NOVEDADES

jueves, marzo 21, 2019

Alfredo González: "Afluentes" (Warner Music, 2019)


La vuelta al ruedo discográfico de uno de los más interesantes autores de canciones en castellano de la actual escena pone de relieve su tremenda capacidad para emocionar con canciones aparentemente mínimas, de marcado carácter íntimo y un enorme calado sentimental. Uno de los eternos valores del pop español que nunca será reconocido como merece.


Tras cuatro años sin tener noticias discográficas, al menos acerca de su proyecto en solitario, de este cantautor –maléfica palabra a veces- asturiano que nos desarmó con su anterior entrega “La paciencia del faquir”, el gran Alfredo González regresa con otro magnífico trabajo titulado “Afluentes” en el que continúa, profundizando en sus afanes, recorriendo la senda que le marcan canciones surgidas a borbotones de un corazón despierto y revivido. No debemos olvidar que este creador ha investigado mucho y bien en el folclore de su tierra (aquí lo demuestra cantando ‘Pentotal’ en lengua autóctona) y que ha alcanzado en esta sexta entrega un mimo absoluto en la poesía que inunda sus composiciones, amparadas por la producción medida de su amigo Pachi García Alis y por un aire mediterráneo que se deshuesa a veces en el nihilismo de ‘El pozo’, por poner solo un ejemplo del calado emocional de estas once canciones paridas con el mínimo dolor. O eso parece.

A lo largo del álbum se nota la creciente complejidad de las letras a la par que la renovada oscuridad de las músicas. Ningún inconveniente para afirmar sin miedo a equivocarnos que ‘Mi propia despedida’ es con toda probabilidad una de las cinco mejores canciones que jamás ha escrito. Tampoco hay en “Afluentes” demasiados estribillos, por no decir ninguno, que marquen un estilo o permitan fijar una frase más allá de su extraordinaria capacidad narrativa, lo cual siempre es un signo de personalidad. González toca el nervio eléctrico de sus potenciales oyentes más “rockeros” en ‘El punto del empate’, atañe a la soledad bien asumida que cala ‘Como la lluvia para los taxistas’ y se guarda un pequeño as de pop indie que seguramente le resulta ajeno por naturaleza al componer ‘Guardad las tijeras’. Todo bajo el mando melódico de un omnipresente piano y unas guitarras que esta vez pespuntean más que nunca los arreglos de un disco bonito, precioso por momentos y minimalista en el buen sentido, como se puede entender en la melancolía de ‘Hilo de voz’, que también recuerda que al otro lado del mar hay otros mundos perfectamente complementarios al nuestro (‘Por Medellín’ da buena fe de todo ello) y se recrea en desarrollos instrumentales mucho más complejos de lo que parecen. En definitiva, una oportunidad de descubrir la belleza de las cosas dichas en voz baja u otras que muchos no se atreven a contar o lo hacen de la forma equivocada.

El trabajadísimo art work de la portada, obra de otro colaborador cercano como Pedro Peinado, el tono contenido pero nada estudiado y la sensación de que estamos escuchando a un amigo lejano en geografía pero próximo en avatares vitales son virtudes añadidas al resultado final de un álbum tremendamente singular que no se parece sino a sí mismo. El objetivo de Alfredo González está cumplido de nuevo, y quienes lo sabemos apreciar lo disfrutamos y celebramos en la misma medida. Fabuloso.

           

Escucha "Afluentes" aquí.

Más info:
https://alfredo-gonzalez.es/
https://www.lahiguera.net/musicalia/artistas/varios/disco/9676/



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