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martes, mayo 08, 2018

Warm Up - Primera jornada (Murcia) 04/05/2017


Entra uno, en el primer festival de la temporada (espero que no lea esto ningún viñarockero) casi con ansia, muchas ganas de desenfundar cámara y nada más pasar la puerta de entrada comenzamos a hacer fotos, gratamente sorprendidas por la distribución del recinto que, además, está muy bien situado con respecto a la ciudad. Nada de desterrarlo a los confines del reino, accesible, bien comunicado y con aparcamiento en las cercanías. Así da gusto.


Miss Deep’In pinchaba recibía a los que íbamos llegando desde la plataforma/escenario Dj (escenario WARM UP Dancefloor) dispuesta sobre una fuente. Sonaban ya, en el escenario D’Franklin los murcianos Lebowsky presentando su LP “Turnable”, pop y psicodelia a partes iguales, experiencia y buen gusto. Nos daría, este escenario, muchas y muy buenas sorpresas durante este Warm. Mientras Modelo de Respuesta Polar hacía lo propio en el Thunder Bitch justo antes de que los también murcianos Nunatak subieran a escena para demostrar que el éxito que están cosechando con “Nadie nos va a salvar” o “Romper el hielo”, adelantos del que será su próximo disco, no es circunstancial.


Lo suyo fue un espectáculo pensado y concebido para regalar a los asistentes un rato de buena música y puesta en escena. El grupo, que ha sabido crecer y evolucionar y se sitúa muy bien en el panorama actual, echó mano de todos los recursos a su alcance para facturar un concierto tremendo. Desde el uso del Goliat en el centro del escenario para dar ese sonido tribal, contundente que en algunos grupos es un plus, hasta los vientos que, introducidos en el momento preciso, dejaron claro que a pesar de abrir en horarios complicados, con el sol encima, el grupo sabe aprovechar cada oportunidad de demostrar su valía.


Volvíamos al escenario D’Franklin para disfrutar de la estupenda voz y la madurez musical de la prolífica Joana Serrat, gran exponente de los sonidos áridos americanos que, tras haber grabado su último trabajo  en Austin (Texas) se ha convertido en la primera española en actuar en el Americana Fest de Nashville (Tenessee). No había más que escucharla para darse cuenta del trabajo que hay tras composiciones tan elaboradas y un sonido tan auténtico. Un placer para los que disfrutamos especialmente de estos escenarios donde no suelen escucharse grupos encuadrados ya en el “mainstream”.


Una lástima que una artista de tanta calidad se solapara con la actuación de Carlos Sadness, que abría el Escenario Estrella Levante y al que, obviamente, teníamos que escuchar/fotografiar para poder formarnos una opinión sobre su último trabajo. Nos sorprendió, muy gratamente también, lo compacto de la banda que le acompaña ahora, especialmente reseñable la contundencia y precisión del batería, que llamaba poderosamente la atención, en un sitio tan poco protagonista como suele ser, precisamente, el de quien se oculta tras el muro de cajas, toms, bombo y platos. Con temas del último trabajo pero, sobre todo, de los anteriores, Carlos Sadness mantuvo entusiasmadas a la legión de fans que se agruparon ante el escenario para corear con él sus temas mientras intentaba controlar su melena al viento.


Aún no acusábamos cansancio, con las ganas de música intactas, cuando nos dispusimos a disfrutar de los neoyorquinos Nada Surf, en plena gira 15º aniversario de su “Let Go”. Un disfrute escuchar sus hits sabiendo que es un grupo con el que uno va a lo seguro, la experiencia y una buena colección de temas imprescindibles avalan un show redondo y si a eso añadimos alguna anécdota graciosa vivida con ellos después de su concierto, convertidos ya en público, sólo añadir que nos llevamos un entrañable recuerdo del grupo.


Vuelta al Escenario D’Franklin (a veces uno tiene la sensación de pasarse el día dando vueltas, pero no hay otra manera de hacerlo) para sorprendernos con la frescura de los murcianos Poolshake, envueltos en humo y luces complicadas pero demostrando que cuando hay ganas y fuerza la experiencia la irán dando los propios escenarios. Jóvenes y con esa rabia innata que están sacando las nuevas generaciones, que cada vez empiezan antes y mejor preparados, a estos chicos hay que seguirles la pista.


