
Un show atípico en el que Drexler se desnudó ante un público respetuoso (trasladar un concierto a un teatro parece que inyecta en el público una dosis múltiple de respeto y silencio) que parecía estremecerse a cada tema de un setlist personal y emocional. El cantautor apareció en escena desde antes de aparecer, al igual que salió de ella incluso después de haber salido. Unos acordes en off en la oscura escena presagiaban la figura de Drexler, que apareció de forma casual, como si aquel concierto no fuera con él y simplemente le pilláramos afinando su guitarra española. Chaqueta negra, camisa blanca y entre la oscuridad se dirige a una bombilla, en un lateral del escenario, que se ilumina en el momento que entona los primeros versos... Así comenzaban las 2 horas de show, con ese toque mágico que se acababa de anclar en el ambiente...

Y entre escenografía, efectos theremínicos varios y algún que otro malentendido entre el público (tras escuchar varios “guapo” desde el patio de butacas, una fémina gritó “Inoportuna”, a lo que le respondieron con un “envidiosa”... quizás la que lanzó el “envidiosa” al aire no sabía que “Inoportuna” era uno de los temas del uruguayo...), la lírica magnética de un setlist al que le faltaron temas emblemáticos pero que rebosaba eso mismo: temas de siempre.

Sin olvidarnos de dos temas cinematográficos como “Que el soneto nos tome por sorpresa” (Goya a la mejor canción original por “Lope”) y el polémico “Al otro lado del río”, a capella, a viva voz, sin mediar acorde alguno y postrado en el borde del escenario, como queriendo romper esa barrera infranqueable...
Entre canción y canción las concesiones diversas a anécdotas vividas con ellas, empatizando con un público entregado que rezaba las canciones en susurros, y jugando con la música, con las posibilidades de un directo, con el feed-back recibido desde el patio de butacas. Para los excépticos, exactamente lo mismo que se viviría en un café teatro con un cantautor que intenta abrirse camino; para los más fieles, algo que pocas veces podrá volver a repetirse sobre un escenario.
Con “Sea” se despidió del público valenciano y se dio un baño entre los flashes y los smoartphones del respetable. Como buen trovador, atravesó el patio de butacas “echando suertes a descansar” y “soltó su canción en la ventolera”... Y tal y como comenzó el concierto acabó. Salió por la puerta dándole la espalda al escenario, dándole la cara a los asistentes al show... y siguieron sonando los acordes aún después de haber desaparecido...
En definitiva Jorge Drexler regaló a los presentes una clase magistral de emotividad rasgada por las cuerdas de su guitarra y sobretodo por el lirismo de sus letras. Un estreno mayúsculo en este I Festival Urbano de Valencia que confiamos se convierta en una constante a lo largo de las próximas semanas. Y aunque Leonor Watling no acompañó a Jorge en esta ocasión, aquí os dejamos el vídeo de “Toque de queda”, tema incluído en su último trabajo, “Amar la trama”.
“Toque de queda” (Jorge Drexler con Leonor Watling, 2010)
Próximos conciertos I Festival Urbano Valencia:
11 noviembre – Corizonas (Sala Wah Wah)
12 noviembre - Russian Red (Palau de la Música)
12 noviembre – Corizonas (Sala Wah Wah)
18 noviembre – Pony Bravo (Sala Loco)
19 noviembre – Jack Oblivian + Harlant T. Bobo
25 noviembre – Zahara (Sala Wah Wah)
26 noviembre – Javier Krahe (Sala Wah Wah)
29 noviembre – Juan Perro (Teatro Olympia)
Próximos conciertos de Jorge Drexler:
18 noviembre – Mataró (Sala Privat)
19 noviembre - Terrasa (Centro Cultural Unnim)
17 diciembre – Elche (Gran Teatro)
Más info:
http://www.festivalurbano.org/
http://www.jorgedrexler.com/
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