Red Fang + The Shrine + Lord Dying – Sala Bikini. Barcelona – 26/01/2014.
De fantástico podríamos calificar el aforo conseguido por el triple cartel que atronó la Sala Bikini de Barcelona el pasado domingo 26: Red Fang, The Shrine y Lord Dying. Es obvio el (merecidísimo) tirón que ha alcanzado el cuarteto de Portland con su último trabajo, Whales and Leeches, pero el hecho que la sala ya estuviera razonablemente llena desde primera hora de la tarde habla mucho en favor de las expectativas que levantaron tanto Lord Dying como The Shrine.
Los primeros en salir al escenario fueron los paisanos de Red Fang, Lord Dying, presentando su disco de debut, publicado el pasado año, Summon the Faithless. De entrada admito que no les conocía y que no se puede decir que sea precisamente una experta en trash (ni en trash ni en ningún otro género, de hecho) pero no hace falta serlo para reconocer la solidez de su sonido y la complejidad de sus temas. Muy buen concierto.
A continuación, le tocó el turno a The Shrine. Los de Venice se autoproclaman deudores de Black Fag y Black Sabbath, y ya cuentan con un par de referencias editadas, demos y EPs al margen, el homónimo The Shrine, de 2011, y Primitive Blast, que ya tiene un par de años. Aunque es difícil juzgar el directo de un grupo cuando no pueden desarrollar todo su set completo y no están enfrente de su público, The Shrine nos parecieron prometedores, muy energéticos. Una banda a seguir. Intuición quizás.
Y Red Fang demuestra que ese tipo de “intuiciones” no suelen caer en saco roto. La primera vez que vimos a los de Portland fue como teloneros de Mastodon en la gira de The Hunter. Actuaron solo 30 minutos, con una iluminación terrible, en un escenario que les quedaba enorme y estuvieron un poco fríos, no obstante, ahí había algo y su actuación es lo que más recordamos de esa noche. Dos años hemos tenido que esperar para confirmar si esa intuición era acertada y la conclusión es: ¡SÍ!
Pero no solo eso, Red Fang han crecido mucho. Y no estoy hablando de repercusión, que también, sino de su actitud en escena. En su actuación con Mastodon ya fuimos testigos de la contundencia de su ejecución pero en este tiempo se han soltado mucho más y han ganado enteros en intensidad ofreciendo un show sin concesiones, directo al grano y que consigue desatar la locura en la audiencia (una audiencia un pelín exaltada, todo hay que decirlo) desde el principio.
No tiene mucho sentido hablar de líderes o frontmans, la verdad es que en un concierto de Red Fang quien tiene el protagonismo es la banda como bloque y el setlist. Un setlist impresionante en el que incluyeron temas de toda su carrera y que demostró que las canciones nuevas encajan perfectamente con clásicos como Malverde, Wires o Hank is Dead. Mención especial para su nuevo hit Blood Like Cream, un tema de esos que necesitas corear a voz en grito, y para Crows in Swine, el favorito de la que esto escribe.
Ah! Antes de acabar, por curiosidad, me gustaría que alguien me explicase qué tiene de placentero insultar repetidamente y a pleno pulmón a los miembros del grupo que has pagado por ver. Es una de esas “cosas de conciertos” que no entiendo como: “podéis dejar de magrearos un minuto que no puedo ver el escenario” o “esa conversación igual podrías tenerla en otro lugar que seguro que os escucharíais mejor”.
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