El año que viene
Christina Rosenvinge cumplirá 50 años. Sí, el tiempo pasa implacable,
prácticamente sin que nos demos cuenta nada más que cuando echamos
la vista atrás. Para celebrarlo, ante la perspectiva de esa
encrucijada vital, el próximo miércoles 22 de mayo (justo una
semana antes, por cierto, de que
Christina cumpla 49 años, que estábamos adelantando acontecimientos), a
las 20:00, en el
Loco Club (
Valencia), por 18 euros la
entrada (15 si se compra de manera anticipada),
Christina será
la nueva protagonista de las
Charlas de la Efe Eme, dirigidas
por
Juan Puchades y promovidas por
La Viejita Música y
Let's Go Promociones.
El formato ideal, empleado
recientemente en el mismo local para
Mikel Erentxun y
Jaime Urrutia (ambos representantes vivos de los ochenta, pura historia
de la música reciente de la música española) para que
Rosenvinge, de padre danés y madre inglesa, pero nacida en
Madrid, nos desgrane su vida, marcada musicalmente por haber
transitado por todas las modas habidas y por haber: la movida
madrileña punk-pop cuando
Christina militó en
Ella y los
neumáticos, el peor pop de los 80 cuando
Alex y Christina
(dúo que conformaba junto a
Álex de la Nuez) competían con
otros grupos para ver quién utilizaba el sintetizador de forma más chirriante, el rock
pre-independiente de influencias británicas y americanas (ése que
se iba a buscar productores extranjeros, como
Steve Jordan) de
Christina y los subterráneos, que llevó a
Christina a
iniciar posteriormente una carrera en solitario, con discos en inglés
y marcada por las influencias de la detonación del punk-grunge más
introspectivo de
Lee Ranaldo, mientras en España vivía una
etapa relativamente independiente con su pareja de entonces,
Ray Lóriga, para la que llegó a hacer de modelo y actriz (en
La
pistola de mi hermano, que demuestra que el arte dramático puede que no sea lo suyo; también hizo
Todo es mentira, con
Penélope Cruz y
Coque Malla, que, a pesar de semejante
reparto, es una obra muy digna y realmente generacional: su director,
Álvaro Fernández Armero, nunca ha llegado, ni de lejos, a
rozar nuevamente ese nivel).
En la actualidad,
Christina Rosenvinge vive una etapa ciertamente feliz como cantautora, más
parecida a ella misma que nunca, como si, después de haber metido la
cuchara en tantos lugares, haber degustado sus comidas durante un
tiempo hasta que acabó aborreciendo de ellas, hubiera sacado su
auténtica personalidad, una especie de extraño
Frankenstein
renacido: toca con
Nacho Vegas,
Benjamin Biolay y demás
practicantes de la yuxtaposición poesía-música (precisamente los
dos mencionados me parecen discutibles, más el primero que el
segundo, pero bueno), vertiente en la que últimamente
Rosenvinge
ha ido profundizando de forma destacable.
Sin dudas, una vida intensa,
particular, ecléctica desde luego, entrometida y a veces
comprometida con el mundo alrededor. Es hora de escucharla en la
propia boca de
Christina Rosenvinge.
Más info:
http://www.christinarosenvinge.com/intro.html
http://www.lococlub.org/
http://www.efeeme.com/
http://www.laviejitamusica.com/
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