“Que sí! Que sí! Que vienen los Rolling!”, parece ser que
los rumores se han hecho realidad esta misma mañana, cuando la promotora Doctor
Music ha confirmado el 25 de Junio como fecha para la actuación de los Rolling
Stones en Madrid, única ciudad de nuestro país incluida en la gira 14 On Fire.
La noticia se filtró a través de un periodista de El Mundo a
inicios del mes de Marzo y Doctor Music se apresuró en desmentirla en un
comunicado oficial diciendo que la gira Europea estaba muy avanzada pero que el
concierto en Madrid no estaba confirmado.
Los más optimistas pensamos que la noticia era verdad y el
hecho de que se desmintiera podría ser una estrategia para crear expectación y fomentar el ansia.
Cuando el 18 de Marzo conocimos la noticia de la trágica muerte
de L'Wren Scott, parecía que se esfumaban las esperanzas de verles de nuevo en
acción. Los Stones se volcaron en apoyar a un devastado Jagger y suspendieron
su gira por Australia y Nueva Zelanda mientras que el resto de paradas quedaban
en el aire.
Pero aquí estarán de nuevo, esta vez en el Estadio Santiago Bernabéu,
sobreviviendo al paso de los años y a los duros golpes de la vida.
Ya lo sé, ya lo sé, me diréis que ya no son ni la sombra de
lo que fueron, que es la única banda de rock que sigue tocando después de
muerta, que por el precio que me va a costar la entrada podría ver a varios
grupos mucho más punteros y molones, que no son músicos, sino cuatro empresarios
que saben gestionar una marca que tiene como logotipo una lengua que les aporta
obscenos beneficios…bla bla, bla bla,…pero sólo pensar que Mick Jagger y Keith
Richards están dándolo todo, o todo lo que les queda en el Coliseo Blanco y yo no estoy allí para presenciarlo…me salen sarpullidos.“I Know It´s
Only Rock n Roll, But I Like It”
Me fue imposible asistir al concierto que dieron en Madrid
en el 2003 y mucho más complicado me resultó estar en el mítico concierto del
año 82 debido a que mi existencia no estaba ni siquiera contemplada, pero por
fin acudí a la llamada en el año 2007 y resultó ser una de esas noches difíciles de
olvidar, solamente el hecho de escuchar a 50.000 almas coreando esas canciones que han formado parte de la banda sonora vital de uno, pone los pelos
de punta a cualquiera con riego sanguíneo.
Recuerdo que aquel concierto fue precedido de la cancelación
del mismo en Mayo del año anterior porque Keith Richards se cayó de un cocotero, cosas que pasan. Pero la maquinaria más vetusta y poderosa del rock reapareció en el mes de Junio de 2007 reconciliándose con el público madrileño.
Los cuatro han vivido al filo de la navaja, contra las leyes
de la naturaleza, sobretodo Mr. Keith Richards, que con todas esas adicciones
que han supuesto el viaje a ninguna parte de tantos talentos, se ha pasado por
el forro la frase de “vive rápido, muere
joven y deja un bonito cadáver” (atribuida erróneamente a James Dean). Eso
sí que es rock n roll actitud.
Esta vez, la excusa para salir a por la “penúltima gira” es
el 50 Aniversario de la banda, no hay disco con material nuevo, no lo
necesitamos, ni ellos, ni nosotros. Muchos piensan que los abuelos salen de
marcha para engrosar sus cuentas corrientes, y desde luego, es una razón de
peso. Pero debe haber algo más para que estos cuatro millonarios sigan
manteniendo a sus edades esta actividad tan frenética.
Desde su posición
podrían retirarse y vivir a todo tren lo que les queda de vida y digamos que…10
vidas más. Tiene que haber algo que quieran reivindicar, quizás quieran batir
récords o dejar claro que mantienen el más célebre pacto con el diablo que jamás
haya conocido la música, no lo sé, lo que está claro es que piedra que rueda,
no cría moho.
Siempre encuentro motivos para ir al concierto a pesar de
las dudas iniciales generadas principalmente por el precio de las entradas.
La voz de Mick Jagger, lógicamente, ha perdido mucha fuerza
con el tiempo, y se asemeja más a la de un gato que a la de aquel tigre que
rugía en Satisfaction: “Ese tío no puede ser un hombre porque no fuma los
mismos cigarrillos que yo”, pero ver su escuálida figura yendo de un lado a otro del
escenario con movimientos imposibles para cualquiera de su edad mientras suenan
los timbales y los primeros “¡Uuuuu! ¡Uuuuuu!” de Sympathy for the Devil es
algo que hay que ver al menos una vez en la vida.
Keith Richards es la mezcla perfecta entre príncipe y
vagabundo que exige el rock, un dandy con pintas de pirata que sostiene la
guitarra con una elegancia y estilo que nadie puede emular, aunque muchos lo
intenten. Esa guitarra que proyecta unos riffs tan marcados, sucios e
inacabados que convierten en un Justin Bieber al mismísimo Johnny Winter.
Disculpen la exageración.
Charlie Watts, el más modosito de todos, marca el ritmo de
la banda al margen de la lucha de egos. Su presencia en segundo plano resulta
entrañable, su seriedad mezclada con alguna sonrisa cómplice recuerda a la de
un padre que contempla como sus hijos juegan y hacen el gamberro en el patio de
recreo.
Ronnie Wood, forma parte de la vieja escuela del rock
clásico británico y su sonido The Faces encaja perfectamente con el estilo stone, y su
actitud parece que también, viendo los años que ha permanecido al pie del cañón.
Los Stones son parte viva de la historia de la música y para
los amantes del rock clásico su catálogo de canciones es imprescindible, así
que… ¿quién mejor que ellos para disfrutarlas en directo? Nadie. Está claro que son la mejor
banda tributo de sí mismos.
El miércoles 2 de Abril saldrán las entradas a la venta y muchos
de nosotros nos lanzaremos a por ese preciado tesoro a primera hora de la
mañana. Puede que nos estemos aferrando a algo que ya no existe, puede que se
trate de eso, de fe ciega, de un sentimiento casi religioso, pero mientras ese
sentir tan irracional siga latente, por una vez en la vida y sin que sirva de
precedente, participaremos de la liturgia.
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