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viernes, febrero 25, 2011

Operación Triunfo 2011, o cómo cargarse un formato de mala manera.

No voy a decir que no me parezca lógico cerrar el ciclo, pero sí debo confesar que parece que más que un fracaso haya sido un suicido asistido. Una gran eutanasia televisiva. Por eso ver la gala final de Operación Triunfo era casi necesario, para ver cómo unos y otros se tiraban flores o trastos a la cabeza, para disfrutar del odio y los juguetes rotos que esta nueva entrega ha dejado.

Y lo confieso desde la más absoluta ingenuidad. Reconozco que sólo la primera gala causó un sopor insoportable desvelando las deficiencias del programa. A mi juicio tres especialmente graves:

  • Un error de castings de los elegidos. Un intento de regresar a la primera edición con voces especiales pero no autenticas y personas raros y poco perfectos.
  • Un error de castings de presentadores y jurados. Y desde aquí pido formalmente la retirada de Pilar rubio de cualquier medio que le permita abrir la boca. Con frases extrañas, errores continuos y mala mano fue capaz de confundir sobre la dinámica del concurso incluso al espectador más avezado. Y es que un escenario como OT puede quedar grande incluso a los jurados, cambiantes y poco incisivos. Y la eterna pregunta ¿Dónde está Risto?
  • Y para terminar un error de programación de la cadena. Empezando por poner un programa el día más flojo de la semana, y cambiarlo de horas y días sin ton ni son. No programar al menos al inicio los resúmenes en la cadena matriz para pasarlo a la filial y alimentar en las mañanas el interés por Gran Hermano en lugar de por el nuevo concurso demostró que a Telecinco sólo le gustan las cosas que funcionan a la primera.

Pues todo ello significó que la pobre gala final con canciones mal elegidas y mucha rabia conquistara sólo a dos millones y medio de espectadores, un pobre 14 % de audiencia que convirtió la final en el SEGUNDO programa más visto de la franja horaria tras Los Protegidos de Antena 3. Y que conste que me englobo dentro de esas cifras a pesar de no haber visto ni un programa, y como yo cientos (no creo que lleguen a miles) de espectadores nostálgicos que disfrutaron de algún momento de ediciones anteriores se congregaron en familia para ver el fallecimiento del formato.

¿Fracaso? Si, sin duda, ni con esa intención de crear un Topic en Twitter forzadísimo, ni recurrir las diez generaciones de triunfitos en plató,.. nada funcionó para salvar un barco que se hundía sin el apoyo de la cadena.

La gala, ¿Qué quieren que les diga? Aburrida, micros con mucha rever para los micros, mucho dinero, más de 800.000 euros constó la cosa, para que el resultado sea pobre.

Y el ganador… Bueno, da la sensación de que podía haber sido muy diferente si hubieran aguantado dos mesecillos más. Pero eso nunca lo sabremos. Lo único que es cierto es que la mitad de ellos sacarán un single emulando esa idea brillante de los singles de la segunda edición. Pero esto del formato digital… ¡Ya veremos!

Lo único cierto es que Telecinco tiene una máxima clara. ¡Pies, para que os quiero!

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