Quién: Chano Domínguez feat. Federico Nathan Cuándo: Miércoles 21 noviembre 2018 Dónde: Sala Russafa Hora: 20h y 22h Precio: 18 €
Darse un gustazo. Regalarse la sensibilidad compositiva e interpretativa de Chano Domínguez en una localización como la Sala Russafa de València. Es la mejor propuesta que podría seducirnos para un miércoles taciturno. El pianista está de celebración, y es que 40 años sobre los escenarios parece que no es nada, pero en estos tiempos nada simpáticos con el arte en general, parece una proeza. Chano Domínguez subirá al escenario temas que le han marcado y temas con los que él ha marcado. Federico Nathan, con quien repararán clásicos de la biografía sonora de Chano Domínguez. Será una doble sesión: la primera a partir de las 20h y la segunda a partir de las 22h. Las entradas pueden adquirirse de forma anticipada a través de Wegow (18 €). Además, a partir de las 17h, Chano Domínguez impartirá una masterclass de 2 horas para todos aquellos interesados en conocer y aprender de cerca una pizca del universo del gaditano (entrada a una de las sesiones de directo y masterclass, 36 €)
El recorrido de Chano Domínguez a lo largo de estos 40 años de magia escénica (no podríamos definirlo de otra forma) salpica gran parte de la historia musical de este casi medio siglo. Ha compartido creación con nombres como Javier Colina, Bill Dobbins, Tito Alcedo, Jorge Pardo, Michel Camino, Paco de Lucía,... 40 años desde que publicara “Más allá de nuestras mentes diminutas” con la que fuera su primera formación, Cai, nombre indispensable si hablamos del rock andaluz de finales de los 70 (Alameda, Triana,…). A partir de ahí, la trayectoria de Chano Domínguez asido a su piano ha ido discurriendo sin guía, sin prescripción. Ha fluído desde el flamenco al son cubano pasando por progresiones jazz, música latina…El eclecticismo es lo que caracteriza a gran parte de los músicos que de alguna forma compartieron sortilegio a la sombra de “los grandes”, que se consideran músicos de calle, profesionales del escenario (léase Morente, Camarón,…) y en el caso de Chano Domínguez es innegable esa querencia a dejarse seducir por latitudes sonoras distintas. Domínguez tampoco sabía leer música en sus inicios (recordemos, con Cai, el tocar de oído como Paco de Lucía), pero esa pulsión vital de residir y expresarse en la música, y un poco por culpa del jazz, le llevó a sumergirse de pleno en el estudio.
La sensibilidad con la que el gaditano recorre el universo de Coltrane o Bill Evans, es solo proporcional a la emoción que aplica en sus propias composiciones. “Hecho a Mano” (Nuba Records, 1996), su segundo disco editado y en el que compartía arte con el guitarrista Tomatito, es uno de esos trabajos delicados, luminosos y contagiosos. Jazz aflamencado o flamenco ajazzado con “Retaíla”, “Bajamar” o “Bemsha Sing”. De ahí a “Puro de Oliva” (SB Produccions, 2018), con Spanish Brass como protagonistas y revisitando con metales algunos de sus temas, como “Solo con verte”. O al segundo disco editado este mismo año, “Chano y Colina” (Sunnyside Records, 2018) junto a otro indispensable, Javier Colina, con quien también compartiría en 1995 aquel sentido homenaje a Paco de Lucía, “10 de Paco”(Nuevos Medios, 1994) también junto a Jorge Pardo y Tino Di Geraldo.
Federico Nathan es el alter ego escénico para esta celebración sonora. El uruguayo también está curtido en esto de fusionar estilos, de crear nuevos caminos para sonidos que parecían inamovibles en un primer momento. “Escorpio” con ese vendaval de tango (uruguayo, no argentino), “Romanza de un Delirio” (con sintetizadores) o el groove plagado de escalas de “Sueños lúcidos”. En su legado, las enseñanzas que le dejó su padre, Claudio Nathan, otro violinista, y la formación adquirida a lo largo del planeta: Desde EE.UU a Berlín pasando por París o España. Federico Nathan también gusta de experimentar y fusionar estilos. Pop, rock, folk, música clásica… Y como recomendación, no dejéis pasar la oportunidad de verle en su proyecto AllOne Project, una orgía onanística en el que las distorsiones, los loops y ese toque interpretativo del uruguayo se unen en un espectáculo original y cercano al público. Esta tarde-noche podremos sentir a un tándem único el que une a estos dos músicos sobre el escenario. Y el lujo, poder verles juntos en la sala Russafa. Exquisitez para seguir remontando la semana.
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