Polock + La HabitaciĆ³n Roja. Noise. Valencia 25-10-12

Polock + La HabitaciĆ³n Roja. Noise. Valencia 25-10-12

Ayer fue un dĆ­a de esos de mierda. Huyendo de la mala suerte, que la lluvia parecĆ­a haber traĆ­do desde la atmĆ³sfera para pegĆ”rtela a las suelas, cebĆ”ndose entre los charcos, me metĆ­ en el concierto protagonizado por Polock y La HabitaciĆ³n Roja, organizado en la sala Noise de Valencia como fiesta de bienvenida al nuevo aƱo universitario (y que serĆ” completada por otros dos dĆ­as de directos: el de Bongo Botrako y Aspecant hoy mismo, viernes 26, y el de The New Raemon y Mishima el prĆ³ximo miĆ©rcoles 31 de octubre, tambiĆ©n en la Noise).

Tanto Polock como La HabitaciĆ³n Roja son parte ilustre y reconocida del indie valenciano (es mĆ”s, son dos de sus puntales), sĆ­, pero en su acepciĆ³n mĆ”s mainstream, al igual que Love Of Lesbian o Vetusta Morla ocupan tamaƱa posiciĆ³n, seguramente muy beneficiosa, en el terreno nacional. Son esos grupos que, sin ser malos, ni mucho menos, son utilizados por aquĆ©llos (como Murakami o Saramago en la literatura, o Leolo en el cine) que, sin saber mĆ”s allĆ” de dos o tres nombres, pretenden ir de diferentes o de conocedores como forma de delatar, cual escudo recurrente y arma arrojadiza, la ignorancia supuestamente negligente del pĆŗblico mayoritario, aquĆ©l que se queda boquiabierto al ver cĆ³mo Melendi o MalĆŗ forman equipos pazguatos de futuros cantantes artistazos del programa de MarĆ­a Teresa Campos. Pero no, Polock y La HabitaciĆ³n Roja no son minoritarios (es mĆ”s, me he tomado el esfuerzo de buscar el nĆŗmero de fans que tienen en Facebook y se cuentan por decenas de miles), prueba de ello es el tremendo llenazo de la sala (todo un estadio cubierto de fĆŗtbol para aspirantes a gafapastas -ey, no hay nada malo, yo mismo me temo que podrĆ­a serlo, salvo que los ultracuerpos opinen lo contrario- del mundo universitario) y las engoladas presentaciones que una voz (repetimos, del Ć”mbito universitario: no nos engaƱemos, la Universidad es sĆ³lo otra asociaciĆ³n, otra mĆ”s, que ha hecho de la manipulaciĆ³n y el engaƱo, a travĆ©s de un buenismo de repelente niƱo Vicente, parte de su razĆ³n de ser) repetĆ­a, como un mantra con el que se intentara convencer a si misma, calificando a Polock del grupo indie mĆ”s importante del momento, y a La HabitaciĆ³n Roja del grupo valenciano mĆ”s influyente. En definitiva, indie de multinacional (estos ricos... nos la han vuelto a colar, que tienen salidas para todo, incluso para su crisis econĆ³mica, mencionada un par de veces durante el show por Jorge MartĆ­, de La HabitaciĆ³n Roja), promocionado por todos los estamentos periodĆ­sticos oficiales y la infumable adaptaciĆ³n espaƱola de la revista Rolling Stone. Y es que cuando, entre los dos conciertos, sale todo un equipo humano encargado de montar y desmontar, de probar instrumentos y demĆ”s, se entienden muchas cosas (cuando el rĆ­o suena...): estamos en el refugio de una comodidad tĆ­picamente burguesa. Pero eso, que en verdad no tiene nada malo de per se (todo el mundo tiene derecho a ganarse y garantizarse una vida lo mejor posible), entrarĆ­a Ćŗnicamente dentro del siempre discutible terreno de la actitud si musicalmente hubiera sido otra historia, una historia en la que, despuĆ©s de ese dĆ­a de mierda, y tras sĆ³lo unos acordes, hubiĆ©ramos entrado en otro mundo y la noche se hubiera vuelto a encender.

