respira, el amor toma el último soplo de aire en una letra obra del cartagenero Carlos Madrid.

Los coros, a dos voces o grupales, se convierten en uno de los grandes atractivos - en algunos momentos a lo “The Hope Six Demolition Project” de PJ Harvey-. Hacen equipo con las vibrantes bases rítmicas y percusiones. La voz principal no solo canta, interpreta la personalidad de cada composición. También los punteos honestos y salvajes de guitarra, el juego de profundidades elegantes del bajo, la majestuosidad del Hammond, el nervio de la trompeta, todo fundamental para definir sentimientos.

Ecos sin fin. La valentía también pasa por la aceptación. Nada está en tus manos rezan en Nadie nos va a salvar, un tema que podría encajar perfectamente en la banda sonora de “Stranger Things” o en películas de aventuras de estética ochentera. O ser cuestión de no quejarse tanto, de simplemente celebrar que Sigues en Pie, con un guiño a la serie Lost y parida después de quemar el disco “Pet Sound” de los Beach Boys. Tras aquel mar que lloraste, se abre un río hacia ti.

Da con justicia título al disco la canción El Tiempo de los Valientes, homenaje a las madres que sacan adelante a sus hijos. Te hacen ser más fuerte, buscar un futuro al que volver, aunque el castillo se haya derrumbado. Una canción biográfica de carga emocional agridulce, al estilo de las producciones cinematográficas irlandesas de John Carney (Sing Street, Once). Es la hora de los valientes, de los seis miembros de Nunatak: Adrián Gutiérrez, Alex Dumdaca, Fernando Besada, Gonzalo Ruiz, Pedro Hernández y José Manuel Lucas, fuerzas opuestas agrupadas en una misma tribu, bien definidas cuando se juntan. Son uno con el tiempo. El trabajo se coloca a la altura de sus directos. La energía, los ambientes, los aires de grandeza, la potencia o los ritmos festivos son imprescindibles a la hora de hablar de valor.

Son valientes porque Son Buenos. Se han perfilado gracias al viaje infinito descrito en A miles de kilómetros, luminoso pop con arreglos de eléctrica dedicado a los seis años de recorrido del grupo. Los casi un centenar de conciertos de los últimos dos años, más las experiencias vividas en ciudades como Nueva York, países como Alemania, girando por salas o en festivales como el “Sonorama” o el “Low Festival”, terminan de definir su huella, el pico montañoso sobresaliente en un campo de hielo. Después de pasar tantas noches sin hogar, transitar por el desierto en busca del azul, retratan El espejismo de la inspiración en el cierre del álbum donde uno llega a ver su reflejo gracias a todos los matices sonoros que la acompañan. Regresan reconfortados a por más música. El álbum se convierte en un perfecto compañero de viaje, visual -no es de extrañar que acaben de realizar un cameo en el film “Sin Aliento” de Tudor Giurgiu-. Temas en movimiento, sugerentes, con referencias a los discos de sus vidas llevados a su terreno de juego.

Despiertas de tu sueño porque sientes el eco de un rugido. Resuenan versos que han escrito otros, pero hablan de ti. Escuchas una música muy diferente a la habitual y al mismo tiempo llena de sonidos que van contigo. Ya no preguntas qué ocurre porque te sientes reconfortado, valiente. Todo está en un disco: Nunatak y el Tiempo de los Valientes.

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