La autoedición está llegando a una
situación realmente feliz. Gracias a plataformas como Spotify,
Bandcamp y demás, gente que tiene simplemente la intención
de hacer un disco que poder vender y presentar en concierto (en una
situación de directo cada vez peor, eso sí) puede hacerlo. Vamos, como si fuera
un músico de verdad, por mucho que les cueste a algunos de los de
“arriba” aceptarlos. Y es que la música no trata de dinero. Vale, cuanto más supongo que mejor, pero a las sensaciones que transmite los billetes de euro nunca podrán llegar. Ese espacio no está en venta, por suerte, ni lo estará.
A gente como Lupe Catalá, que
viene de las valencianas tierras de Sueca, nadie le paga la
realización de sus discos. Ella saca dinero (unos 8.000 euros) del
banco, aquel que estaba ahorrado para la hipoteca gracias a su
trabajo diario, se va a Xàtiva, paga a sus músicos, el
estudio, la mezcla, la edición, y, sin hacer mucho ruido ni atender las
obligaciones a sonar de esta u otra manera de discográfica alguna,
haciendo lo que le gusta y la música que le molará escuchar, el 30 de diciembre de 2014, cuando todos están a otra cosa, saca su primer disco de larga duración (antes
había compartido un ep en Bandcamp) en su web, a la espera de
que el trabajo le deje suficiente tiempo para ensayar y conseguir
algún concierto. Y Despertar, que es así como se llama este
(precioso, avisamos ya) disco, aquí está, disponible en la
dirección web de más abajo para todo aquel que lo quiera comprar. Un
trabajo bien editado, cuidado, ligero de peso y alma.
El metraje empieza con un elegante
aroma claptoniano, del Eric Clapton de finales de los 80, para
ser más exactos. Es la primera muestra de que a los que han
conformado el álbum junto a Lupe son muy amantes de los
grandes autores anglosajones de toda la vida: hay ecos de Bob
Dylan (en directo, Lupe Catalá suele tocar una versión
en valenciano, maravillosa, de Blowin' In The Wind), Van
Morrison, del Mark Knopfler más irlandés,... El tono
folk de muchas canciones a veces se retoca con algo de rock clásico
americano, todo ello barnizado, como no podía ser de otra forma, de
una fina capa de pop colorido que acaba llenando todo.
Incluso en los momentos que el álbum
flojea, que también los hay, Lupe siempre se guarda un
estribillo bonito y dulce, o un arreglo country quizás muy sencillo,
nunca demasiado, pero sincero y luminoso. Porque de luz se trata:
Despertar es el trabajo cálido y personal de una mujer que,
bañada de la luz del sol, nos ilumina sus hermosos interiores, sus
resplandores e interrogantes del corazón, de forma amable, sin
dramatismo alguno, prescindiendo de ambiciones vanas, como se los
podría contar a una amiga delante de un café un viernes por la
tarde, recién salidas del trabajo que les paga la hipoteca.
Vale, como decíamos, el resultado no
es perfecto. Hay un par de baladas que, simplemente, no funcionan, o
directamente se podría decir que sobran en la ecuación, generando
unos pequeños baches que, por fortuna, una vez atravesados, permiten
que la rueda de la vida, de la música, vuelva a girar y nos dé
nuevas muestras del talento de Lupe Catalá... Y renovadas
ganas de verla presentar su disco en directo. Sin hacer mucho ruido,
por supuesto, pero con todo el amor del mundo.
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