Llegar a “El perfecto hombre” de Cuerda es el resultado de un trabajo de pico y pala de muchos de los artistas de nuestro país en pleno Siglo XXI; a veces nos perdemos nadando y no llegamos a atisbar muchos trabajos y creaciones que se hacen con mucho esmero, dedicación y cariño. Sí, la pasión sigue invadiendo a muchos músicos que no se cansan de componer miles de canciones para que lleguen a nosotros y nos hagan disfrutar la vida con más intensidad y emoción. Y dentro de todo esto, las formaciones que no tienen recursos ni agencias detrás hacen lo imposible por dar a conocer sus discos. Por lo que cuándo alguien llama a tu puerta, sin dudarlo, la abres de par en par (aunque tardes mucho en hacerlo), porque es lo mínimo que merecen y desde nuestras líneas siempre intentamos estar ahí respondiendo para dar a conocer cosas que seguramente pasarán desapercibidas en una gigantesca e inabarcable producción artística. 

Cuerda son un proyecto de Toñi González y Paco Cuerda, al que se unen Gabo, Miguel A. Gascón y Luismi Rodríguez. Grabado en Calypso Studios, producido por Miguel A. Gascón y Cuerda. Masterizado en Abbey Road por Frank Arkwright y con diseño gráfico Julia G. Núñez. Después de esta información necesaria, nosotros sentimos que Cuerda son una formación que cuida y mima su proceso de creación y por ende sus composiciones finales al máximo, y que ese empeño de que todo esté perfectamente empacado seguramente responda a un proceso de tempo lento. De ir sin prisas ni estar marcados por la celeridad de los tiempos que dominan en la industria musical. Es la suerte que tienen los que son verdaderamente independientes, los que cabalgan con ritmo libre y desligados de cualquier presión.

“El perfecto hombre” es una artesanía pop que se esculpe de forma brillante dando una verdadera joya como resultado. Sí, son palabras y expresiones muy manidas, pero es que todos los arreglos que encierra este trabajo no están ahí porque sí, sino que son la consecuencia lógica de una sensibilidad extrema. Son diez cortes te carácter reposado, meditativo, que en algunos pasajes quizá evoque a un ejercicio de contemplación. Imagino el dejarnos llevar desde un claustro medieval mientras suenan los susurros y esa leve instrumentación de algunos momentos del disco. Melodías que invitan a volver a ellas todas las veces que te lo puedas permitir; es lo que viene siendo un trabajo que va ganando con el número de escuchas, pero ya sabemos que siempre estas deben recibirse con tiempo y atención. 

Una peculiaridad tocada de acierto y equilibrio es que en “El perfecto hombre” las voces de Toñi y Paco se van combinando y repartiendo el papel de interpretar una parte lírica que en nuestra opinión se nos presenta un tanto críptica pero que encierra temas universales ganando por goleado el del amor. Sus voces son como un efecto seda cargado de refinamiento, con coros preciosistas, siendo luminosas y animosas en los momentos más pop. Hay algo en su forma de cantar, sobre todo en la parte femenina, que me lleva a artistas españoles de los años 70 como las Vainica Doble, pero esto sería ya hablar por hablar, dada la poca profundidad que tengo en la obra de Gloria y Carmen. Destacando también la parte rítmica que hace redondear el todo hasta hacer encajar las canciones con total perfección; una percusión con los efectos precisos y una línea de bajo que no solo se queda como una mera acompañante, hacen que las canciones suenen en sí mismas con total naturalidad y brillantez. Un trabajo que recomendamos escuchar en el sofá, con cascos y los ojos cerrados, y que podría describirse entre un folk y pop muy intimista en el que se esconden miles de recovecos.