Vetusta Morla - Plaza de toros de Alcalá de Henares
 20/07/2012. Madrid

La plaza de toros de Alcalá de Henares acogió la noche del 20 de Julio el concierto de la banda madrileña Vetusta Morla, que compartió cartel con los mexicanos Zoé y el cantante coruñés Xoel López.


Sin duda Vetusta Morla sabe torear, con buenos pases de muleta y algún recorte arriesgado se ganaron una vez más a su público, que en esta ocasión esperaban su aparición impacientes y algo nerviosos debido a varios cambios de horarios y retrasos. Se hicieron de rogar, se escucharon algunos gritos y pitidos inquietos, pero terminaron saliendo por la puerta grande.

Para abrir el concierto, mapas, canción que da nombre a su segundo álbum que presentan en esta gira. A pesar del calor, la gente, ya más relajada y animada, disfrutó con canciones como Boca en la tierra, Cenas ajenas o Copenhage que se sucedieron hasta el saludo de Pucho a “Alcala ciudad de la cultura”. 

No faltaron reivindicaciones referentes a la situación política, económica y social durante todo el concierto. Tal y como si de una de las letras de sus canciones fueran Puxo nos dijo: “No son momentos malos, son momentos en los que la verdad renace, momentos en los que cada día quedan menos lugares para que los malos se escondan, momentos en los que sabemos quien son los malos, es la época de la verdad”. Buenas reflexiones que caldearon aún más el ambiente.

Clásicos escuchados durante toda la gira como Funambulista, Maldita dulzura, En el rio, Lo que te hace grande, dejaron muy buen sabor de boca. Momento espléndido y emocionante, como en todos sus conciertos, cuando se comenzó a escuchar Saharabbey road, y todo el mundo participo en los coros.

El concierto se cerro con una de las canciones más esperadas, Los días raros. Trás la canción Puxo se despidió de los Alcalaínos “como las pilas” , entre algunas bromas y dio suerte para llevar lo mejor posible el otoño “caliente” que nos espera. Finalmente los bises nos permitieron disfrutar de canciones como la Cuadratula del tiempo y de un apoteósico final, en el que la banda sorprendió con luces, sonidos y locura llevada al extremo que nos dejo mordiendo el polvo del ruedo.