Cala Vento, Las Ruinas y los valencianos Fuego Amigo fueron los protagonistas absolutos del quinto aniversario de la promotora Andsons Producciones. Tres directos urgentes y necesarios que hicieron volar la noche en un suspiro. 

El quinto aniversario de Andsons Producciones fue una de esas noches que nunca olvidaremos. Y eso que llevamos muchas a nuestras espaldas desde que seguimos la actividad musical valenciana de más cerca. Entre el público una mezcolanza de seguidores de las bandas que conformaban el cartel y de amigos de los chicos de Andsons que no quisieron perderse verles soplar las velas y celebrar un lustro sumando con tino en la programación musical de nuestra ciudad. ¡A seguir cumpliendo años trayendo color a València, les quedan muchas noches bonitas!, así despertaba hoy José Casas, encargado durante muchos años de la Sala Wah Wah. Aunque hayan salido en otros momentos de ella, esta fue desde casi el principio su primera casa. La verdad, es que le damos la razón, ellos son parte activa de la noche musical valenciana y les deseamos que así sea por un largo tiempo. 

Las celebraciones de cumple siempre deberían ser a lo grande. Tirando la casa por la ventana y sin pensar más allá de querer pasarlo bien con aquello que más te gusta. Así lo vemos desde Alquimia Sonora, y así fue como se plantearon su quinto aniversario. También lo siento como una vuelta a los orígenes, tornar a ese empeño de apostar por bandas que están próximas al underground que del codiciado mainstream. Tal como hicieron en sus primeros pasos con propuestas como las de Bullit, Capsula o No More Lies, por poner algunos ejemplos. 

La noche comenzaba con los valencianos Fuego Amigo que ya habíamos tenido la oportunidad de verlos en el Magazine abriendo para los madrileños Atención Tsunami. Nuestra primera imagen de ellos fue sobre ese escenario que ya no está y que tanto echamos de menos, ahí en ese espacio reducido (ahora lo es mucho más) lo dieron todo y nos conquistaron con esa celeridad bramada como si no hubiera mañana. Anoche demostraron que a pesar del reciente cambio del batería en la formación la propuesta sigue el camino del afianzamiento y han medrado con el tiempo. Nos presentaron su primer Ep “Ritmo permanente” y algún que otro corte en un directo con una buena respuesta por parte del público. Algo sorprendente que la sala estuviera medio llena para ver la propuesta local. Y no, no eran todos los amigos (que también), podemos decir que Fuego Amigo ya van teniendo sus seguidores en nuestra València. Contundentes, demoledores, acelerados en un laberinto de ritmos y cantos al más puro hardcore (más o menos melódico) en el que encantados nos perdimos en un bucle finito. Fuego Amigo de esas bandas por las que apostarías muy fuerte. 

Las Ruinas eran esperados por muchos de sus adeptos y el concierto lo recibieron con muchas ganas. El mágico ambiente creado entre músicos y público durante toda la noche tomó cotas de protagonismos y momentos memorables con el paso de los de Barcelona por el escenario de la Sala Wah Wah. Se definieron en su día como Heavy Pop para huir de esa etiqueta tan manida que es el indie. Pero lo que ayer pudimos vivir en directo es algo más que una etiqueta, es la máxima expresión del eclecticismo de otra de las muchas revisiones del pop, quizá si haya alguna base de trash metal en esos momentos que son más incisivos y contundentes y una flamante guitarra flecha que porta Edu con plena identidad. Su sonido lo definen en una música que tenga ritmo, fuerza y melodía. La verdad es que esos tres sustantivos fueron la línea argumentativa de la noche. Además nos hicieron sentir vivos e insurgentes con sus letras políticamente incorrectas. Un contenido lírico tan vital para el mundo en que vivimos. 

El cierre en cuánto a la música en directo (hasta lo que llegamos, vamos) lo pusieron los catalanes Cala Vento. Tercera visita a València si la memoria no nos falla para seguir mostraron su segundo disco “Fruto Panorama”, esa explosión sonora sin frenos que han sabido pulir tan bien entre Joan y Aleix, y el imprescindible Eric Fuentes (The Unfinished Simpathy) como guía en la producción. El rodaje que llevan tras de si es bien evidente dada la formidable mejoría en el sonido y en ese inmenso equilibrio rítmico que fue santo y seña de la banda desde sus inicios. Un sonido a destacar con buenas palabras durante toda la velada en la Sala de la que casi siempre (y ahí no perderemos nunca la sinceridad) salimos escaldadas. Además el muro de sonido con tan alto voltaje hizo desaparecer de un plumazo (salvo entre canción y canción) ese griterío incesante que siempre nos lleva al hartazgo. 

Apartando esas referencias que les emparentaron al principio con bandas como Nueva Vulcano o Los Planetas, han ido creando una marca personal que con total seguridad será el signo distintivo de la banda en su futura evolución. Trallazos de post-hardcore con tinte pop en la parte vocal que disparan a bocajarro al interior removiendo y alcanzando el efecto emocional; viscerales, enérgicos, honestos y altamente contundentes. Anoche toda su esencia se volvió mucho más mayúscula, han ganado en todo y sobretodo en claridad en la parte vocal. Cosa la cual se agradece y contribuye a sentir de forma más abismal ese contenido lírico que tanto nos arrastra y conmueve.  Hubo pogo y una chica por los aires, una maravilla. 

El final de la noche, nos la perdimos. Seguro que fue en la misma línea, una exaltación del amor por la música entre amigos. ¡Larga vida a Andsons Producciones!