Mark Lanegan Band – Sala Apolo. Barcelona, 2/04/2012. 

Mark Lanegan es quizás uno de los supervivientes del rock alternativo de los noventa que más tirada tiene actualmente, tanto a nivel de público como de atención mediática; esto volvió a demostrarse ayer noche con una Sala Apolo prácticamente llena y con multitud de reseñas recomendando el concierto en las más variopintas publicaciones y webzines. 

El motivo de la actual visita, aunque Lanegan necesita pocas escusas para subirse a un escenario, es la presentación en sociedad de su último álbum, Blues Funeral, publicado el pasado año y, por tanto era de suponer que el repertorio estaría centrado sobre todo en ese disco. Lanegan apareció en el escenario cuando pasaban diez minutos de la hora prevista y, con la actitud esquiva a la que nos tiene acostumbrados, se dirigió directamente a su pie de micro y arrancó con el single, y el tema más conseguido de Blues Funeral, The Gravedigger's Song. En la hora y media siguiente, Lanegan alternó temas nuevos como Gray goes Black, Riot in my House o Ode to Sad Disco con sus hits Hit the City, Wedding Dress o Metamphetamine Blues, con el que cerró el concierto; además, tuvo tiempo para canciones más oscuras como Crawlspace, incluida en el último lanzamiento de los Screaming Trees, Last Words: The Final Recordings (2011) o Pendulum del Whiskey for the Holy Ghost (1994) y maravillas como One Way Street, Resurrection Song o One Hundred Days incluidas en Field Songs (2001) las dos primeras y en Bubblegum (2004) la última. 

Y bien, ¿como es un show de Lanegan en 2012? pues igual que en 2011 o en 2010 o en 2009 o... Soy la primera en creer que en música si algo no está roto, mejor no tocarlo, pero en el caso de Mark Lanegan algo se ha roto. No fue un concierto malo, eso sería imposible con temas ya imprescindibles como One Hundred Days, uno de los pocos momentos en que pudimos vislumbrar al Lanegan que nos emocionaba. Fue, simplemente, un concierto aburrido, aburrido y lastrado por un sonido que dejaba mucho que desear, con una guitarra que en muchos momentos tapaba la voz de Lanegan, una banda que no estaba a la altura de los temas que estaba tocando y un disco que no es el mejor de su discografía precisamente. Quizás si el setlist hubiese estado mejor repartido, el peso del Blues Funeral se hubiese difuminado un poco, porque el inicio de set fue prometedor, pero concentrar tantas canciones nuevas en la parte media y final del concierto no fue un acierto, menos mal que cerró la noche con el Metamphetamine Blues que al menos levantó un pelín los niveles de adrenalina. 

Éste era ya mi décimo concierto de Mark Lanegan, le he visto cantando junto a todas las formaciones con las que ha colaborado, excepto con los Queens of the Stone Age y, aunque, siga siendo una de las mejores voces del panorama rock actual y en su cancionero haya canciones más grandes que la vida, creo que Lanegan necesita a alguien más sobre el escenario que haga contrapeso, porque su sola presencia ya no llena el escenario. Ala, ¡ya podéis empezar a tirarme piedras si queréis! 

Os dejo con algunas fotos del concierto y un vídeo de Lanegan interpretando Quiver Syndrome: