Love of Lesbian – Cuentos chinos para niños del Japón. Naïve, 2007.
Cuentos Chinos para niños del Japón es el quinto álbum de estudio de los barceloneses Love of Lesbian. Para aquellos que no les salen las cuentas simplemente recordar que antes de su masacre masiva en el Indie en español tuvieron un corto idilio con la lengua anglosajona que se saldó con un moderado éxito rematado por el salto masivo del último disco en castellano. Y para acabar de ubicarlo el segundo disco en nuestra lengua para aquellos neófitos en cuestiones lesbianas.
Al tema. Cuentos chinos para niños del Japón es un disco muy completo. Recoge la esencia de lo mejor de Love of Lesbian y alguna de sus gamberradas. La producción es impecable y las letras muy cuidadas, algunas de ellas ya forman parte de su cancionero básico y son dignas de estudio como el tema que abre el disco: Universos Infinitos, un tema recitado por Santi Balmes que te arrastra a nuevas dimensiones.
La Niña Imantada es una de esas canciones que cuanto más se escuchan más encajan. Una canción sobre atracciones fatales pero con un tono cariñoso (para variar).
Y para acabar este arranque Noches reversibles, que se ha convertido en todo un homenaje a los fans que llenan sus conciertos una y otra vez. Los Colores de una Sombra y Un Día en el parque continúan con esas melodías pegadizas cargadas de letras preciosas, emotivas e incluso empalagosas que todo grupo debe dedicar al amor y al desamor. Y es que pocas veces alguien se ofrece a “matar monstruos por ti”.
Por desgracia llegan las canciones simpáticas, esos temas que plagan de buena energía la segunda parte de sus directos pero que deslucen la audición de sus discos. Nos referimos al mítico Villancico para mi cuñado Fernando y Me amo. Por fortuna entre ambas canciones aparece Shiwa, una simpática versión sectaria con algo de mala chufa y muy buenos arreglos que acaba salvando este triunvirato de lo gamberro. Por cierto, Shiwa cierra Ens. Versión catalana el disco).
Historia de una Hache que no quería ser muda una hipnotizante pista que te arrastra a conversaciones eternas y noches que no acaban.
La Parábola del Tonto es sin duda una de las letras más hermosas que habitan ene estos “cuentos lesbianos”. Primero por el in crescendo musical que plantea, por el lacónico lamento y el desprecio que esconde cada nueva frase.
Tras el momento reflexivo número uno aparece Dios por Dios es cuatro, que propone otra nueva patada al clima intimo pero en este caso con una cierta masa crítica que hace que sea especialmente poética en cada nueva reflexión. Frases sueltas que tienen una carga oculta o muy explicita depende del caso. Una de esas canciones denuncia moderadas pero con potencia de donde sale el título del disco.
Y efectivamente tras otro momento “intimo de silencio” regresa la incursión catalana de nuestro particular dios Shiwa. Un final perfecto para un disco muy recomendable.
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