Los aéreos + Nube 9. La Caverna.
Valencia, 15 – 11 – 2013
Antes de comenzar un secreto, sin
ponerme inmerecidas medallas ni nada: este concierto tiene una leve
génesis en una propuesta que, aunque no acabo de recordarlo (pero es
posible, ya que lo hacía de vez en cuando antes: ahora soy más
pasotista) parece ser les hice a Los aéreos (que
son J.J. Paterna y
Juanen Alcaraz) hace
mucho tiempo (cuando aún eran conocidos como Risley Avenue y
cantaban en inglés: de hecho, durante los dos meses previos al
concierto, han cambiado de nombre dos veces: antes de Los aéreos, se
llamaron, momentáneamente, Fin) de venir a tocar a Valencia.
De repente, hace eso, un par de meses, recibí un mensaje en facebook
de uno de los dos miembros de la banda confirmándome que por fin
venían a Valencia (ellos son de por Alicante, Monóvar,
creo), y que si les podía recomendar una banda con la que compartir
escenario: como era La Caverna, a escasos cinco minutos de mi
casa, y sé que parte del grupo vive por la zona y son visitantes más
o menos habituales (y aparte, qué coño, son amigos) les recomendé
Nube 9.
Y así llegamos a anoche: en verdad,
adoraba a Risley Avenue, me parece que hacían un pop
luminoso, bello, sin pretensiones pero de gran ternura. No sé si fue
el formato a dos únicas guitarras, restándole parte de su gracia
popera (habría que volver a escucharlos en estudio con sus nuevas
canciones en español), pero ayer creo que estuvieron faltos de
pegada, con algunos momentos de inspiración, pero con el peligroso
asomo ocasional del bostezo. Sus mejores instantes, al final, fueron
sus versiones de Lori Meyers o Francisco Nixon,
delatando que les falta un pelín de rodaje, al menos con su nuevo
nombre. Eso sí, quizás no merecieron el injusto trato de la ruidosa
indiferencia con que le recompensó una parte del público, que no
sólo hablaba durante la actuación, sino incluso durante la
presentación de las canciones, dejándoles en una especie de
parloteo inaudible. Es posible que volvieran al sur menos contentos
de lo que esperaban (incluso estuvieron hablando que, entre sus
planes, estaba pasar la noche en su coche), y eso, como siempre, es
una lástima.
Me hizo gracia que al presentar una de
sus canciones, Los aéreos dijeran que era una de sus pocas
letras positivas, que trataba sobre cosas buenas (y que tratara de un
viaje al sur, por cierto), porque Raúl Moreno, el líder,
digamos, de Nube 9, siempre me ha comentado que ya sólo tiene
ganas de hacer canciones bonitas, que dejen de lado la oscuridad. Una
vez quedé con él en el valenciano Parque del Oeste, justo cuando
anochecía (en el verano, cuando el Sol se iba mucho, mucho más
tarde de lo que lo hace ahora), y se puso a tocar la guitarra, algo
(tocar en un parque) que, según decía, hacía mucho antes. No
dejaba de equivocarse en las canciones, pero me di cuenta que era
alguien que necesitaba la música para despejarse, como forma de vida
mejor que la que te puede proporcionar el día a día. Improvisaba
alguna canciones, cuyos acordes sonaban a rutina, hasta que de
repente, la rompía. Al acabar, se sorprendió de no haber fumado ni
un solo cigarrillo durante una hora.
Ayer, tocando con sus amigotas, como él
cariñosamente definió Nube 9 una vez, logró uno de sus
mejores conciertos, con un público, aunque muy sonoro en algunos
momentos, mucho más entregado que con Los aéreos (no es de
extrañar: digamos que Nube 9 jugaba prácticamente en casa),
que coreaba “no soy yo, soy el viento” o el inicio de “Como
peces”. Creo que ese acompañamiento improvisado es la mejor
forma de definir una interpretación sincera, apoyada en escasos
elementos musicales (guitarra de acordes simples, sintetizador a
cargo de Ana Santos y cajón, tocado por Mónica Sánchez, ambas
también de Ártico), y unas letras trabajadas, con sentido,
que dicen algo más allá del sempiterno bailar toda la noche, aunque
sea algo que quizás no pueda ser apreciado por la mayoría, por
excesivamente sincero, incluso severo. En definitiva, que se te
quedan en la memoria, como frases a las que vuelves de vez en cuando,
como textos que se desangran poco a poco en tu mente, que más
comprendes en toda su complejidad cuanto más caminas por esta vida.
La belleza imperfecta no existe: es de
las imperfecciones de lo que te enamoras. Nube 9 quizás no es
perfecto, pero tiene una hermosura sencilla que enamora.
Más info:
Los aéreos
Nube 9
Los aéreos - Planilandia
Los aéreos - Con tanto misterio
Nube 9 - No soy yo
Nube 9 - La caverna
Nube 9 - Especial
0 Comentarios
¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario