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lunes, agosto 20, 2018

10 razones por las que el Low 2018 fue un X gran aniversario

1. La variedad

A pesar de que el Low desde sus inicios ha apostado por la música independiente nacional siempre hay hueco para grandes nombres internacionales que además verán el espectro a público muy diferente. Este año la afluencia de público extranjero ha sido quizás algo menor que otros año en favor de la diversificación en edades y gustos con la arriesgada apuesta electrónica de The Chemical Brothers. Eso unido a los grandes nombres que suelen decorar la franja de la madrugada hace que los más bailones tengan una cita con el festival también.

2. La calidad

El cartel del Low siempre tiene un punto de cuidado al detalle que permite recorrer la actualidad nacional e internacional con grandes nombres que no pueden faltar en los carteles más veraniegos pero también apuestan por gente genial para todos los públicos. Permite viajar a la juventud con Santiago Auserón o reírte con las versiones de Las Chillers. ¿No me digas que no tienes opciones?


3. El Ambiente


El Low es , de lejos, una de las opciones más familiares y adaptadas a cualquier público y con total accesibilidad. Este año además se impidió que las zonas de acceso se colapsaran de “botellón” lo que se cristalizó en un ambiente de fiesta y diversión pero sin mucho “desfase” que hace que los lowers se ganen el mérito a los festivaleros más sabores y agradables de la zona.

4. La localización

La ubicación en el Campo Guillermo Amor es ideal para disfrutar, a tu rollo de todos los conciertos. Puedes pugnar por tu primera fila para ver a Izal o decidir sentarte en las gradas para cenar mientras tocan Editors. Sin problema.

5. No hay solapes

Si hay algo que agradecemos los amantes de la música (y los periodistas) es que no haya solapes de forma que puedes disfrutar de los conciertos enteros antes de ir al siguiente sin sufrir por perderte nada. Solo una o dos canciones se posan de forma que además las salidas de los escenarios u los trayectos se realizan de forma ordenada y civilizada.

6. Ver The Chemical Brothers

No es habitual y es un espectáculo. El concierto de dos horas consiguió despegar del asiento a todos los asistentes. Su combinación de música y show audiovisua totalmente sincronizado y trabajado,  es digno de ver aunque no seas muy  seguidor de música electrónica. Desde el minuto cero retumbó el escenario principal, con potencia, con ritmos, con sus bucles y alternando esas video creaciones a ratos creepies y a ratos luminosas. Aunque sea una vez en la vida es necesario dejarse seducirme por estos tipos. Dicen de su música que no se sostiene, que son mezclas corrosivas, que son ruido infernal... pero evaden de la rutina y lo hacen como nadie, eso se nota.

7. Dar un paseo por el panorama nacional

Aprovechando el tirón de Izal, por ejemplo, una generación puede descubrir grupos extraordinarios que llevan milenios en esto de la música y otros que acaban de llegar.

Pasear por los horarios y escenarios del Low 2018 nos ha permitido ver maravillas como escuchar la lentisima y deconstruida versión de La estatua del jardín botánico del mítico Auseron junto a Sexy Sadies o caminar por terrenos más desconocidos como en los conciertos de La Plata o Perro que nos sorprendió gratamente.

Si os perdisteis el concierto de Novedades Carminha intentar repescarlo en la web de Radio 3 porque fue de otra dimensión. Lo mismo que el repertorio original de Niños Mutantes o La Bien Querida. Cualquiera que pisó el escenario Matusalem parecía tocado por algún tipo de inspiración divina.

8. Escenario Jagërmaister

Runa, La Plata, Mireia Vilar, ... incuestionable la cantidad de talentos  pasaron por este escenario que a parte de enseñar nuevos músicos también es uno de esos que van robando gente y siempre aumenta su afluencia. Una cita necesaria.



9. Porque el civismo es prioritario.


Después de ver festivales “around The World” poder ver The Chemical Brothers sin tener que sufrir los efectos secundarios del desfase del personal sin mandíbulas desencajadas o pupilas dilatadas. Nuestra sincera enhorabuena al personal , trabajadores , voluntarios y organizadores por permitir decir que un concierto de electrónica puede ser para todos los públicos.

La limpieza del recinto, los espacios para descanso mientras escuchas las bandas, las colas moderadas para comprar comida, los accesos y parkings habilitados... lo ideal para solo preocuparte de disfrutar. Solo echamos de menos un poco más de refuerzo en el tram.

10. Porque estábamos de cumpleaños y aunque no estaban, nos acordábamos de todos los épicos conciertos de anteriores ediciones como los de Suede.

10 años. Una década. Y lo que nos queda.

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