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sábado, diciembre 03, 2022

Cupido (Moon Valencia, 01/12/2022)

 


El directo de Cupido el pasado jueves en la sala Moon de València fue la demostración de que el pop y el amor siempre serán el nexo en común entre todas las generaciones (las que fueron, las que son y las que vendrán). 

Tras un frenético año que llevó a la alianza de oro entre Pimp Flaco (referente del trap) y Solo Astra (dream/bedroom pop), o lo que es lo mismo a Cupido, a girar por toda España en el año 2019, su cantante tuvo que parar por necesidad vital. Siempre es bueno escuchar a tú cuerpo y sobre todo a tú mente sin pensar en esos malditos ritmos de la industria musical (y de la vida en general). Pero el día de los enamorados del año siguiente traspasaron con “La pared” ese espacio temporal de retirada. Luego vino la pandemia y el cómo afectó a la música en directo y la carrera de los músicos ya es de sobra conocido por todos. Una de las suertes de este año, que esperemos que sea ya el definitivo para la vuelta a la normalidad (aunque ya nada será como antes), fue la publicación de “Sobredosis de amor”, su segundo trabajo, más articulado gracias a su temática, más oscuro en cuánto a la lírica y con cambios en su sonido como buena formación que sabe evolucionar y sorprender. Empezaron haciendo una música que nadie estaba haciendo en aquel momento, y ahora no han tenido miedo de virar hacia otros caminos, aunque sin perder la esencia. 

Y la verdad, es que luego aterrizas en uno de sus conciertos (el último fue en el FIB de ese exitoso 2019), para que se te rompan aún más los esquemas, y confirmar, que estos cinco chavales están facturando una de las mejores propuestas del panorama nacional. Desafiando también su puesta en directo, muy alejada al minimalismo del bedroom pop, llevando una banda al uso al completo (guitarra, bajo, batería, teclado y voz, con vocoder o auto-tune). Con sus normas, sus efectos, y sus sentimientos, unos que no distan mucho de los nuestros cuándos éramos jóvenes (el desamor, el dolor, las ganas de llorar, la rabia…). Tuvieron que hacer dos fechas en València, una por el éxito totalmente merecido y ese público fiel a sus cancionero, y la otra por esa ausencia de salas en la ciudad con una capacidad de más de 2 mil personas, que nos hacen vivir cada dos por tres dobles fechas (Viva Suecia o La MODA, como últimos ejemplos). Algo parecido les pasó en Murcia, aunque allí fue un doblete en toda regla. 

Todo eso demuestra también oficio y amor por lo que hacen. Esto último se respiró durante todo el concierto, desde la necesidad de expresar cariño a sus compañeros, la sinceridad de Pimp Flaco sobre lo poco que le interesaba la cuestión de estado por excelencia (antes del concierto se veían algunas pantallas de los asistentes retransmitiendo el partido), el agradecimiento inmenso hacia los presentes, y ese guiño a València mientras cantaba uno de sus temas. Empezaron con el mismo corte que abre el disco “Se apagó”, y que cuándo salió en el año 2021 se pensó que hablaba del final de Cupido. Pero no fue así, y la cosa siguió rodando. 

El directo fue de menos a más, aunque pronto cogieron esa intensidad eléctrica que poseen y mostraron una actitud impresionante que no dio margen al descanso, sucediéndose cortes como "Almohada" (qué forma de canalizar la adrenalina…), "Cabrón", "Dios no existe" (qué contundencia, por cierto) o "La Pared". Todos hits que ya nos resultan imperecederos y que explotaron en la sala para hacer al público saltar y corear hasta la extenuación (creíamos que la plataforma de la Moon se reventaba). Patadas al aire, saltos por doquier, los golpetazos al teclado como si no hubiera un mañana, el aporreo impecable de la batería y Pimp Flaco de un lado al otro del escenario haciendo lo que mejor sabe, recitar sus brillantes letras que le hacen ser un referente en crear hits pegadizos. 


Sobrepasando la media de edad, la que escribe estas líneas que ya ronda los cuarenta y largos, recuperó ese espíritu de juventud, de sentirse irrompible, y de saber expulsar los sentimientos como los eternos adolescentes que somos, para unirse con el resto de la masa y cantar a plena pulmón cosas como “Un cabrón con suerte” o “Porque me muero contigo, me muero sin ti, me muero si te vas y te veo venir, porque me muero cuando pasas y no estas a mi lado, siento que me estoy muriendo y no me quiero morir”. O saborear al máximo ese temazo que es “No sabes mentir” que nos recuerda tanto a joyas internacionales como Boy Pablo o Gus Dupperton, y es que bordan todo lo que tocan y además es imposible no sonrojarse escuchar cosas como: “Y yo pensaba que tu cuerpo, era un laberinto sin salida, pero era cuándo estaba dentro, ahora lo miro desde arriba. Y ahora sé cuándo tu finges, ya no me trago tus mentiras, por la manera en que las dices, por la manera en que me miras”. Cerraron con “Tu foto” que se podría haber escrito perfectamente en la década que contábamos con apenas veinte años. Y es que, por mucho que algunos se empeñen en menospreciar el nuevo lenguaje de los centennials o su forma de hacer música, existe una buena tanda de propuestas altamente interesantes que funcionan, y que siguen demostrando que el pop y el rock nunca morirán. El tiempo nos dirá cómo van evolucionando, si sabrán mantenerse en sus carreras y si todo esto que ahora parece a algunos una aberración sigue teniendo vigencia con el paso de los años.


Más Info:

Galería fotográfica: María Carbonell














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