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viernes, julio 01, 2022

20º aniversario Alta Tensión: Julio por todo lo alto en Loco Club

 

Foto banner: Sergio Lacedonia


El próximo mes de Julio la promotora Alta Tensión celebra sus veinte años de programación musical en la ciudad de València. 

A veces, programar música no es solo una mera cuestión más dentro de la industria musical, y las coordenadas que mueven y remueven a ciertos personajes de este mundillo, no se estancan únicamente en que su modelo de gestión cultural sea rentable, más allá del rédito, existen otras latitudes que para la gran mayoría son inexplicables. La unión de varios apasionados de la música hizo que en el año 2002 naciera otra forma de entender la música en directo en la ciudad de València. 

Aquello que les movió a emprender un proyecto altamente ilusionante fue el poder traer las bandas que les flipaban cuándo se dieron cuenta que las giras que pasaban por España no hacían parada en la capital del Turia. Su primer concierto fue el 5 de julio con Bronco Bullfrog, la Granja y Gas, del ínclito Pedro Bueno. A partir de ese momento no ha habido descanso, pero sí muchas satisfacciones personales. Se sienten orgullos de lo que han conseguido durante esta larga trayectoria a base de constancia, cabezonería y muy buen hacer. En el año 2009 encontraron un espacio dónde programar en lo que antes fue el Loco Mateo y Sala El Loco, pero como casi todos sabemos, algún despistado queda, y como bien nos ha recalcado Lorenzo (la cara más visible…) desde que se instalaron el lugar se llama Loco Club

Dos palabras que se abren en un fascinante caleidoscopio en el que se proyectan un amplio ramillete de significados, conexiones y corrientes sentimentales, al menos los que como nosotras, frecuentamos con asiduidad el lugar. Por tanto, Alta Tensión & Loco Club van cogidos de la mano ya desde hace ya más de una década. Son una referencia en la ciudad, ya no solo como sala de conciertos sino como los grandes y perfectos adalides de una música alejada del mainstream y de los grandes festivales; conectada sobre todo con estilos como el country, blues, rock y el power pop, que cada vez tiene más adeptos y que ha hecho resurgir un poco la afluencia a los conciertos. Sobre todo, entre semana, lo recalcamos, porque años antes de la pandemia, estábamos allí en los grandes conciertos que nos traían como aquel de Los Pepes del 2017, y muchas veces éramos cuatro gatos. 

Son la perfecta muestra que la pasión muchas veces hace mover el mundo, y que unida a un esfuerzo titánico y trabajo colectivo, siempre han estado muy bien rodeados (solo hace falta ver las nuevas incorporaciones, destacando la gente que lleva la comunicación que le han dado un giro tremendo en cuánto a visibilidad se refiere), hacen posible que los amantes de la música en directo tengan su dosis semanal de grupazos que no serán cabeza de cartel de festivales pero que son poseedores de una actitud y un buen hacer musical que muchos otros querrían. 

Hablar de Loco Club es hablar de tu sala de conciertos preferida, de esa primera fila en la que has sido testigo de conciertos memorables como el de Steffen Morrison, Cordovas, You Am I, Yola, Hoodoo Gurus o Mattiel, por poner algunos ejemplos. Y cumplir sueños como ver a bandas como The Dictators, Supersuckers o La Granja de tan cerca. Porque en Loco Club la proximidad es una ventaja, y en cada jornada tienes el privilegio de tener a menos de un metro de distancia a los músicos, tragando su aliento y esquivando su saliva, mirándolos a los ojos, percibiendo la energía de forma tan visceral como vitalista. 

Una sala que cada vez se viste mejor en cuánto al sonido y a las luces se refiere, y que nos deja un perfecto escenario para vivir la música en directo. En el Loco Club, puedes perderte en esa luz de contra con la que consigues tu tonalidad preferida para la fotografía musical que practicas cada semana, o en un reflejo de las manos del músico tocando la guitarra, sobre todo en las maravillosas acústicas que se pasean sobre su escenario, puedes ver caer las motas de polvo o la saliva del músico, y captarlo porque es una de las cosas que más te apasiona mostrar, o correrte de gusto cuándo sacan esas luces blancas que van de un lado a otro abarcando prácticamente todo el escenario. Fotografiar en el Loco también es otro sueño hecho realidad; hemos crecido allí, semana tras semana, a base de ser un tanto pesadas, y de emplear parte de nuestro tiempo libre en vivir esa experiencia multisensorial. 

Loco Club es entrar y saludar a Fran o a Octavio, aunque sea por el rabillo del ojo, que te sirvan una cerveza fría con gusto, charlar con los asiduos del lugar, o conocer gente noche tras noche. Es ver a Lorenzo o Miguel en primera fila dándolo todo por el grupo que nos han traído, porque todo se basa en eso, ser un fan irredento de la música, y apostar por ello. Además de no olvidarnos nunca del maravilloso papel que hizo Clara en el tiempo que estuvo en activo en la sala. Con Clara era todo siempre tan bonito...    

Por último, y no menos importante, al contrario, vital para entender lo que son las salas de conciertos, es la apuesta que llevan por la música local, que al fin y al cabo es la cultura de base, el primer eslabón de la cadena, y dónde todo comienza, y es ahí en ese estrato dónde hay que cuidar más los detalles y hacer que no se pierdan esas oportunidades. Las de que una banda local pueda tocar en las salas de su ciudad, ya sean unos pipiolos que acaban de comenzar (Dreamy Eyes, los primeros años de Johnny B. Zero, o los prometedores Color Sound) o una de las más veteranas (Doctor Divago o LGEB), en una matinal como las que organizaban desde el sello Malatesta o a cualquier hora que se nos tercie. Desde estas líneas hemos escrito algunos años de su travesía y esperemos que podamos hacerlo en el futuro, a golpe de teclado o de click, apoyando aquello que es honesto y motivo de orgullo. 

No quiero despedir este artículo sin mencionar el Loco Fanclub, una iniciativa que emprendieron hace ocho años, que consolida más aún si cabe todo ese tejido que han ido confeccionando a lo largo de los años, un espacio que acoge a su público más fiel por una cuota anual (a un módico precio, vamos tirado…), regalándole ciertas concesiones como conciertos gratis, descuentos, posibilidad de reservar entradas anticipadas, camisetas con logos molones que se quedan marcados en el corazón, y algunas cosas más. No olvidemos que, en algunos conciertos, los que son más de su cuerda, nos dan la posibilidad de cenar allí antes de ver el concierto, con los fabulosos pastramis de Marilén (otra de las socias junto a Vicente Maicas) que se deshacen en la boca. Así que yo de vosotros… 


La efeméride se celebra durante todo el mes. Comenzarán con el fiestón powerpop del 8 y 9 de julio. Y seguirá con los directos de Dean Wareham, The Wild Feathers, Vintage Trouble, Dropkick, Star Trip (otra de sus bandas predilectas) y Barrence Whitfield & The Savages. ¡Casi res porta el diari! 

 Más info: 



Galería Fotográfica (María Carbonell)



Foto: Juan Pardo














Foto: Liberto Peiró













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