Todo sale bien cuando eres un hombre bueno. No se trata de buenismo mal entendido, sino de una filosofía de vida muy acorde con la imagen de hombre tranquilo y artista que ha sabido dejar que su música madure y se asiente, que se reinvente y nos cale como agua de lluvia. Depedro (Jairo Zavala) es, sin dudas, uno de los cantantes y guitarristas más carismáticos que recorren actualmente los escenarios. Pocos, además, pueden presumir de haber girado por los cinco continentes y tener sus trabajos publicados en más de treinta países. Algo tendrá esta agua, cuando la bendicen.

Son ya muchos años los que han pasado desde que Jairo se lanzara, junto a Javier Vacas al proyecto “La Vacazul”, que le sirvió para coger tablas y soltura como para afrontar exitosamente todo lo que vino después (Jairo fue músico de estudio de Amparo Sánchez y tuvo uno de sus mejores momentos musicales formando parte de Calexico) aunque, no fue hasta 2007 cuando se lanzó a su aventura en solitario dando vida a su alter ego DEPEDRO.


Desde entonces, cinco álbumes y un recopilatorio “Todo va a salir bien”, en el que han colaborado tantos y tan buenos artistas y con el que está girando actualmente. Con el que pasó el miércoles por Lemon Rock Bar, dentro del ciclo de “Son Estrella Galicia”, que tan buenos artistas está trayendo a nuestra ciudad. Allí, el concepto de concierto vertical llevado a su máxima expresión, con un aforo agotado desde día atrás, Depedro consiguió integrar al público en su show rodeándose, acercándolos y haciéndonos cantar los coros en cada uno de sus temas.

Un repaso a una fructífera carrera que se en más de diez años ha fabricado verdaderos himnos y temas de esos que te erizan la piel e incluso te hacen llorar emocionado. Porque, Depedro, es un proyecto de esos que te llega “Como el viento” y se te queda pegado en la parte más sensible a través de letras que tocan la fibra desde la primera escucha. Con grandes influencias de su paso por México, país grande en extensión y cultura musical que impregna a cualquiera que haya pasado por allí. Para Depedro, hasta el toque de en la guitarra nos mete en el centro de Plaza Garibaldi si nos dejamos llevar por sus sones.


Momento estelar del concierto, emotivo y de gran calidad musical, el de la colaboración de la gran Amparo Sánchez en una “Llorona” que en su voz cobra matices mestizos y coloristas, mucho arte en una mujer queridísima en Granada, como hemos podido comprobar cada vez que toca en la ciudad o en momentos como el protagonizado el miércoles en Lemon Rock. 

Ningún “himno” sin tocar, ninguna canción que se quedase en el tintero. Pura generosidad musical por parte de un artista que siempre despierta pasiones en sus conciertos granadinos. Es lo que tiene tener carisma y capacidad de emocionar, que ves su nombre en un cartel y sabes que la tarde, siempre, va a ser inolvidable.

Crónica: Narmia
Fotos: J.M. Grimaldi

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