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martes, septiembre 26, 2017

Granada Sound 2017




Agotados y llenos de sensaciones y experiencias de todo tipo, asistíamos en la madrugada del domingo al cierre de la que ha sido la edición más multitudinaria del Granada Sound. Seis años de festival han llevado esta cita a proclamarse como el festival despedida de verano coincidiendo, normalmente, con la entrada de un otoño que aún es cálido en estas latitudes y se presta a disfrutar de estos eventos al aire libre.

Desde el exterior, recogiendo aún acreditaciones, escuchábamos el primer grupo, los granadinos DBaldomeros, que sustituían a Polock de última hora. Así, nos encontrábamos al llegar con la primera sorpresa, un escenario “pórtico”, patrocinado por cervezas Alhambra, por el que pasaron varios grupos granadinos y las malagueñas Dreyma (las actuaciones y los horarios eran sorpresa también). Servía este como prólogo para quienes tenían que hacer cola antes del registro y cacheo pertinentes que, este año, extremaba precauciones a la entrada del festival.

Una vez dentro nos encontramos directamente con MOJØ, ganadoras de la última edición de Emergentes, recibiendo con fuerza y alegría a los más tempraneros del festival que además encontraban en el escenario Underwood una buena sombra donde resguardarse. A ciertas horas, en Granada aún no se puede estar al sol en el mes de septiembre. Sombra, asiento y tranquilidad ofrecían también algunos de los stands situados estratégicamente a la entrada.

Entre ellos, el de cervezas Alhambra se convertía ambos días en la perfecta sala de espera para quienes preferían escuchar la música huyendo del fuerte sol y altas temperaturas que se han registrado estos días en la ciudad. Desde ese espacio, además, podías salir con un bolso o una camiseta personalizada de forma artesanal, sólo faltaba un rincón con acústicos para que la oferta sensorial hubiera sido perfecta (sirva esto como buzón de sugerencias, ahí lo dejo).


Con gafas de sol, mucho calor y muchas ganas de dar espectáculo, los granadinos Apartamentos Acapulco y Toulouse se alternaron en sendos escenarios grandes, dispuestos esta vez en paralelo, recibiendo a los más festivaleros, que se apostaron a pie de escenario desde esas primeras horas llegando algunos a permanecer en el sitio conquistado durante todo el festival para no perder posiciones. A esas horas, los menos interesados en asegurarse un sitio privilegiado disfrutaban de Quizz, juegos, compras y demás ofertas dispuestas para que los asistentes se mantuvieran entretenidos en el recinto.

Mientras tanto, en el “pequeño” escenario Underwood pudimos disfrutar de las actuaciones de Julieta21 y Lost Tapes, dos grupos a tener muy en cuenta en un futuro inmediato. Eso sí, para disfrutar aunque fuera un poco de la enorme oferta de grupos tocaba correr entre escenarios porque este año el reparto de horarios ha creado la necesidad de ser omnipresente para no perderse ningún grupo, mucha calidad coincidiendo en horarios.


El sol se ponía esa primera tarde en la “Casa” de Iván Ferreiro, primero de los grandes programados. Siempre bien acompañado en el escenario (Amaro, Novoa…) ofrecía una nueva visita a la intimidad de esa casa que nos ha ido enseñando poco a poco sin olvidarse de todos esos temas que se han convertido en imprescindibles en su setlist y que se remontan incluso a su primera etapa pirata.

No pudimos terminar de verlo, muy a nuestro pesar, porque desde Sevilla, The Milkiway Express ya habían comenzado y sabíamos, tal como pudimos comprobar al llegar allí, que era una de esas bandas que no te podías perder en este festival, entre otras cosas porque no se prodigan mucho por nuestra tierra y esta era una oportunidad única para volver a verles.

Terminaban éstos cuando La Habitación Roja ya habían comenzado en el escenario Ron Negrita así que nueva carrera hacia el otro lado, momentos de disfrute escuchando algunos de sus temas más conocidos y vuelta al otro escenario para no perdernos a Shinova, grupo que ha sido una de las sensaciones de la temporada y que pueden presumir de un directo de esos que impacta y deja huella.


Llegaba tras ellos la actuación más esperada de la noche y también la que más festivaleros reunió frente al escenario Alhambra, los granadinos Lori Meyers, como no. Con la puesta en escena que ya han llevado a otros festivales, donde los audiovisuales, lejos de distraer lo que hacen es atrapar la atención sobre el escenario y los componentes del grupo. Un aparato lumínico y visual artístico y bien pensado para realzar cada uno de los temas, meternos “En la espiral” y hacernos dar vueltas por toda la historia reciente de una banda que ha esperado el tiempo justo para sacar este nuevo trabajo, el necesario para haber diseñado cada detalle al milímetro y proclamarse claros triunfadores de una noche en la que, a pesar del agotamiento, quedaban fuerzas para corear cada uno de sus “himnos”, de los que no echamos en falta casi ninguno.

Apenas pudimos escuchar algo de Kuve cuando L.A. comenzaban su actuación sumergiéndonos en ese universo sonoro tan personal donde la voz de Luís Alberto Segura capta la atención desde el primer momento. Si además suena “Dualize” entre los primeros temas (obviamente es mi favorito), resulta inevitable buscar posiciones ante el escenario para disfrutar de una de las mejores voces que podemos escuchar actualmente en el panorama indie nacional.

Volvemos a movernos para escuchar al menos algo de El imperio del perro, un grupo que también debería visitarnos más y que siempre dejan el listón bien alto. Poco tiempo de disfrute porque rápidamente daba comienzo en siempre impactante directo de Sidonie. Aún no sabemos si realmente son “El peor grupo del mundo” ni si este fue “el peor concierto del mundo” como leíamos en algunas pancartas entre el público, pero sí estamos seguros de que la conexión que establecen con sus seguidores es única.


Sería injusto decir que lo menos importante para ellos es el virtuosismo musical, porque la  incorporación de Edu Martínez (teclados) y Víctor Valiente (antes guitarra de Mi Capitán) se encargan de que la música esté a la altura del grupo y permiten al resto de la banda, el núcleo principal formado por Marc Ros, Axel Pi, y Jes Senra dedicarse a dar espectáculo, interactuar con el público y convertir cada uno de sus conciertos en un momento de baile, disfrute y diversión. Aunque pueda parecer lo contrario, no hay detalles dejados al azar y todo está pensado para que se perciba el buenrrollismo que tanta falta hace en los festivales para salir con la sensación de que lo que has escuchado ha sido una pasada.


Quedaban aún por salir a escena Grises y Elyella Djs porque el resto de Djs han estado situados en una carpa destinada a acoger a los más bailongos, entre ellos mención especial a la gracia y el salero de La rubia pincha, que puso a bailar al personal con muchas ganas, así como el escenario Underwood, en el que pudimos escuchar los temas favoritos de Virginia Díaz entre otros.

Quedaba aún por delante una segunda jornada que comenzó a recibir gente, escasa en las primeras horas, cuando Arco salió a escena, apurando los últimos coletazos de una intensa gira que le ha llevado por toda nuestra geografía en solitario. Mucho más público se agrupó frente a los murcianos Viva Suecia que, con gafas de sol también, salían a demostrar el porqué de su vertiginoso ascenso a los carteles de los mejores festivales. Se perfilan como uno de los grupos que va a ser imprescindible en los próximos años a base de buenos discos llenos de grandes canciones y una puesta en escena a la altura. Da gusto ver cómo grupos, a los que vimos en su fase emergente en Granada, están llegando a calar tanto entre el público en estos momentos.


