Rosario – Conciertos de Viveros. Valencia 13-07-13

Rosario – Conciertos de Viveros. Valencia 13-07-13

Saberse ante un auditorio lleno de claros, con una respuesta de convocatoria tan floja, es también un reto. El reto al que Rosario tuvo que enfrentarse en los Conciertos de Viveros. Pocos pero bien avenidos y dispuestos a bailar y pasárselo bien a cada tema de la madrileña. Una fiesta entre amigos, casi en petit comité pero que no perdió la rabia que siempre ha esparcido Rosario en cada uno de sus conciertos. Así era como presentaba su espectáculo en Valencia, un repaso por los temas que más rumberos de su repertorio pero también por aquellas versiones que más la han marcado.

Enérgica y sabiendo por dónde pisar para amasar y hacerse con el público, a Rosario no le costó más que unos segundos conseguir que el público se olvidara de las sillas y saltara a la primera fila para demostrar que las Flores sí que saben hacer funky. Una declaración de intenciones con ese “Gipsy Funky” que sentaba las bases de la escasa casi hora y media de concierto. “Con Melendi llenó el otro día, que traje a mi hija” decía una de las asistentes. Y es que el tirón de ser o no ser coach en un programa de televisión no tiene por qué ser determinante para logar una respuesta del público tan directa.

Con ese estilo personal sobre el escenario, Rosario desplegó el legado familiar que siempre ha amasado. Sin imitar, sin robar ademanes o aplausos facilones entre el público, la Flores fue barriendo para casa temas como el “Te quiero, te quiero” de Nino Bravo, el “Lucía” de Serrat, el “Algo de mí” de Camilo Sesto, el “Algo contigo” de Chico Novarro o ese himno heredado generación tras generación que tejió su hermano Antonio con “No dudaría”. Sin dudar y manteniendo la vista en lo que mejor sabe hacer, la madrileña supo dar la “marcha” que los asistentes querían.

Aunque el paso por su último disco “Las voces de Rosario” fue muy de puntillas y a solas (se trata de un disco de colaboraciones con otros músicos), Rosario estuvo arropada por la banda que la acompaña desde siempre. Dayan Abad (guitarra), Diego Illán (batería), Fernando Illán (bajo), Nacho R. Lesko (teclado), Josete (guitarra flamenca), Ramón González “El León” y Maite Pizarro (coros), hicieron un recorrido junto a la cantante a través de los ritmos que han salpicado su repertorio más allá de la rumba catalana de la que se empapó en casa. Son cubano (“Mi son”), bossa (“Por tu ausencia”), boleros o incluso el blues de “Quiero cantar” con la intro de Maite Pizarro... todo ello bien batido con la presencia, siempre optimista, del apellido Flores.

Con un show milimetrado y aprendido en el que Rosario se deja la piel a base de bailes y carreras por el escenario sin perder la sonrisa y las palabras de agradecimiento, tanto a los presentes (incluido los familiares que no podían perdérsela en directo) como a los que la han marcado a lo largo de su carrera. Heredera de ese legado familiar que nunca respetó los cánones de la perfección pero que asentó las bases del mestizaje musical. Un show corto y acelerado que llevó al público a pedir lo que llevaban toda la noche viviendo: más marcha para unos cuerpos rumberos.

No estaba en su setlist, pero nos quedamos con uno de los temas compartidos con Antonio Carmona y en el que homenajean a otro amigo. Un “El sitio de mi recreo” en el que poder perderse infinitamente y al que quizás nos lleve en su próxima parada por tierras levantinas.