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domingo, enero 02, 2011

Parade - Todas las estrellas. Spicnic, 2005

Parade - Todas las estrellas-.
Spicnic, 2005


Es posible, a raíz de su segundo disco “Consecuencias del mal uso de la electricidad” (Spicnic, 2000) explote la imaginación de Parade, y dejara de lado un poco el sonido electropop, que ya apuntaban a múltiples referencias desde el primer sencillo hacia un amplio universo de libros, películas y personajes de ciencia ficción y mundos fantásticos. Utilizándolos como instrumentos ideales para hablar de nosotros mismos: nuestros miedos y temores actuales, pero ubicándolos en el futuro.

En su carrera, se refiere a que en esta válvula de escape se reúnen desde Lex Luthor (Lex Luthor Sha la la) contando Lex lo aburrido que es ser ultramalo por obligación, o Frankenstein (consecuencias…), reflexionando sobre la decepción al padre. Fotogramas desde “La guerra de las galáxias” y del “Planeta Prohibido” (Robot, 10), hasta “Eduardo Manostijeras” de Tim Burton (“Sin Eduardo”), el monólogo de Roy Batty o el diseñador de amigos JF Sebastian de “Blade Runner” (“Metaluna” y “Construye a tus amigos”), o los fuegos artificiales del “Calabuch” de Berlanga (Gagarin en Calabuch). Los relatos de Bradbury: “Crónicas marcianas”, “Fahrenheit 451” (“Picnic”). Una infancia vestida de muertos vivientes (“Niño Zombie”, “El Último Hombre Vivo”), o la más reciente (“Proyecto Genoma”) manipulación científica para mejorar la naturaleza humana de forma artificial.

En algunos temas, el protagonista se acepta a sí mismo y sus limitaciones para encontrar la felicidad, y encontrar un cierto aislamiento para superarse a sí mismo o culminar un deseo (“Astrónomo Melancólico”, “¿Y usted Que Sabe Hacer?”, “Bucle Surf”). Así hasta una gran cantidad de diversas canciones y bonitas melodías donde sus influencias musicales va desde Beach Boys, Sigue Sigue Sputnik, Bowie, Ramones, Moonglows, Dion & the Belmonts, The Skyliners, Vainica Doble, Gino Paoli, Lucio Battisti…

Sus canciones son tan complicadas y con armonías tan sofisticadas se pueden oír cientos de veces y nunca cansan. Entre la discografía de Parade, “Todas Las Estrellas” posiblemente sea el más completo y mi favorito, y tiene la mejor presentación. Donde la portada y el diseño de Mario Feal son preciosos.

Comienza el disco, un poco menos tecno que los anteriores, ya un poco saturado del electro-clash, aportando más música acústica. Con una corta introducción que da nombre al álbum “Todas Las Estrellas” (“lámpara de lluvia, reina de las hadas, todas las estrellas envidiosas a tu paso se apagaban”), despegamos hacia posiblemente una de las canciones más bonitas de Parade “Estación Espacial” donde crea una atmósfera muy deudora de “Space Oditty” de Bowie, añadiendo un sample explícito de la canción. Es una demoledora canción sobre amor (“Si abajo nadie me espera ¿y que si así fuera?) y soledades como temas universales. Es una persona que ya ha tenido mucha acción en su vida y lo que necesita es un alejamiento en la MIR, convirtiéndose en un observador de auroras boreales y fuegos artificiales.

“Cuando besó a la cosa del pantano” es una historia de amor imposible y muy vitalista: Abby Cable Holland explicando la experiencia reveladora que supuso para ella el besar a la Cosa del Pantano. (“pero ella sabe que en ese corazón de madera le va a transformar y en su pecho de liquen encontró una rara belleza”).

En “Determinista” se usa el determinismo como excusa para no culparse él mismo de sus errores diciendo que está todo dicho “el destino nos modela, como a las piedras el río”, “Pues nada, nada pasa sin querer, nada se hace sin pensar. Mire usted, que el azar no existe”. Lamentando de su ruptura, muy cobarde, inmerso en una absoluta soledad y siendo víctima de sus propios errores.

“Flora Rostrobruno” es la historia de amor de una bruja que se comía a los niños pero desperdició a uno, que lo adoptó y le convirtió en su hijo. Luego se vuelca en su educación y posteriormente cuando el niño se convierte en hombre, acaba con ella, desembocando en un dramático y sangriento final. Es muy intimista, muy acústica con bonito arreglo de piano.

“Algo mejor que hacer” me recuerda mucho algunas canciones que ya apuntaba a estas referencias musicales en “Inteligencia Artificial”, añadiendo un toque de melancolía mediterránea. El protagonista se plantea diversas alternativas, accede a otras opciones, suprimiendo la más importante, la de alejarse de las personas le importa.

En “La cena del Sr. Lobo” el piano retoma el protagonismo de nuevo recreando la agria realidad de muchas personas “Hay mucha sangre en su cena, sr. Lobo”, “hay mucha odio y no es fácil quitarlo después”.

“¿Y usted qué sabe hacer?” nos narra la tierna historia de un hombre que sale del trabajo, todos los días, y cuando llega a casa se pone a trabajar en su afición que le absorbe por completo, construir monumentos a base de palillos y pegamento. El protagonista, se parece al hombrecito de la película “La cena de los idiotas”. A mí me resulta muy triste y emociona bastante cuando dice “hombre de los palillos, sigue, me da fuerzas tu actitud, ahora nadie tiene lo que tienes tú. Dos millones de palillos, Loctite y voluntad”.

Mi melodía favorita del disco es la canción de “autopistas elevadas”, es una maravillosa reflexión, muy similar a la de “determinista” pero partiendo desde otro punto de vista mucho más emotivo y constructivo. “Ella que jamás se interesó en medir la actividad, que le daba igual cara que cruz, ciento que mil”, “autopistas elevadas, me dejarán por siempre aquí, autopistas elevadas, me dejarán naufrago aquí”.


En “El último hombre vivo” es la canción que define la adolescencia, en lo extraño que es todo lo que rodea sobre el mundo adulto, su estilo de vida y sus reglas, convirtiéndoles en zombis. El protagonista es ese adolescente que jura que nunca se convertirá en uno de ellos.

“Miskatonic Universidad” se caracteriza por sus contenidos de voces a capella, lo que se llama el Doo Wop o Du dua, ya empleados en otras ocasiones como en “niño zombi”. Como Parade es muy fan de grupos como los Moonglows pues esta canción es un homenaje a la música de esos años.

Para cerrar, la canción de Paco Tamarit, del grupo serpentina “Un paseo por mi cabeza”, la cual me resulta que nos anima a participar en sus fantasías y en sus historias, siendo protagonista de todas ellas. “Si me dejaras invitarte a pasear por mi cabeza sin que hiciera falta hablar te encontrarías dibujada en la pared…”.




Enlaces de Interés:

http://transplutonia.blogspot.com/

http://www.jabalinamusica.com/

http://www.spicnic.com/

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