Ante la imposibilidad de seguir moviéndonos entre escenarios y sobrevivir al intento, nos centramos, en la segunda jornada, en ambos escenarios grandes para disfrutar de Delafé antes de que Los Planetas salieran a escena entre una espesa nube de humo y luces azules que estuvieron presentes prácticamente todo el tiempo. Una puesta en escena muy del gusto del grupo que, sin embargo, ilumina periódicamente la zona de batería para que podamos vislumbrar la figura de Eric Jiménez con todo su carácter y potencia a las baquetas. La cadencia de la voz de J. paseó sin rodeos por toda esa “Zona temporalmente autónoma” sin dejar atrás, como habían hecho en la jornada previa Lori Meyers, todos esos temas que aquí, en su tierra, son himnos que no pueden faltar en un concierto de nuestros compatriotas.

El relevo, en el escenario colindante, lo tomaba Maga con un concierto en el que nos dieron la sorpresa de contar con Ani B. Sweet y Javi (Full) ante la gran alegría del público, que no se esperaba sendas apariciones. Tras ellos, Dorian volvieron a hacernos disfrutar de uno de sus conciertazos tras dos años con una gira que les ha puesto de nuevo en el candelero con un Marc que entre temas invitó a los asistentes a ser críticos con la situación que se está viviendo en Cataluña y no dejarse llevar por la prensa que toma partido por ninguna de las posiciones que se presentan actualmente, sin hacer apología de ningún pensamiento, una sencilla invitación a ver que la música es lo que realmente nos une.


Desde ahí, imprescindible meterse de lleno en el escenario Underwood para saltar como locos (ya sabéis hijo de puta el que no salte, versión actualizada del maricón el que no bote) con Sexy Zebras, un grupo que es “La polla” y que ha extremado el vocabulario contenido en su último disco y que salen a escena con una actitud irreverente, gamberra y provocadora con la que se mueven como pez en el agua y con la que consiguen captar la atención de un público que hizo hasta pogos en su intensísima actuación.

Quedaba noche por delante, quedaban Djs, quedaban grupos, pero pocas fuerzas para seguir dándolo todo en una jornada en la que sólo los más jóvenes y con más ganas de marcha permanecieron para disfrutar de Kakkmaddafakka, Los Castizos y el cierre estelar de Don Gonzalo, que no podía faltar en esta cita granadina, como tampoco faltó Arturo Mondo para hacer bailar en la carpa Jägermeister que acogió a todos los que van a un festival no sólo a ver a los grupos, sino a bailar y divertirse con el resto de ofertas presentes en carteles tan cargados de música y variados como ha sido este año el del Granada Sound.

Mientras en la página web del festival, en estos días, llueven comentarios que resaltan lo positivo y lo negativo del mismo (un evento de esta magnitud difícilmente puede salir cien por cien perfecto), utilizo este artículo como buzón para sugerir un par de mejoras básicas para mejorar el festival en lo posible. Por un lado se echaron en falta asientos (gradas o similares) para descansar algunos ratos (son jornadas de catorce horas de festival) y por otro agua, señores, el agua no es un lujo, es una necesidad que en estos sitios puede salvar a más de uno de la típica lipotimia, unas fuentes aumentarían la calidad de estos eventos, al fin y al cabo, la cerveza es la bebida festivalera por excelencia y todos estamos dispuestos a pagar cualquier precio por ella, pero el agua, por favor, que sea accesible.


Como muy positivo, la sinergia establecida entre Granada Sound y Granada Ciudad del Rock que, en colaboración con una buena cantidad de locales granadinos han sido el punto de encuentro de granadinos y visitantes durante cuatro días ofreciendo actuaciones en pubs, bares, tiendas, etc. en las que hemos podido disfrutar de grupos como Vita Insomne, Mojo, Nevada, Cover Days, Pablo Tejada, Guille Cuadros, Javier Arnal, Croché, Dreyma, Zines y otro montón de grupos casi imposibles de enumerar por su gran cantidad así como una fantástica fiesta bienvenida en el Palacio de los Córdova en la que pudimos disfrutar de Guau! y Full para poner música a una velada inolvidable dentro de una programación que ha llenado de música una ciudad que siempre se vuelca con los eventos.

Crónica: María Villa

Fotos: FOL CONTRERAS / Última foto (Vita Insomne): Javier Martín

Más fotos en: GRANADA SOUND 2017

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