La mĆŗsica de Polock, banda formada por Papu SebastiĆ”n, Marc Llinares, Pablo Silva, Alberto Rodilla y SebastiĆ”n Benavente, con un Ćŗnico trabajo largo hasta el momento, realmente no me dice nada. SĆ­, la puedo escuchar sin agobiarme, sin pensar constantemente en poner la pausa y suprimir el cd de mi MP3 (como hago con los Love Of Lesbian antes citados, sin ir mĆ”s lejos), con el gusto del reconocedor de la valĆ­a ajena a la hora de la ejecuciĆ³n tĆ©cnica, pero sabiendo que esa mĆŗsica nunca me llegarĆ” al alma, igual que nunca me llegarĆ” Coldplay o similares, que, a ratos, parecen ser la referencia principal de unos Polock reflexivos de por dĆ³nde irĆ”n los tiros en su futuro. Incluso seguirĆ”n haciendo canciones buenas en todos sus discos (Faster Love es esplĆ©ndida), pero creo que serĆ”n, para mi, siempre un “vale, pero...”. ¿Que suenan bien? No, bien no, suenan de puta madre (aunque el equipo de sonido de ayer en la Noise, sobre todo en el caso de La HabitaciĆ³n Roja, fue mejorable, debido a algunas distorsiones ocasionales), pero, ¿de quĆ© sirve esa intensidad si sus huecas cavidades las llena el aire, funcionando para poco mĆ”s que para un bailoteo de discoteca de fin de semana normal y corriente (Polock tiene sus toques dance comme il faut), y la inspiraciĆ³n brilla por su ausencia?.

MĆ”s o menos agotado por el concierto de Polock, esperaba que todo mejorara con La HabitaciĆ³n Roja. Al fin y al cabo, por mucho que les haya podido discutir su verdadero cariz en los pĆ”rrafos anteriores, es innegable que son autores de algunos grandes y maravillosos himnos del pop-rock espaƱol, como Cajas tristes, la hermosĆ­sima EurovisiĆ³n, Van a por nosotros, La edad de oro, El eje del mal, Febrero, Voy a hacerte recordar o La noche se vuelve a encender (estas tres Ćŗltimas incluidas en el que, a juicio personal, es su mejor trabajo, Universal). Y sĆ­, prĆ”cticamente todas esas canciones estuvieron presentes: el concierto era mĆ”s un recopilatorio de grandes Ć©xitos que la presentaciĆ³n de su Ćŗltimo disco, Fue elĆ©ctrico (como debe ser, aƱado, en una banda que tiene tal carrerĆ³n de larga duraciĆ³n detrĆ”s), tambiĆ©n tĆ­tulo de su gira nacional. Pero la mĆŗsica no impregnaba mĆ”s allĆ” del que se dejaba impregnar, del que ya llegaba convencido (convencer a los autoconvencidos, como habitualmente se le suele llamar) de que iba a ser el placer mĆ”ximo de la jornada. Jorge MartĆ­ levantaba su brazo, cual mezcla entre telepredicador e hincha de fĆŗtbol escocĆ©s, y el pĆŗblico inmediatamente bramaba, mientras el bajista, Marc Greenwood, un, fĆ­sicamente, Tom Petty joven de gesto aparentemente imperturbable, tocaba poniendo su instrumento musical sobre la espalda, pero para mi, profano en la materĆ­a, todo aquĆ©llo resultaba un cĆ³digo todavĆ­a mĆ”s desconocido que el de Michael Haneke. Me sentĆ­a, entre tanta gente, como si entre la mĆŗsica y yo mismo hubiera un muro de hormigĆ³n comunicativo inexpugnable. QuizĆ”s fuera, claro, el dĆ­a de mierda que llevaba, aunque no lo creo: incluso ante el peor de los mantecados del dĆ­a a dĆ­a, los buenos mĆŗsicos endulzan la atmĆ³sfera de alrededor, sublevan tu razĆ³n y organizan la rebeliĆ³n de la maƱana siguiente. Como ya habrĆ” adivinado el querido lector, ayer no fue el caso: mĆ”s de dos horas de concierto, y la noche nunca se encendiĆ³.

Ah, el concierto era benĆ©fico, en pro de Pobresa Zero, o al menos eso parecĆ­a previamente. Nadie mĆ”s volviĆ³ a decir nada. Cruel indicativo, de un tipo de mĆŗsica... y de todo un devenir social.

  Polock






La HabitaciĆ³n Roja









Polock - Faster Love
Polock - Night Shot

La HabitaciĆ³n Roja - Febrero
La HabitaciĆ³n Roja - Van a por nosotros
La HabitaciĆ³n Roja - El eje del mal
MƔs info:


PrĆ³ximos conciertos de La HabitaciĆ³n Roja

26-10- 12 Valladolid - Teatro Cervantes
27 -10-12 AvilĆ©s – Centro Cultural Niemeyer

Publicar un comentario

0 Comentarios