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martes, noviembre 24, 2015

The Wellgreen + Star Trip. El Loco Club, Valencia. 23-11-15

Espectacular doble cartel y sabrosa ración de POP para abrir la mini-gira de Pretty Olivia Records.

Una amigo mío tiene la siguiente  frase fetiche: "El buen rollo es fundamental". Así de simple. Así de concreto. Con ello no quiere decir que la vida consista en un devenir constante de risas, cerveza y bailoteo, sino simplemente, aunque suene algo cursi, que las cosas hechas con cariño, gusto y ausencia de pretensiones siempre salen mejor.

Les haré una -ejem- confesión: ME ENCANTA EL POP. Tardé algún tiempo en llegar a él desde que empecé a escuchar música en serio, pero una vez me atrapó, ya no hubo escapatoria. Al fin y al cabo, dirán ustedes, ¿no es pop todo lo que se ha escuchado por la juventud desde los años 50 a nuestros días, lo diferente al jazz o la música clásica o étnica? Es posible, pero yo me estoy refiriendo al pop de melodías celestiales de los Kinks, de guitarras cristalinas a-la-byrds, de suntuosos arreglos tipo Zombies o de inmediatez insultante, como la de las canciones de Easybeats. Las ensoñaciones escapistas de Brian Wilson. La búsqueda de la canción perfecta de Lennon y McCartney... Ese es el POP que me gusta y que me emociona encontrar, de cuando en cuando, sobre un escenario. Y digo "de cuando en cuando", porque no abundan las ocasiones en que el traslado de ese sonido particular a la actualidad y al directo se acerca a la perfección que requiere su tratamiento, como para molestarse en asistir a conciertos auspiciados bajo esa etiqueta, frecuentemente utilizada con cierta gratuidad, debo decir.

Menos mal que aún queda gente que ama el pop y que hace las cosas con buen rollo, sin delirios de grandeza. El alicantino Javier Abad está demostrando, al timón de su sello Pretty Olivia Records, que es posible todavía encontrar y rescatar (pues lo suyo tiene mucho de rescate) a artesanos de melodías tan impecablemente teñidas como las de los escoceses The Wellgreen, banda joven que sabe perfectamente retratar con frescura y perfección casi dañinas las cimas del pop de los años sesenta y no sólo eso, sino que también traerlas al presente con la suficiente personalidad como para no convertirse en banda tributo encubierta, como les pasa a tantos otros.

La gira que empezaba el jueves pasado en el Loco Club de Valencia y ha llevado tanto a The Wellgreen como a los locales Star Trip -también de la escudería Pretty Olivia- a unos cuantos escenarios españoles (Madrid, Gijón y Santiago completaban el programa), ha servido para traer a los oídos de un público ávido exactamente los sonidos que estaban esperando. Pero también se trataba de celebrar el empeño de Javi, que tras dos años de duro trabajo ya puede decir que ha cumplido el sueño de tener en sus manos un sello nutrido de un catálogo cuidado y envidiable, que trae tanto disfrute a los demás como a él mismo y, sobre todo, llevándolo a su manera, de forma independiente de los condicionamientos de una industria cada día más encorsetada y caduca. No ha perdido el tiempo, como ven. 


Por eso el clima entre los asistentes esa noche (no demasiados, pero suficientes) era de fiesta. Un público que venía a ser estrictamente el habitual del Loco. Los fieles, los que no se pierden un buen concierto de pop así les maten, aunque no forme parte del hype o no entre en las coordenadas de ningún festival molón, o precisamente por eso, qué diablos. Audiencia selecta, pues, que brindó la bienvenida merecida a la banda de la casa por excelencia: unos Star Trip que capitaneados por Vicente Prats, presentan un disco lleno de canciones con vocación de infalibles todas ellas, que si bien siguen quizá un tanto en exceso el manual de estilo del power pop, saben trasladar con energía al escenario toda la sabiduría que condensan. Porque si algo tienen Vicente, Rafa, Álvaro y David es la actitud adecuada para dinamitar, en el mejor sentido de la palabra, un repertorio propio que resulta más efectivo si cabe ejecutado en directo que grabado. "Dime lo que quieres oír", dicen en su canción "Todos los caminos te traen aquí". No hizo falta que nadie se lo dijera, el público recibió exactamente lo que quería: pop de guitarras bien condimentadas y voces hilvanadas con mimo e intensidad, pese a un sonido un tanto estridente, que sin embargo no logró sabotear su pepinazo de directo.

Comienzo fantástico de una noche en que no paró de subir la tensión. Y ya con los escoceses en el escenario, la cosa despegó hasta la estratosfera:  recuerdo comentar con algunos asistentes que era como estar presente en un concierto mítico de una de las bandas fetiche del pop sixties. Como si hubiéramos podido asistir en uno de los conciertos de la época dorada de Hollies, Honeybus o Emith Rhodes. Y no me refiero a que el revivalismo (que evidentemente, lo hay) de que hacen gala nos llevara de viaje en la máquina del tiempo, no es eso. Es sencillamente, que lo acertado de su puesta al día hace pensar, precisamente por la frescura que desprende, en cómo debía haber sido en el tiempo en que realmente era algo nuevo. Hoy en día, si hablamos de pop de guitarras y armonías, es complicado pedir algo totalmente nuevo, pero lo que sí que podemos demandar es que quien lo haga no se limite a ser un facsímil de algo ya ocurrido, sino que lo lleve a su terreno y nos ofrezca algo tamizado por su personalidad.

Eso sin duda es lo que ofrecen The Wellgreen: canciones como puños que abrazan dulcemente, arropando con melodías bien tejidas y armonías vocales perfectamente urdidas para que todo el pack resulte eficaz y funcione desde una óptica propia. Sus dos discos editados en escocia, que ahora se ven condensados con alguna canción inédita en este "Summer rain" que edita Pretty Olivia están repletos de grandes ideas que sí, usan de artimañas inventadas hace muchos años, pero no por eso dejan de ser grandes. Su traslación al directo es verdaderamente soberbia, de dejar con la boca abierta. Carisma, perfección y actitud en una banda a la que se prevé demasiado joven para esas cualidades, pero que demuestra que la corta edad no es obstáculo para dar lecciones magistrales de cómo llenar un escenario. De principio a fin, el set que desgranaron con el mayor de los entusiasmos, fue ejemplar. Gemas tan resplandecientes (y tan difíciles de reproducir en vivo) como "She's the greatest", "Summer rain", "Maybe it's the pressure" o esa "Jennifer", cantada por el batería y líder de la banda, Stu Kidd, que tanto recuerda a Gorky's Zygotic Mincy (no en vano han sido banda de acompañamiento de Euros Childs). Todas ellas sonaron especialmente puras y vibrantes en el Loco, cuyo público quedó absolutamente rendido a su encanto. 

No se puede pedir mucho más que esto. Esto es la felicidad, la poción mágica de Panorámix para hacer que los tediosos días que vivimos tengan algo más de significado. Con ese estribillo tan abrumador, "she knows that she's good, she don't knows she's the greatest" todavía en mi cabeza no puedo evitar pensar en porqué todo el mundo está tan preocupado por buscar todavía originalidad en la modernidad. Quiero decir, está bien que el arte busque nuevos caminos, pero hay ocasiones en que sencillamente con un poco de pop del de toda la vida se queda uno con la sonrisa tonta toda la semana. Gracias a Pretty Olivia esa dosis de BUEN ROLLO parece ser que, de momento, está garantizada. A seguir así por muchos años más




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