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miércoles, julio 01, 2015

Pronoise: cruzando la frontera de la oscuridad.

El grupo valenciano Pronoise, inactivo durante 19 años, lanza "The Border Crossing", todo un tratado de rock industrial y una lección de cómo hacerlo tú mismo y además, hacerlo bien. 


Para cruzar la tenue frontera que divide la muerte de la luz y el reino de la oscuridad, es necesaria valentía y sobre todo, se requiere fe. Y precisamente de fe ciega se armaron nuestros dos protagonistas el día en que decidieron unir sus fuerzas para desarrollar influencias comunes y aprender de las divergentes en un proyecto que jugaba a adentrarse en lo más profundo de las sombras, de una forma tan alejada del gusto general entonces como ahora. De eso hace ya casi veinte años y es una historia que merece ser contada. 

Amigos desde la infancia, tanto Nacho Ártax como Javi Andreu, sabían que algún día terminarían haciendo música juntos. Y eso que cada uno era diferente en gustos: al primero le atraía sobre todo la electrónica y el industrial, mientras que Javi bebía más del rock gótico y el post-punk. No obstante, hicieron de tales diferencias su fuerza y cada uno supo aprender del otro lo necesario para, en 1996, comenzar a mezclar todo eso en un proyecto genuino, alejado de todo lo que tenían al rededor, que en la Valencia de esos años se cifraba en lo que se dio en llamar "explosión naranja", exclusiva del sector indie, en el grunge o en el bakalao más recalcitrante, al gusto de la terreta. Por supuesto, maridar a Nitzer Ebb, Throbbing Gristle, Front 242 o Kraftwerk con Joy Division, Chameleons, Bauhaus, Sisters of Mercy o Fields Of The Nephilim, no era lo que podría calificarse como popular en aquellos momentos. 

Así les fue: dueños de un versión primigenia de módulo midi que ni siquiera llevaba teclado, se las tuvieron que apañar para grabar de forma casera pero minuciosa, con la ayuda de un secuenciador, bajos y guitarras reales, alguna percusión y por supuesto, un PC de los de entonces, un conjunto de canciones de laboriosas texturas que transitaban por un camino difuso entre el rock y el electronic body music, para generar de forma contundente piezas que si bien se acercaban al synth goth o dark wave, con un toque de aquellas viejas cintas de ACTV que rondaban por Valencia en los ochenta, también ofrecían cierta sensibilidad pop en la melancolía que abrazaba a los pasajes de teclado y la voz. 

Todo ello se tradujo en un primer trabajo, "Low light vision", que cansados de intentar buscar refugio en discográficas valencianas o españolas más interesadas por la electrónica pastiche llenapistas, terminaron auto-editando de forma más que modesta. Se contentaron con 100 copias en cd, planchadas por ellos mismos y distribuidas someramente entre sus fieles. Eso y algunas actuaciones en directo (en que se hacían acompañar por César Sáez al bajo y Lluís Torregrosa a la batería) sellaron el final de la historia, puesto que las circunstancias quisieron que Nacho tuviera que cambiar su ciudad de residencia y la distancia lo puso todo demasiado difícil para seguir. 

Y así podría haber quedado todo, cubierto por el polvo. Pero a veces el destino da giros inesperados y este tuvo forma de coleccionista. El azar quiso que aquel disco auto editado y manufacturado cayera en manos de dos melómanos fans de la música electrónica, empeñados en crear un sello discográfico propio que aprovechara la renovada popularidad de los géneros explorados por Pronoise. Así, "Horizonte Espectral", como se dio en llamar el sello, reeditó "Low light vision" en 2013, 16 años después de su lanzamiento original. Tal fue su repercusión a nivel internacional, que hasta un sello ruso, "Other voices", se interesó por editar en 2014 el disco en cd.



Esto llevó a Nacho y Javi a plantearse volver a poner en marcha Pronoise. Las primeras incursiones secretas en nuevas grabaciones fueron altamente satisfactorias. Las intenciones con que facturaron su material de 1996 seguían para ellos tan vigentes como entonces y eso hizo que nuevos temas comenzaran a surgir rápidamente y con un sonido totalmente coherente con el de años atrás, de forma que al poco tiempo contaban con una colección de canciones a la altura de las expectativas creadas, tanto por su cada vez más creciente legión de fans como por ellos mismos, sus más inmisericordes jueces. 

El resultado final ha sido un disco, "The border crossing", hecho totalmente a su manera, sin interferencias absolutamente de nadie. Según ellos mismos, su control de calidad es tal que jamás harían un álbum con canciones de relleno. Su método es artesanal y surge de la inspiración y la minuciosidad, sin empleo de loops comerciales ni opiniones ajenas al duro núcleo que forma el dúo. Las letras de las canciones, su imagen, el diseño, la promoción, todo se desarrolla desde el más estricto control y de forma personal. Nacho sigue a cargo de las voces, letras, máquinas y producción, mientras que Javi se encarga de lo más "humano": guitarras, melodías, intervenciones analógicas o diseño. 


Para lanzar "The border crossing", título que alude tanto al cruce entre diferentes estilos musicales como al tránsito entre las distintas etapas de la vida y las relaciones personales, se han armado de nuevo de valentía y han acudido al crowdfunding. En febrero de 2015 se anunciaba la campaña, que pretendía reunir fondos suficientes como para editar en vinilo el disco. Una vez más, su esfuerzo logró la recompensa: un buen número de personas tanto de España como de varios países (hasta de distintos continentes) más, colaboraron con sus aportaciones a que se hiciera realidad el proyecto. 

Realmente, merecía la pena. La locomotora antigua, oscura y cromada que protagoniza la portada es imparable, como las canciones que hacen de este trabajo un referente a nivel local tanto por la calidad y sutilidad de sus texturas, el misterio y melancolía que desprenden sus líneas melódicas y esa contundencia metálica, industrial, que impregna todo el disco. No es amable, no es pop, pero de alguna forma uno acaba sucumbiendo a sus encantos, como en un hechizo. "Malfunction", "Dangerous games" o "After the rain" son claros ejemplos de que la era industrial ha vuelto y de que Pronoise son algo más que unos nostálgicos. Su sonido tiene vigencia y para demostrarlo, van a llevarlo al directo, como ya lo hicieran con éxito en el 97, en próximas fechas que irán anunciando. De momento, una fiesta por todo lo alto nos espera este viernes. En Killing time (Russafa) a las 22.00, entrega de recompensas a crowfunders y después, sesión de dj's diversos y reputados hasta que el cuerpo aguante en Mini Club. Merecida celebración por culminar esta gran historia de superación. Sobre todo, una historia con un sonido y actitud diferente a la que estamos acostumbrados por aquí. Bienvenidos sean en esta nueva etapa.

http://www.pronoise.es/

https://open.spotify.com/album/2aNIEYPtSw1JDX9pH23ooe

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