Seguimos “rotando” por escenarios para llegar justo a tiempo de ver el primer concierto en directo de los también murcianos Amor Germanio, en un espacio dispuesto frente al Warm Up dancefloor. Un espacio pequeño, recogido, entre pequeñas palmeras, adornado con luces y muy coqueto y recogido para disfrute de quienes se acercaron (mucho) para presenciar su estreno. Buen arranque, aunque el sonido no les hiciera justicia, o quizás porque los decibelios de los otros espacios se alzaban sobre este dificultando un poco la escucha. Muy buena impresión a pesar de todo y ganas de volver a escucharles en directo aunque, por los que nos comentaron después, hasta que haya pasado el verano no van a girar con su primer trabajo.


Iván Ferreiro ya sonaba en el escenario Estrella Levante cuando llegamos, justo a tiempo de disfrutar de todos esos temas imprescindibles que los fans del artista saben que van a escuchar se saborean ya desde que comienza su show. Sólo en una ocasión (en Sala Prince para Firestone) hemos podido escuchar todas su “rarezas” juntas en un concierto. Para los festivales, toda esa batería de hits que recogen lo más aplaudido de su extensa carrera, incluyendo, por supuesto ese “Años 80” de su etapa anterior, que nunca falta en sus conciertos.   Siempre magnífico, acompañado de una banda de lujo (Ricky Faukner,  Novoa, etc.) Iván Ferreiro es otra de esas apuestas seguras que siempre levanta al público en los festivales. Un placer siempre volver a su “Casa”, a sus confesiones y a todas esas cosas que él llama “de artista de mierda” y que nos encanta escuchar una y otra vez en directo.


Otros que tenían claro a lo que iban (a levantar el festival hasta arriba) fueron Sidonie, alegres, festivos, comunicativos, dando espectáculo ¿se puede pedir más a un grupo en un festival? Da igual si son “El peor grupo del mundo”, incluso si empiezan su concierto con un primer tema en inglés para descolocar al personal, detrás viene esa sucesión de temas con los que desgañitarse y tomar conciencia de que dibujar un perro no es lo realmente importante y que Lori Meyer no nos hubiera hecho bailar más que ellos, a pesar de que lo afirmen en uno de sus temas. Imprescindibles para que un festival lo sea, la fiesta siempre está asegurada con ellos, las pizzas se pueden quemar en el horno y los días no pueden ser nunca de mierda si de fondo suenan sus canciones.


A esas horas, el cansancio empezaba a notarse pero nos venimos arriba para saltar desde el primer tema de Kasabian en el escenario Estrella de Levante. Creo que no hay un tema que no hayamos escuchado y que no forme parte de esa colección de temas que canturreamos cuando estamos a solas, especialmente su “Club Foot” y "Comeback Kid", que marcaron el momento en el que el público ya estaba dándolo todo a pie de escenario. Tengo que decir que siento cierta debilidad por los grupos ingleses. Creo, firmemente, que allí se hacen las cosas de otra forma, a la vista está cuando salen a escena con un directo incendiario y no puedes dejar de bailar durante todo su concierto. Para ver siempre que sea posible, Kasabian es otra de esas apuestas seguras, sin fisuras, festivalera y disfrutable. Un acierto.

Rápido paseo por el D’Franklin para descubrir, aunque no llegar a disfrutar a fondo, por coincidencia temporal, de The Octopus Project y apuntarlos para escuchar cuando la situación sea más propicia porque, con veinte minutos de diferencia, comenzaba la actuación de El Columpio Asesino, que si bien no traían novedades que ofrecer sí nos dieron la satisfacción de disfrutar de sus temas más conocidos entre los que “Ballenas muertas en San Sebastián”, “Toro” o “Babel” hicieron saltar a un público que ya empezaba a acusar el cansancio a pesar de que el recinto es de los mejor preparados para no caer desfallecido en este tipo de festivales maratonianos en los que los pies y la espalda suelen ser los grandes perjudicados de cada noche.

Llegados ahí, tocaba elegir si levantarse al día siguiente para disfrutar de los escenarios en la ciudad o seguir en el recinto y, muy a nuestro pesar, nos perdimos tanto a Chk Chk Chk como a Elyella, ambos marcados en nuestra app como favoritos pero, desgraciadamente, las fuerzas nunca llegan a todo y quedaban por delante no uno, sino dos días más (el domingo la música seguía en la ciudad) y muchas horas de música. Más de 26.000 personas (sold out) en el recinto ese día avalan, con creces, la dimensión de la noche.

Crónica: María Villa
Fotos: María Villa (1 a 8 y 11) / Javier Rosa ( 9 y 10)

Para disfrutar de más fotos VIERNES EN LA FICA (Javier Rosa para Warm Up)

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