Granada Ciudad del Rock es la marca por la que la ciudad
está apostando como atractivo turístico y, si bien durante esta misma semana en
la que se ha celebrado el Festival Internacional de Jazz de Granada, celebraban
también a la par la gala con la que se ha galardonado al grupo de pop Los Ángeles y al periodista Juan Jesús García (Ideal), ambos por
una trayectoria vital unida a la música y muy reseñable en esta ciudad, lo
cierto es que mucho antes de se “ciudad del rock”, podemos presumir de que la
ciudad ya celebraba uno de los festivales de jazz más antiguos de España.
Nada menos que 39 ediciones
ya (el año que viene tocaría hacer algo muy especial para celebrar las cuatro
décadas de festival) que, año tras año, han hecho de este uno de los festivales
más reputados a nivel nacional.
Este año, con varios sold
out en sus carteles y quince mil personas asistiendo a los distintos
eventos, en un total de setenta conciertos entre el programa oficial y los conciertos
paralelos, distribuidos en veintidós espacios por los que han pasado más de doscientos
músicos, muchos de ellos granadinos.
Entre tantos conciertos, tuvimos la ocasión de asistir a la
presentación en Granada de “Origami”,
el último trabajo del napolitano Joe Barbieri.
Es Barbieri un “cantante del alma y sentimientos”, como se le ha definido, que encontró en
la atmósfera recogida y silenciosa del Teatro
Isabel la Católica el espacio perfecto para dejarse llevar y deleitar al
público con su voz y estilo personalísimo que, si bien no puede enmarcarse estilísticamente
en el jazz sí tiene, por su forma de interpretar los temas, una cadencia jazzística
sencilla y agradable que consiguió atrapar al público y mantenerlo en su
tranquilidad sonora hasta levantarlo entre coros compartidos en el último tema,
un traducido al castellano “Scusami” que arrancó los más animados aplausos del público.
Junto a él Antonio Fresa al piano y melódica, la batería de
Giacomo Pedicini, el contrabajo de Sergio Di Natale y el violonchelo de Stefano
Lorio. Como suele decirse, bien flanqueado para que su espectáculo fuese maravilloso.
Completamente distinto, por el registro en que se
desenvuelve cada uno de ellos, el concierto de Stanley Clark tuvo la fuerza de uno de los mejores bajistas/contrabajistas
del mundo. Sería extensísimo hablar de todos los artistas con los que ha
compartido escenario y los muchos e importantes premios que ha obtenido en su
carrera, para eso está la Wikipedia y las muchas páginas que reseñan su enorme e
importantísimo trabajo.
Nos centraremos más en comentar la capacidad de este hombre,
galardonado en la noche del viernes por la ‘Granada de Plata’ dentro de la
celebración del festival, de crear una tensión musical inigualable a base de temas
cargados de fuerza donde el instrumentista demostró su virtuosismo, compartido
con sus compañeros de escenario, los teclistas Beka Gochiashvili y Cameron Graves,
el baterista Shariq Tucker, el violín de Evan Garr y el punto de originalidad y
de las tablas hindúes de Salar Nader,
conformando todos ellos un impactante combo que tocó sin bajar el ritmo durante
más de horas en un concierto realmente memorable.
Un final de concierto con unos bises donde el funk se adueñó
del escenario y del público que, en pie, coreó y dio palmas para despedir a una
de las bandas que más ha impactado en este festival que, nuevamente, ha dejado
el listón muy alto en cuanto a calidad y estupenda organización del mismo. Difícil
superar lo vivido cuando llegue la próxima edición pero seguro que Granada ya se
está preparando para un cumpleaños de los más especial en la que sin dudas será
otra edición de lujo.
Las actividades paralelas que aún restan por celebrarse se pueden consultar en: http://www.jazzgranada.es/
Las actividades paralelas que aún restan por celebrarse se pueden consultar en: http://www.jazzgranada.es/
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