Bosco en BoogaClub (10/11/2017)

Les conocimos hace algo menos de un año en la que fue su presentación en Granada de “El mosto de la vida” y, sin haber editado nuevo trabajo, pero sabedores de que su paso por la ciudad anteriormente había sido un éxito, Bosco repetían concierto esta vez en BoogaClub de manos de Tras la Cortina. Con la valentía que les caracteriza, tanto al grupo como a la promotora, decir que “repetían concierto” es un decir, Bosco nunca repite espectáculo, interpreta, improvisa, declama, exclama, musiquea, vociferea, deleita a los asistentes con una performance musical donde todo se convierte en un espectáculo. Desde la salida de los músicos, que podrían haber salido de una obra de teatro o de un cuadro de Hieronymus Bosch, escucharles se convierte en una experiencia basada en la música donde sin embargo no todo es música. David Moretti, un fontman que fuera del escenario parece incluso tímido, se hace enorme sobre las tablas y se mete en el papel para cantar, arengar, gritar pasajes bíblicos y declamar poemas mientras lo mismo enciende un candelabro y pasea todo el pesar que puede arrastrar entre el público o inicia un “círculo de fuego” para bailar con los presentes que, mano a los hombros colindantes se deslizan bailando con tan peculiar cantante. Tan valientes como siempre, lanzándose al espectáculo de lleno, sin medias tintas, la banda murciana no se adscribe a ningún género musical, a pesar de haber sido llamados “los Pink Floyd murcianos” y haberse buscado similitudes con bandas como Imán Califato Independiente. Una vez en escena lo mismo puedes escucharles interpretar un tema reggae como algo más psicodélico, rock, ska, jazz o bossa con los que construyen cuadros llenos de personajes perturbadores y nos empujan a danzas ancestrales cargadas de teatralidad. Un espectáculo musical para el que hay que estar preparado porque, estos murcianos que escuchan la luna o se pierden entre los niños de una isla jamaicana no cesan de crear, inventar, subvertir y utilizar todos los recursos a su alcance para conseguir no dejar a nadie indiferente (frase manida que en este caso es aplicable realmente a lo que hace este grupo). Poca gente se decantó el viernes, nueva jornada en la que coincidían más conciertos de los que una ciudad del tamaño de Granada puede albergar, por ver a Bosco pero lo que está claro es que los que lo hicieron esperaron pacientemente para poder hablar después con el grupo y expresarles su enorme sorpresa ante lo que habían visto allí y la intención, por supuesto, de sumarse a los seguidores que ya no se perderán un concierto de esta banda cuando vuelvan por aquí. Una vez más, la originalidad, el buen gusto y las propuestas valientes no tienen la cantidad de seguidores que cabría esperar pero entre los aficionados a la música que luego se quejan de que los festivales/salas siempre programan lo mismo y que visto uno, vistos todos ¿cuántos estaban el viernes viendo a Bosco? Crónica: María Villa Fotos: PerseFone Más fotos en PERSEFONE-BOSCO