Y lo ha dicho en pleno ataque de modestia, el tío, porque, tal y como le pasase hace unas semanas a Miley Cyrus, ha tenido que salir a defenderse de ataques en donde le dicen que ya no es lo que era y los años no pasan en balde.

El caso es que la culpa no es suya.

La doble fotografía que acompaña a estas líneas, lejos de parecer un anuncio de esos de "antes/después", se debe a lo siguiente. Un paparazzi cazó a Robbie Williams saliendo de un restaurante griego llamado "Taverna Tony" y, además de la vestimenta que me llevaba a lo mercadillo del domingo con su chandal (hombre, Rob, que eres un cantante famoso, qué poquita vergüenza vestir como un mortal común, cómo se te ocurre), hay que sumarle un ángulo no muy favorecedor para que se líe parda.

Por ello (oye), para combatir los comentarios de que está gordo, ha decidido publicar en su propia página web (y antes en su Twitter) una fotografía del día siguiente a las robadas en donde generosamente muestra su torso desnudo. Acompañaba a la misma, mientras mostraba su dedo corazón amablemente, la siguiente frase: "Aquí estoy en mi casa al día siguiente. Con mucho amor y respeto, Robert".

Ea, pues nada, a ver si se pone de moda esto de meterse con famosos diciéndoles que han cogido unos kilitos y nos hacen una rondita de publicaciones de fotos en topless así by the face, que le tengo unas ganitas a la Milla Jovovich...