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lunes, marzo 12, 2012

Mikel Erentxun - La Posada de Babylonia. Córdoba, 9-3-12

Mikel Erentxun - La Posada de Babylonia. Córdoba, 9-3-12.

Aunque los despistados que se pasaran por la sala, algunos entre casual y dubitativamente, pensaran que iban a ver en directo “al de Duncan Dhu” y a escuchar varias canciones de uno de los grupos que acompañó su (nuestra) juventud, y no es por ponernos melancólicos, la cosa era mucho más seria: este señor tiene ya un repertorio más que respetable, ha grabado un disco nada fácil de digerir (’24 golpes’) y se ha subido al vagón de los trabajadores independientes, y no me refiero al hecho de que grabe para una discográfica “menor” ni sus presupuestos sean más limitados, sino a que desde hace tiempo viene demostrando que su ritmo creativo y, sobre todo, sus directos, lo retratan como un compositor sobradamente preparado para mantenerse dignamente al margen de la autopista de la comercialidad. Y eso que canciones tiene, y de sobra, para sonar en cualquier sitio y de paso añadir prestigio a las temidas listas de éxitos.
Muchos no entendemos por qué un letrista de su nivel sigue recurriendo a plumas cercanas para completar su música, pero siempre es un placer encontrarse con la inspiración de José Ignacio Lapido en un tema como ‘(Así son) las reglas del juego’, cuya delicadeza Mikel decide vestir de distorsión al final, con la complicidad de unas disminuidas Malas Influencias, la banda que lo acompañó al completo en la gira anterior y que ahora se reencarna únicamente –y no necesita más- en el bajo Hoffner de Miguel Artieda y en la batería Tama de Rufo Urbina, dos escuderos de lujo para un “jefe” (sí, a veces hasta suena “springsteeniano”) que no disimula su devoción por la escena alternativa norteamericana al arañar esos guitarrazos a lo Yo La Tengo que sorprenden y estimulan a un público que a mitad de concierto ya parece mentalizado de que esto es algo muy diferente al pop de toda la vida. Es en este tramo cuando le busca otro ángulo a uno de sus temas más conocidos, ‘A un minuto de ti’, hasta que lo lleva a terrenos dylanianos enlazándolo con el estribillo de ‘Knockin on heaven’s door’, otra referencia a sus músicos de cabecera; y en ‘Cartas de amor’ tampoco se olvida de su faceta de rockero a la más antigua usanza y hace que el ‘Whola lotta love’ de los Led Zeppelin aparezca ahí en medio, fusionándose a la perfección con una letra no tan alejada de la de Robert Plant y desabrochando definitivamente los botones de su elegantísimo chaleco. Fácil, muy fácil parece hacerlo, y aún más fácil es que los demás lo disfrutemos. Y más si toca uno de los temas menos conocidos de su anterior banda, 'Un punto más'.
Claro que aquí estaba para presentarnos sus nuevas canciones, que también ha editado en vinilo y a las que les ha dado un toque más personal e íntimo que nunca. Pero que no se engañe nadie, que este es un disco de rock and roll. Ampuloso y a veces introspectivo, pero rock al fin y al cabo. Y así lo demuestran, aparte del tema que le da título y que abre habitualmente el concierto, otras canciones que dentro de poco serán coreadas sin problemas por los que aún no se han atrevido a descubrirlas: ‘Ropa vacía’, ‘Srta. Soledad’, ‘Penumbra’ y las postergadas a los bises ‘Veneno’ (reducida a guitarra y voz) y ‘Si te vas’, mucho más eléctrica y situada como base de la segunda y ascendente parte de la actuación. Lástima que después de esta sólo se guardara dos balas en la recámara, ya disparadas al blanco de la nostalgia: ‘Esperaré a que se esconda el sol’ (de verdad, ¿cuántos de los asistentes se la esperaban?), uno de los mejores temas de su debut discográfico allá por 1986 y que hicieron grandes a Duncan Dhu y, para cerrar capítulo, una en principio no prevista ‘Palabras sin nombre’, que sonó milagrosamente musculosa y perfecta en la culminación de un recorrido algo corto pero ajustado a una carrera de fondo y forma más que interesantes.
Quizás un disco ninguneado en su momento como fue ‘El corredor de la suerte’ merecería más presencia, pues de él sólo rescata ‘Placebo’, aparte de la ya citada ‘Cartas de amor’, y si nos remontamos a su trabajo de 2003, ‘Ciudades de paso’, casi ni nos acordábamos de la brillantez de ‘Mañana’. En cambio, sí que se agradecen las nuevas versiones de ‘Quién se acuerda de ti’ o ‘A pleno sol’ o el cariño con que revisa uno de sus cancioneros más eléctricos en la energía power-pop de ‘Observatorio’el trote new-wave en ‘De espaldas a mí’. Toques británicos para un núcleo de canciones comprometidas y sinceras, bien armadas y sabiamente adaptadas al formato que ahora, tras la etapa acústica, vuelve a pegarse al corazón de los que seguimos estando pendientes de sus pasos.
De la actitud de Mikel en el post-concierto, con varias personas guardando cola para saludarlo y conseguir las correspondientes fotos y autógrafos ante su negativa inicial, mejor me ahorro los comentarios. Ser una estrella del pop, y él lo es aunque no lo parezca, no te da ningún derecho a ser amable sólo cuando tú quieres. Y seguro que algunos de los que finalmente consiguieron la preciada imagen, a regañadientes de su ídolo, no están de acuerdo con este comentario, pero creedme que me trae sin cuidado. Puede que nosotros, que aparte de hablar de las excelencias de su música también tenemos que hacerlo de su ingratitud y frialdad (y mejor no establecemos comparaciones con otra gente que ha tocado en esta misma sala), no seamos tan objetivos, pero esto de ir a un concierto también a trabajar tiene estas cosas, que te hace ser más observador de la cuenta. Esto no debe empañar ni ser obstáculo alguno para que hayamos visto en directo a un gran artista, que conste. Sólo te molesta tener que hacerte algunas incómodas preguntas: ¿en serio, Mikel, necesitas a estas alturas que alguien dude de tu valía personal?

Set-list:
1.       24 golpes
2.       Observatorio
3.       De espaldas a mí
4.       A pleno sol
5.       Mañana
6.       Quién se acuerda de ti
7.       Ropa vacía
8.       Srta. Soledad
9.       Penumbra
10.   Un punto más
11.   Placebo
12.   (Así son) Las reglas del juego
13.   A un minuto de ti
14.   Cartas de amor

Bises:
15. Veneno
16. Si te vas
17. Esperaré a que se esconda el sol

18. Palabras sin nombre






Más fotos del concierto aquí.

Más info: 


Texto: JJ STONE
Fotografías: RAISA McCARTNEY



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1 comentario :

  1. Es increible que un tio que ha escrito la letra de Desfile o Samurai haya estado contando tantos años con un letrista tan del montón como JM Cormán. A ver si desde este disco empieza a cuidar más esos detalles y no se rodea de don nadies.

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