Desde uno de nuestros sellos de cabecera no dejan de sorprendernos con puestas de largo de bandas y discos que beben de distintas fuentes y tradiciones. En la escuela del pop rock sevillano hay músicos jóvenes y no tan jóvenes que están dispuestos a reunificarse en tantos proyectos como sean necesarios para dar salida a las canciones y conceptos que dan razón de ser a su impulso artÃstico. Es el turno de Estado Temporal, un trÃo que presenta la primera de sus fases sonoras con envoltorio y contenido harto atractivos.
La escena sevillana sigue recogiendo los frutos frescos de
cada temporada, y lo hace con orgullo y satisfacción por fortalecerse como es debido con el empeño y el excelente bagaje de los músicos que la hacen
importante. En el mapa de la ciudad hispalense jugaron –y juegan- un papel
importante bandas de diverso corte y fortuna, léase Zico, Maga, Löbison u Ojofuego. En los primeros, y en algún otro de reciente éxito como Derby
Motoreta's Burrito Kachimba, militó como productor y componente ocasional el
gran Fernando Zambruno, que también parió y dio forma al último de los citados,
uno de los proyectos más interesantes surgidos en la capital en las últimas
décadas. Por el medio, el ex baterÃa del grupo de Miguel Rivera, David GarcÃa,
y otro joven veterano de aventuras varias llamado Francisco Naranjo, decidieron
embarcarse, este último como vocalista y cabeza visible, en una travesÃa aún sin
destino fijo pero de rumbo firme y pulso constante. Bajo el nombre de Estado
Temporal, para dejar claro que en ellos no cuenta ni el pasado ni el futuro,
certifican un devenir que empieza con un capÃtulo más que estimulante del que
esperamos una inminente y no menos esperanzadora continuación.
La “Fase lunar” con la que iluminan y a la vez oscurecen su
propuesta –sÃ, esta es una simple cuestión de contrastes- brilla especialmente
en los arreglos, a medias entre el rock mainstream
de los noventa y el sesgo independiente del pop menos edulcorado, pero
también cuenta con un valor añadido: El del factor cultural, contenido en las
metáforas y frases que van soltando a lo largo de ocho canciones vibrantes de
oscuridad, como una antesala de la fase en que el astro rey sea el principio y
fin de todo lo divino y humano. Antes de llegar a ella, saben explicarse a la
perfección, por mucho mensaje crÃptico que a veces parezca empañar su empeño,
en cuanto a la naturaleza atávicamente autodestructiva del ser humano en “Y
tendrá tus ojos”, y se proveen de melodÃas útiles para articular la
desesperanza implÃcita en “Pérdida de memoria”. Breves apuntes de la abundancia
lÃrica en un disco que no olvida su base literaria al revolcarse en el realismo
sucio de un autor como John Fante, apropiándose de su pequeña obra maestra “Pregúntale
al polvo” para facturar una de las grandes canciones que llevamos escuchadas en
lo que va de año.
La lucha por cambiar las tornas, la insolidaridad y la
necesidad de comunicación extrapoladas a la clase polÃtica en un tema de claro
corte social, “Error natural”, abordando la deriva hacia una corrupción
intrÃnseca y contraponiéndola a una especie de himno en favor de la igualdad de
reminiscencias carcelarias titulado “Bajo un sol de justicia”. La falta de
complacencia de estas canciones queda definitivamente explÃcita en “Muchos
héroes, ninguna victoria”, resumen perfecto de las pretensiones que la misma
banda apunta como eslogan promocional: Este es un disco dedicado a los que
pierden. En cambio, los que ganamos mucho al escucharlo podrÃamos dedicárselo a
todos aquellos y aquellas que aún no saben lo que se pierden. Este, de momento,
es nuestro Estado Temporal, y todo apunta a que lo transitorio será definitivo
algún dÃa.
Escucha "Fase lunar" aquÃ.
Más info:
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