“El mal de la juventud” es un disco muy fresco, con un pop muy brillante. ¿Elegisteis para este debut las que llevaban más tiempo compuestas o la mayoría son de cosecha reciente?
Hay de todo. Es un viaje de nuestras primeras canciones a las últimas que hemos compuesto.
¿Se quedaron muchas cosas en el tintero por falta de coherencia con el contenido del disco?
Sí. Hay muchas canciones que no han entrado pero que formarán parte de lo próximo.
Sois los cuatro miembros bastante activos y tenéis proyectos y ocupaciones paralelas. ¿Cómo se pone en marcha el proyecto de Emilia, Pardo y Bazán?
Ada, Pepe y Sergio se reunieron para poner música a un pequeño show de monólogos. Lo pasamos tan bien que decidimos reunirnos a ver que salía. Luego llegó Paula, y a los tres meses dimos nuestro primer concierto.
Si por algo destacáis, al menos para nosotros, es por la alta calidad de las letras. No es que se cuenten cosas en estas canciones, es que están contadas parece ser con otras pretensiones, poniéndolas a un nivel distinto al de la mayoría de bandas actuales. ¿Esa era la idea inicial, poner las letras por delante de cualquier otra cosa?
Las letras son importantes, sí. Pero es un maridaje con la música lo que hace que el mensaje vaya un poquito más allá.
A nivel lírico la responsabilidad recae cien por cien en Sergio, y la ejerce hablando de temas aparentemente poco aptos para el pop. Su visión del amor es cruda, y habla de sentimientos sin filtro y reprochando lo que haya que reprochar.
Lo cierto es que las letras definen una percepción personal de la realidad. Tienen mucho de confesional pero hablamos de piscinas donde todo el mundo se ha bañado alguna vez. Nos gustan las cosas crudas y directas, reír fuerte, los bares donde ponen pincho y los finales felices.
Escuchamos mucha música, no tenemos perjuicios. Toda canción que cale en el imaginario popular nos interesa, ya sea de Britney Spears o de Woody Guthrie. Somos una generación bastarda hija del mainstream y del underground.
Escuchando vuestras canciones podríamos hablar de power pop, actitud punk, costumbrismo, poesía confesional o simplemente pop radiante sin fecha de caducidad. ¿Le teméis a la inconcreción o a que el oyente medio se disperse a la hora de clasificaros?
No, eso es precisamente lo que más nos
divierte.
Sin embargo, ese descaro a la hora de escribir y el desparpajo para tocar las canciones puede jugar a vuestro favor. ¿Creéis que es esa precisamente la clave, olvidarse de prejuicios y expectativas?
No tenemos ni idea de cuáles son las claves pero lo pasamos bien. Somos ambiciosxs pero no vivimos obsesionadxs con encontrar la fórmula mágica o la canción perfecta o el estilo adecuado.
“Madriz central” o “No logo”, por poner algunos, son dos buenos ejemplos de que también sois capaces de componer lo que se conoce como “hit”. Hay unas cuantas canciones aquí que podrían sonar en más de un festival y convertirse en himnos sin ningún problema.
No queríamos hacer hits, queríamos hacer buenas canciones. El hit está en la oreja del que escucha.
La canción que da nombre al disco es también el título de una obra de teatro de Ferdinand Bruckner, uno de los grandes olvidados dramaturgos austríacos conocido por su militancia antifascista. ¿Tiene la ideología un peso específico también en parte de vuestras letras?
La ideología tiene un peso específico en todo lo que hacemos, inevitablemente somos animales políticos nos guste o no. La conciencia de clase te sitúa en un lugar concreto a la hora de hacer las cosas.
Mal. Hay muchas bandas pero no hay una escena concreta. Arrastramos el estigma provinciano y el complejo de no hacer las cosas en el centro de la capital.
¿Se va a valorar más a partir de ahora el trabajo de las bandas que están luchando por hacerse un hueco, o la música en directo en general, y no nos referimos únicamente a los músicos sino también a todo el trabajo que conlleva la industria?
Los directos tienen que volver, es la esencia de todo esto. Además de dar trabajo a mucha gente.
Hablar de próximos conciertos ya es un triunfo después de todo lo que nos ha caído encima, pero parece que la agenda de la banda se va llenando de eventos. Íbamos a estar precisamente en vuestro concierto de Sevilla, en el ciclo Picnic Interestelar, donde os presentabais acompañados de Ginebras y La La Love You, pero al final no pudo ser. ¿Qué sensaciones tenéis de estos primeros contactos con la audiencia?
Mu rico. Formar parte de un cartel donde están Ginebras y La La Love You ya nos pone bastante, si a eso le sumas que Sevilla tiene un color especial podríamos decir que el reencuentro con los directos no ha podido ser mejor.
Escucha "El mal de la juventud" aquí.
Más info:
https://www.facebook.com/emiliapardoybazan
https://lunardiscos.bandcamp.com/
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